La provincia estrena en mayo 'sacrificio cero' de perros en la provincia con el recelo de UPL por “insostenible”
Objetivo 'sacrificio cero' a las mascotas en toda la provincia de León: cumplido. El equipo de Gobierno del PP en la Diputación de León anuncia que de manera inminente, el 1 de mayo, comenzará a implantarse esta medida en todo el nuevo sistema de recogida y gestión de los perros abandonados en todos los municipios de menos de 20.000 habitantes de la provincia en los que tiene competencia la institución, es decir, en todos excepto León, Ponferrada y San Andrés.
El cumplimiento de este compromiso de 'sacrificio cero', reclamado desde el año pasado por firmas de colectivos animalistas y recogido por el diputado de Ciudadanos en la Diputación, Juan Carlos Fernández, supondrá, eso sí, un mayor gasto de las arcas provinciales.
La nueva adjudicación se licitó por un montante de 108.900 euros para dos años más uno de posible prórroga (repartidos en 36.600 pagaderos este mismo año, 54.450 euros en 2018 y 18.150 en el año 2019. Finalmente, el portavoz del PP, Francisco Castañón explica que el coste de adjudicación apenas supera los 80.000 euros, que “son unos 30.000 más que lo que veníamos gastando hasta ahora”.
Algunos perros robados en la protectora de Astorga.
La empresa que ha resultado adjudicataria, con sede e instalaciones para los perros en Valladolid, es la misma que ya gestiona este sistema de recogida de animales en Valladolid y Zamora, y por lo tanto se le presupone una buena experiencia no sólo en la recogida cuando haya algún aviso de perro abandonado sino en el sistema que implante para tratar de buscar una salida vía adopción para los ejemplares.
El sistema salvará así la vida de 140 perros, cifra que fue sacrificada sin ir más lejos el pasado año 2016, de los 161 animales recogidos por la empresa adjudicataria entonces, Residencia Mascotas, bajo parámetros que no recogían el sacrificio cero.
En el último Pleno celebrado en la Diputación, además de congratularse el diputado de Ciudadanos por la nueva medida y agradecerle la sensibilidad al equipo de Gobierno que preside Juan Martínez Majo, el veterano diputado hoy de UPL, Matías Llorente, introdujo una voz discordante al estimar que “el sacrificio cero será insostenible” a pesar de disponer de un presupuesto mayor.
Llorente, agricultor y alcalde de Cabreros del Río, ironizó con que a partir de ahora “a los perros se les dejará morir de viejos” y se preguntó “donde los va a meter” la empresa adjudicataria. Pero además, auguró serias complicaciones en la recogida en una provincia tan compleja y amplia como la de León, poniendo ejemplos como “cuando termine la temporada de caza”, período en la que se multiplican los abandonos masivos de animales que no disponen ni de chip, recordó. “¿Dónde nos hemos metido?”, se preguntó para concluir con sus graves dudas sobre la nueva situación.
Desde los colectivos animalistas y protectoras de municipios en los que ahora la Diputación pasará a gestionar los perros abandonados para intentar darles salida sin exterminarlos, la novedad hace que “nos alegremos mucho, esto es muy bueno”, aunque con el matiz crítico de que “hemos tenido información cero, nos hemos enterado por lo que vamos leyendo”.
Así lo explica Yésica Valle, la tesorera de la protectora de Astorga Apada, quien celebra “el fin de tantas salvajadas que han hecho estos años, acabando con perros de menos de 3 años”. Y sin embargo, creen que para que el sistema sea totalmente efectivo, sigue faltando educación y mucha mano dura: “Lo más importante sería concienciar más y a más gente; y por supuesto poner durísimas multas por el abandono o por el maltrato, es la única manera de que a nadie se le ocurra hacerlo”.
También desde Apada auguran una gestión compleja en una provincia donde las distancias son enormes, en la que “ir a por un perro a La Cabrera es una aventura”, algo que saben por experiencia. Pero confían en que un sistema ya provincial y que garantice otra vida a los animales abandonados quizá les sirva, en su caso, para desahogar sus cifras más elevadas “de lo que podemos abarcar con la ayuda que recibimos y los cuatro que hacemos el trabajo”. Un trabajo encomiable que, esperan, se vea aliviado.
