El pueblo de La Cabrera en el que el fuego quemó 4 edificios y la Junta no activó ninguna alerta

Un pajar del pueblo de Silván ardiendo anoche.

Carlos J. Domínguez

La noche de ayer domingo en el pueblo cabreirés de Silván (municipio de Benuza) no se diferenció mucho de las escenas de pánico vividas en Galicia en las últimas jornadas, con un incendio forestal entrando de lleno en los pueblos, quemando viviendas y obligando a los vecinos a evitar lo peor pujando calderos.

El alcalde, Agapito Encinas, ha confirmado algo hasta ahora desconocido, y que hoy adelantaba una periodista de Televisión Española en directo en el informativo nacional: que anoche ardieron por completo al menos cuatro edificios de esta población berciana, “tres o más pajares y una casa deshabitada” ante una total impotencia, a pesar del apoyo de las brigadas forestales desplazadas a la zona ante uno de los peores incendios de estos días en la provincia leonesa, que lo cálculos satelitales elevan a más de 400 hectáreas en total.

La enorme extensión del incendio de Silván, en La Cabrera, todavía hoy lunes.

Lo inaudito del caso no es sólo que se quemaran los edificios en el mismo pueblo, “en uno de los barrios”, matiza el regidor, sino que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en ningún momento activara alerta de ninguna clase por este excepcional riesgo. Fuentes oficiales han confirmado a iLeon.com que en grave siniestro forestal de Silván en ningún momento se ha activado ni el Nivel 1 de peligro contemplado en el Plan Infocal, ni tampoco el Nivel 2.

Y tendría que haber sido este sin duda el que se pusiera en marcha. En la información oficial de los niveles Infocal de la Junta se especifica con total claridad que ese Nivel 2 (el mismo que se activó en agosto en el que resultó ser el incendio más grande del año en España, también en La Cabrera) “se prevé que por evolución del incendio, a solicitud de director del Plan, sean incorporados medio no adscritos al Plan de Castilla y León, ya que la emergencia puede entrañar grave riesgo para la población y bienes distintos a los de naturaleza forestal”. Edificios de un pueblo, como caso más habitual. O sea, el caso que se vivió en Silván, de libro.

La situación tiene descontento al alcalde, que al menos hoy respira aliviado porque “podría haber vuelto a ocurrir si el incendio hubiera saltado un cortafuegos que hicieron las brigadas, pero por fortuna no ocurrió”. Aunque ahora en el monte las llamas se dirigen hacia la ermita de Santa Elena, en Lomba, que ya quedó gravemente dañada poco después de una populosa una romería en mayo de 2013, y que había sido parcialmente reconstruida. Se encuentra a unos 6 kilómetros del pueblo.

Encinas agradeció el trabajo realizado por las brigadas de tierra, “porque los medios aéreos apenas pudieron estar una hora”, y por supuesto la heroicidad de los vecinos del pequeño pueblo de Silván (con menos de 150 habitantes censados), que pasaron una angustiosa noche viendo cómo las llamas amenazaban con alcanzar sus propias viviendas.

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