El trabajo de un periodista de Gaza en el exilio en León: dar voz a quienes han sufrido un genocidio

Ramzi y Nedaa Albayrouti, posando junto con su libro 'Palabras sangrantes'.

Sara Lombas

15 de octubre de 2025 08:44 h

Han pasado dos años desde que comenzó el genocidio de la población en Gaza, desencadenado tras los ataques de Hamás ocurridos el 7 de octubre (en los que murieron cerca de 1.200 personas). Las cifras oficiales de muertos en la Franja superan las 67.000 personas (de las que 20.000 son niños, es decir, un 30% del total de víctimas), a las que hay que sumar más de 9.500 desaparecidos bajo los escombros en un territorio arrasado por el ejército de Israel en el que vivían más de 2 millones de personas. Cerca de 1,9 millones de habitantes de Gaza se han visto obligados a desplazarse dentro de una Franja, que ya era el mayor campo de refugiados de la actualidad. Todo ello a pesar de un acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel, que ya llega tarde para muchos, y que ha sido recibido con alegría y precaución por los gazatíes.

El mundo ha sido testigo de este genocidio emitido prácticamente en directo a través de los medios de comunicación, a pesar de que las fuerzas israelíes hayan asesinado a más de 250 periodistas que ejercían su oficio en la Franja. Algunos palestinos que lograron salir de Gaza antes del inicio de este brutal conflicto han seguido el avance de lo que ya cada vez más voces denominan como un genocidio. Uno de ellos es Ramzi Albayrouti, que llegó a León hace tres años, y que ha conseguido recopilar en un libro más de un centenar de testimonios de gazatíes que, desde la Franja, han relatado lo que solo saben quienes están viviendo en sus carnes un genocidio. 

Un periodista de Gaza desde León

Ramzi Albayrouti tiene un doble motivo para realizar este trabajo; primero porque su hogar, Gaza, está siendo destruido y sus familiares y amigos asesinados; y segundo por su profesión, periodista, que para los palestinos supone un honor que supera el mero deber laboral. Ramzi conoce las guerras en Gaza, cubrió los conflictos de 2008 y 2021, pero, por supuesto, nunca había visto algo similar a lo que está sucediendo ahora. “El periodismo es un objetivo, no solo para trabajar. Los periodistas en Gaza tienen una responsabilidad. Es una cosa grande, con honor, diferente a otros trabajos. Hay más de 255 periodistas asesinados por Israel, los han matado a propósito. Los periodistas allí siguen hasta el final porque si no mandan los mensajes al mundo ¿quién lo hará?”, se pregunta Ramzi. 

En León Ramzi, su esposa Nedaa y sus tres hijos han encontrado un segundo hogar, aunque para ellos su casa sigue siendo Gaza. Primero llegó él a Guadalajara con su hija más pequeña, que necesitaba someterse a una operación y acabó en León porque el trámite aquí resultaba más rápido. Fue una época en la que la familia estuvo separada y que tanto Ramzi como Nedaa recuerdan como muy complicada. 

Ramzi y Nedaa leyendo 'Palabras sangrantes'.

Finalmente, la pequeña pudo ser intervenida quirúrgicamente en España y, cerca de medio año después, Nedaa y sus otros dos hijos consiguieron el visado necesario para salir de Gaza y reunirse. No fue sencillo y ambos reconocen que es un proceso que no está al alcance de todos los gazatíes: “Las familias en Gaza son muy numerosas, cada uno tiene que pagar 5.000 dólares para salir a Egipto. Mi familia no pudo salir. La gente que puede pagar y que tiene dinero puede salvarse, los pobres no”, cuenta Nedaa. 

A pesar de la distancia geográfica, ninguno de los dos ha perdido de vista lo que está sucediendo en Gaza, y de ese deseo de retransmitir, aunque sea desde España, lo que sucede a sus familiares y amigos en Gaza, nace el libro ‘Palabras sangrantes’. 

Narraciones de un genocidio en directo

El libro cuenta con más de un centenar de testimonios de gazatíes que permanecen en la Franja de Gaza, algunos de ellos ya han fallecido a causa de los ataques de Israel. Escritores, maestros, periodistas forman parte de esta recopilación de testimonios que Ramzi ha guardado y traducido: “Yo colecciono los textos que sean fuertes y sencillos, pero los héroes verdaderos están vivos en el genocidio, en Gaza”, insiste Ramzi. 

