La sequía amenaza durante los próximos meses al campo a pesar del lleno de los pantanos en León
A falta de una semana para que termine el mes de abril la escasez de precipitaciones en León, y en el resto del país, ha provocado que muchos agricultores hayan comenzado ya a regar sus cultivos, en vista de un verano seco que puede poner en peligro los cultivos de la provincia y las reservas de agua en los embalses.
Según la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet, en más de la mitad del país no ha llovido durante los primeros diecisiete días de abril. Se han registrado 5 litros por metro cuadrado; un valor que solo representa el 15 % del promedio normal en ese periodo de tiempo.
La situación de sequía en abril es tan complicada que la Junta de Castilla y León ha decidido ampliar el periodo de riesgo medio de incendios forestales hasta el 27 de abril. “No está tan claro qué sucederá en lo que a lluvias se refiere; pero aunque mayo sea lluvioso, lo más probable es que arrastremos ya el déficit de precipitaciones en el que nos encontramos actualmente hasta el otoño: en verano, lo normal es que las lluvias sean escasas en España”, afirma Aemet.
Uno de los problemas de esta sequía meteorológica son las consecuencias que puede tener en el campo. En León el 38% de la superficie cultivada (la que más, con diferencia de toda la Comunidad Autónoma) se dedica al regadío, que bebe principalmente del agua de los pantanos. Aunque los pantanos están en estos momentos al 80% de volumen de agua embalsada, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), esto podría llegar a ser insuficiente, si tenemos en cuenta que durante los meses de verano las más de 125.000 hectáreas de regadío de la provincia tendrán que abastecerse de estas aguas hasta el fin del año hidrológico, el 30 de septiembre.
Los agricultores ya riegan desde el primer día
De hecho, la falta de precipitaciones ya ha hecho que en algunas zonas de regadío los agricultores hayan comenzado a hacer uso de esta agua. Uno de los ejemplos es el Canal Margen Izquierda del Porma, cuyo embalse se encuentra al 76%, el porcentaje más bajo de los cuatro principales de la provincia, y donde ya se han empezado a regar los cultivos. El presidente de la Comunidad de Regantes de este canal, Matías Llorente, ha valorado de forma muy pesimista la previsión para este verano, calificando la situación de “muy delicada”: “Nunca habíamos comenzado a regar en estas fechas, y con una superficie muy grande sembrada de remolacha y maíz”, que consumen mucha agua y los que tienen que comenzar a nacer ya y no lo han hecho por falta de lluvias. “Es muy posible que con lo que tenemos en el Porma salvemos algunos cultivos pero por inundación no vamos a llegar con el agua al mes de agosto”, afirma Llorente.
“Puede ser una catástrofe total y absoluta”, valora el presidente de la Comunidad de Regantes, “Veo un año muy complicado, muy difícil para salir adelante. Si no cambia la situación en un mes podemos tener pérdidas millonarias y no tener cosecha. La mayoría de secano se va a perder y los otros cultivos si no hay humedad no vamos a poder sembrar. Es trágico”, lamenta Llorente.
El secretario general de Asaja, José Antonio Turrado, considera que en el campo ya hay sequía a causa de la falta de lluvias. A pesar de ello, Turrado no considera que, de momento, la situación sea mala aunque reconoce que el agua de los pantanos tiene la cantidad justa: “La situación de partida de la campaña de riego, que arrancó el 1 de abril, es buena pero como no ha llovido se ha empezado a regar desde el primer día. Esto nos va a llevar a gastar más agua, aunque partimos de una buena situación en los pantanos podemos llegar a final de campaña muy justos”. El secretario general de Asaja todavía tiene esperanza en las próximas semanas: “En el verano no se puede esperar agua. Puede llover lo que queda de primavera, y servirá principalmente para no gastar agua de los pantanos que este año les va a sobrar muy poco y podríamos tener pérdidas de cosecha”.
Restricciones en el uso del agua
Por otro lado, Turrado da por hecho que en los ríos no regulados por pantanos va a haber restricciones para el uso del agua, como las ya anunciadas por Confederación Hidrográfica del Duero en los sistemas Torío-Bernesga, es decir, el que afecta a los huertos de León y su alfoz: “Restricciones en los ríos no regulados las va a haber, la cuestión es que sea lo más tarde posible. Lo importante es salvar la campaña agrícola con el agua de los pantanos”.
Las restricciones son algo ya asumido por varias Comunidades de Regantes que, de hecho, están a favor de administrar con especial cuidado el agua para esta campaña. El presidente de la Comunidad de Regantes de Los Payuelos, Jorge Fernando Álvarez, considera que esta será la única forma de salvar la campaña: “Si se administra bien sí que llegaremos a septiembre con el agua de los pantanos, pero hay que defenderlo bien. No vamos a permitir que nos lleven ni un litro de nuestra dotación de agua”, defiende. En este canal, dependiente del Esla, con el regadío como principal cultivo, ya se están regando los campos: “Este será un año muy difícil. Se ha sembrado mucho maíz y remolacha, que tienen mucho consumo de agua. Pero yo creo que si la administramos bien llegaremos a septiembre”, opina Álvarez.
En el sistema del río Órbigo, la Comunidad de Regantes Presa Cerrajera tiene claro que se va a racionalizar el agua. Su presidente, José Emilio Fuertes, lo tiene claro: “Desde el primer día se tiene que controlar el agua porque si no los regantes pedirán y luego no queda”. También allí han empezado a regar el trigo y algunos cultivos de maíz para que nazca.
Desde el punto de vista meteorológico Santiago Parrado, de Meteo Bedunia, señala una situación muy singular: “Si sigue sin llover va a haber que usar mucha agua de riego. En el horizonte no se ven lluvias, los agricultores que tengan secano no podrán sembrar. En abril será difícil llegar a los 50 litros por metro cuadrado que serían necesarios y en marzo fueron 16. Esta situación puede quedar enquistada. Ya vemos sequía en el terreno en la zona del Porma y, en el resto, si viene septiembre como el año pasado, seco y caluroso, llegaremos con los embalses a cero”. Y es que, si el agua de los embalses llega agotada en septiembre o incluso a finales de agosto, los pantanos dependerán de una cantidad importante de agua que provenga de precipitaciones que podría, o no, darse.