Las mejores playas del noroeste, el destino donde refrescarse este verano
National Geographic ha puesto sus ojos (y su prestigio) sobre muchas de estas joyas del litoral, destacando su belleza natural, su historia y su valor ecológico. Nos subimos a esta ola de recomendaciones y te presentamos una ruta con las mejores playas de Asturias, Galicia y Portugal.
Estas zonas de costa en el noroeste de la península son salvajes, con acantilados, paisajes verdes y entornos protegidos, ideales para quienes buscan naturaleza y tranquilidad. Sus aguas frías y oleaje favorecen el surf, mientras que el clima fresco y la gastronomía marinera enriquecen la experiencia, con un ambiente poco masificado enfocado en senderismo y ecoturismo.
El clima en verano (con temperatura más moderadas, aunque con algo más de lluvias) y la diversidad de actividades, como deportes acuáticos y exploración de cuevas, se combinan con una rica gastronomía, ofreciendo un equilibrio entre ocio animado y naturaleza.
Costa asturiana
En la costa asturiana, destaca por sus numerosas y hermosas playas debido a su privilegiada geografía entre el Mar Cantábrico y la Cordillera Cantábrica, su variada formación geológica de rocas calizas esculpidas por el mar y el viento, y su clima atlántico que favorece una exuberante vegetación costera. Además, la accesibilidad limitada de muchas de sus playas ayuda a preservar su estado natural, mientras que los esfuerzos de conservación locales y regionales aseguran su protección. Todo esto, combinado con una rica cultura y tradición, hace de Llanes un destino costero incomparable. Una zona rica en playas, algunas de las cuales señala la pretigiosa revista internacional de National Geographic.
Playa de Cuevas del Mar: se caracteriza por las formas peculiares esculpidas en las rocas por el mar y el viento. Este arenal de pequeños bolos y 125 metros de longitud es uno de los más visitados de Llanes, ofreciendo un paisaje único de oquedades y vegetación.
Playa de Gulpiyuri: situada tierra adentro y rodeada de acantilados. Con apenas 50 metros de longitud, recibe agua del mar a través de grietas en las rocas, creando una piscina natural única. Llegar a Gulpiyuri requiere caminar por un camino agrícola, pero el esfuerzo vale la pena por el paisaje de ensueño que se descubre al final.
Playa de Cué: con sus 400 metros de longitud, parece una piscina natural durante la pleamar. Este lugar es ideal para el buceo, rodeada de un entorno rocoso, se conecta a Isla Grande, también conocida como Islona.
Playa de Poo: ubicada en la desembocadura del río Vallina, tiene una forma de embudo que impide ver el mar durante la bajamar. Sin embargo, cuando la marea sube, el agua esmeralda entra por el canal, creando una piscina natural perfecta para los niños.
Playa de Torimbia: situada al oeste de Toranda, está formada por unos vertiginosos acantilados. Se llega a la playa por un camino asfaltado por la parte de Niembru, se asciende hasta el cabo Prieto y se baja por una pista habilitada. La particularidad de este lugar es que es un enclave nudista, para aquellos que lo quieran practicar.
Pero no sólo Llanes tiene estos refrescantes rincones naturales donde disfrutar del buen tiempo. A lo ancho de la provinica de Asturias van apareciendo otros puntos de interés.
Playa de Rodiles, Villaviciosa: en plena Reserva Natural de la Ría de Villaviciosa se encuentra la Playa de Rodiles, un paraíso para los surfistas y amantes de la naturaleza. Su extenso bosque de pinos y eucaliptos, junto con un paseo marítimo de madera, hacen de este lugar uno de los más bellos de Asturias.
Playa del Aguilar, Muros de Nalón: es famosa por sus acantilados que descienden dramáticamente hasta el mar. Este lugar es ideal para los amantes del surf gracias a su fuerte oleaje. Además, desde esta playa comienza la Ruta de los Miradores, una senda costera que ofrece vistas impresionantes del litoral asturiano.
Playa del Silencio, Cudillero: considerada una de las playas más espectaculares de España, la Playa del Silencio hace honor a su nombre. Para llegar a esta playa, hay que descender una larga escalera de más de cien peldaños, lo que añade un toque de aventura a la visita. Rodeada por un paisaje de islotes y acantilados, este lugar ofrece un espectáculo natural puro, sin chiringuitos ni distracciones.
Playa de Cadavedo, Valdés: también conocida como La Ribeirona, la Playa de Cadavedo tiene una historia que se remonta a la Edad Media, cuando era un centro ballenero. Este arenal de 440 metros de longitud y forma de concha ofrece aguas cristalinas y arena oscura, enmarcadas por un entorno rocoso y rural que encanta a los visitantes.
Playa de Peñarronda, Castropol y Tapia de Casariego: con una longitud de 600 metros y una anchura de 350 metros, esta playa en forma de concha es un paraíso para los surfistas gracias a sus constantes vientos y olas. Peñarronda fue declarada Monumento Natural en 2002 y forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo, destacando por su rica flora.
Costa gallega
La belleza agreste, su arena blanca y fina, sus acantilados infinitos y su bravo mar han convertido a Galicia en un destino imprescindible para los amantes del litoral. Algunas de estas playas son auténticas postales naturales, y otras, son secretos bien guardados entre rías y faros.
Playa de Covas (Viveiro, Lugo): desde su orilla se observan Os Castelos, rocas testigo de naufragios y leyendas que navegan en la memoria local.