La novela está repleta de pasajes de gazatíes que reflexionan sobre lo que el hambre o la violencia está provocando en ellos, de los ataques de Israel mientras ellos tratan de seguir con su vida, sobre las apodadas por la prensa española como ‘las colas del hambre’, o de sus preguntas sobre cómo el resto del mundo puede presenciar un genocidio y no poder intervenir directamente. Reflexiones sobre la interferencia política de Trump o tan humanas como la vergüenza que sienten por echar de menos a unos hijos que han logrado salir de Gaza mientras los de otros han muerto. 

“Todo esto es para que no se mueran las palabras que han escrito, como se murieron ellos”, cuenta Ramzi. Para Nedaa algunos de los gazatíes que forman parte de este libro escriben para canalizar su dolor: “Yo creo que escriben porque esta energía hay que sacarla de alguna manera. Que por lo menos esa energía sirva de algo y la gente conozca lo que está pasando”. 

El libro narra un día a día marcado por el hambre y las muertes que deja este conflicto. Tanto Ramzi como Nedaa destacan que ahí radica la importancia de esta obra, ya que en los medios de comunicación se da prioridad informativa a los grandes eventos de la guerra, aunque el día a día para los gazatíes está formado de detalles que solo quienes han sufrido un genocidio pueden conocer: “Pasan todo el día para traer agua o comida, pagando un dineral”, enumera Nedaa, “Las colas de gente esperando a entrar al baño, cuando a veces hay gente diabética o mayores que no pueden esperar. Cómo las mujeres embarazadas venden su orín para otras, porque las embarazadas tienen derecho para ir al comedor y coger comida”.  

“La gente está perdiendo su dignidad. Eso no se muestra en la tele ni en ningún medio. Este libro no tiene ninguna foto, pero mientras lo estás leyendo puedes imaginarlo todo. Cuando me pongo a leer el libro, aunque hay textos que he leído ya más de una vez, se me saltan las lágrimas”, confiesa Nedaa, “Especialmente porque tú sabes que tu madre está viviendo esto”. 

El futuro en Gaza

Una de las preocupaciones de Ramzi y Nedaa es qué quedará de la sociedad de Gaza cuando el conflicto cese: “Los niños que están pasando por todo esto, que están perdiendo a su familia, su casa, sus juguetes, sus amigos, una pierna o un brazo, cuando ese niño crezca ¿va a ser normal?. Lo han perdido todo, incluso su dignidad”, lamenta ella. 

Una conversación que ahora está más latente que nunca después del alto el fuego acordado entre Hamás e Israel, que Ramzi y Nedaa reciben con esperanza, pero sin llegar a confiar del todo en que el gobierno de Netanyahu acate los primeros pasos para el fin del conflicto, que ya ha reiniciado en anteriores ocasiones: “Lo bueno del acuerdo es que detiene la maquinaria de matar israelí y el derramamiento de sangre de los palestinos, pero es injusto e impone condiciones imposibles a los palestinos que son similares a la rendición”, opina Ramzi, “Espero que todo salga bien y que Israel no viole el alto el fuego, pero es traicionero y actúa de manera impredecible”, advierte. 

Tanto Ramzi como Nedaa afirman haber encontrado un hogar en España, donde se sienten orgullosos del respaldo de su sociedad e instituciones al pueblo palestino. Sin embargo, comparten el sentimiento de pertencencia que sienten todos los gazatíes hacia su hogar, que recuerdan así antes del inicio de este genocidio: “Antes de la guerra teníamos muchos problemas con la electricidad, las fronteras, el mar o la política, pero más o menos se puede vivir allí”, relata él. “Antes pasamos malas rachas de vez en cuando, porque pasamos guerras, pero eran guerras como máximo de 50 días, pero luego muy rápido la gente empieza a reconstruir, a levantarse”, cuenta Nedaa, evidenciando el abismo que separa la mentalidad occidental de la de los palestinos, acostumbrados a ser víctimas de un conflicto tras otro. 

¿Volverían a Gaza? “Si tuviera la oportunidad de volver a vivir en Gaza, en paz, y que mis hijos estén seguros y tengan un futuro allí, volvería, porque es mi derecho y al final es nuestra responsabilidad reconstruir esta ciudad de nuevo”, afirma ella, “Tenemos que hacerlo, pero nunca, nunca, podemos arriesgar la vida de nuestros hijos. Pero nosotros no tenemos el lujo de tener opciones, ni nuestras familias tampoco”. 

El libro ‘Palabras Sangrantes’ ha sido publicado por la editorial del periódico leonés La Nueva Crónica y se encuentra a la venta en numerosas librerías leonesas, además de la página web de Sputnik. Todo lo recaudado será destinado a ayudar a las víctimas de la guerra de Gaza. 

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