Playa de Xilloi (O Vicedo, Lugo): rincón semisalvaje con dunas, juncos y acantilados. Un kilómetro de pura serenidad frente al puerto de Bares, ideal para amantes del avistamiento de aves.
Playa de las Catedrales (Ribadeo, Lugo): esculpida por el viento y el mar, esta playa es un museo de arcos y columnas naturales. Visita imprescindible en marea baja, pero hay que hacer una reserva previa en temporada alta.
Playa de Carnota (A Coruña): con sus 7 km, es la playa más larga de Galicia. Rodeada de marismas, dunas y el mítico Monte Pindo como telón de fondo, es un paraíso natural que resiste al paso del tiempo.
Area Maior (Muros, A Coruña): aquí conviven una laguna, el monte Louro y hasta los delfines. Galicia pura. Ideal para quienes buscan naturaleza en estado puro.
Playa de Laxe (A Coruña): amplia, urbana y de aguas tranquilas. En pleno corazón de la Costa da Morte, es un rincón interesante para todos los públicos.
Mar de Fora (Finisterre, A Coruña): en el fin del mundo romano, esta playa salvaje impresiona tanto como impone.
Playa de Menduíña (Cangas do Morrazo, Pontevedra): familiar y acogedora, en plena ría de Aldán, esta pequeña playa cuenta con infraestructuras moderna que combina bien con los espectaculares atardeceres gallegos.
Playa de Rodas (Islas Cíes, Pontevedra): la “caribeña gallega”, incluida en el top europeo por The Guardian y National Geographic, con su lengua de arena blanca uniendo dos islas.
Playa da Lanzada (entre O Grove y Sanxenxo): para surfistas y senderistas de corazón. Con más de 2,5 km, es un icono del turismo gallego, cerca de la ermita románica que da nombre al arenal.
Playa del Vao (Vigo, Pontevedra): perfecta para familias, tiene zona de picnic y hasta una calita nudista. Todo a tiro de piedra de Vigo.
Playa de Melide (Isla de Ons, Pontevedra): sólo accesible en barco, ofrece arena fina, tranquilidad y vistas únicas de la ría. La mejor opción para desconectar del mundo.
Costa portuguesa
La costa norte y centro de Portugal es una de las zonas más completas para disfrutar del mar. A diferencia del Algarve, más masificado en verano, esta parte del país ofrece una combinación perfecta entre playas tranquilas, espacios naturales protegidos y destinos con buena infraestructura turística. Con aguas más frías pero muy limpias, playas amplias, dunas bien conservadas y pueblos con encanto, es una alternativa muy recomendable y cada vez más valorada.
Praia de Vila Praia de Âncora (Caminha): donde el río Âncora se da la mano con el mar. Un enclave pensado para surfistas novatos y familias. Las vistas desde el Monte Calvário son de postal.
Praia de Moledo (Caminha): escenario con el Fuerte da Ínsua y el Monte Santa Tecla al fondo. Arena dorada, ideal para surf y kite. Una de las mejores del norte.
Praia da Apúlia (Esposende): una playa que lo tiene todo: molinos harineros centenarios, yodo a raudales y unas vistas de película.
Praia do Cabedelo (Viana do Castelo): atlántica, salvaje y con las mejores olas de la zona. Punto de peregrinación surfero al otro lado del río Limia.
Praia do Senhor da Pedra (Vila Nova de Gaia): una capilla del siglo XVII se eleva sobre la roca, dándole a este arenal un aire místico. El templo se aísla con la marea alta.
Praia Castro de São Paio (Vila do Conde): Aunque no es muy grande, ofrece un entorno singular, con formaciones rocosas, pequeñas calas y restos arqueológicos que incluyen un antiguo castro. Está resguardada del viento gracias a los acantilados que la rodean, lo que la hace ideal para el baño incluso en días ventosos.
Praia da Frente Azul (Espinho): urbana y con mucha vida, motivo por el que se celebran torneos internacionales de surf y voleibol, además cuante con una ludoteca veraniega.
Praia de Afife (Viana do Castelo): cuenta con una extensa zona de arena a la que se accede por pasarelas de madera que protegen su sistema dunar. Es muy popular entre los surfistas y amantes del bodyboard por la calidad de sus olas
Pero si lo tuyo son los ríos, Portugal cuenta con las mejores playas fluviales a lo largo de todo el país vecino para escapar del calor sin necesidad de llegar hasta la costa.
Agroal (Ourém): frías, terapéuticas y legendarias. Aguas milagrosas contra dolencias antiguas.
Loriga (Seia): en la base de un glaciar, dentro de la Serra da Estrela, sólo para valientes que aguantan las bajas temperaturas.
Pego Fundo (Alcoutim): frente a España, junto al Guadiana existe un espacio para descansar y practicar deporte.
Cardigos (Mação): barbacoa, césped y río, ya está todo listo para un día completo en familia.
Ponte Soeira (Vinhais): Ubicada en el municipio de Vinhais, muy cerca de la frontera con Galicia, esta playa fluvial es uno de los secretos mejor guardados del norte de Portugal.
Vimeiro (Penacova): elegida “Playa fluvial del año 2023”, cuenta con cascada, sombra, servicios y la calma más absoluta.
Con toda esta variedad de opciones tan, relativamente, cerca de León, ya no hay excusas para sobrellevar el calor del verano en las mejores playas de la costa del noroeste de la península.