Goteo de ilusión bajo la lluvia en dos colegios de barrio, público frente a privado

Una jovencísima mesa electoral, como se puede apreciar, en el colegio González de Lama de León.

Apenas les separan 250 metros, pero los colegios electorales ubicados en el Colegio Público Antonio González de Lama y el colegio concertado religioso Virgen Blanca-La Filial son diferentes como la noche y el día. El uno, frío por lo dispersas que están sus cinco mesas electorales; el otro, cálido y recogido con otras cinco mesas que se agolpan en apenas 20 metros cuadrados. Uno con decoración totalmente ajena a la Navidad a pesar de la época, sustituyendo los motivos católicos por representación del mundo de Harry Potter; el otro, navideño a más no poder, con el niño Jesús presidiendo las urnas. Uno, el centro público, con apenas un interventor del PP en una de las mesas y una apoderada de Podemos; el otro, el privado, sólo con cuatro interventores, todos ellos del PP y dos de ellos ex cargos públicos.

Ambos centros de votación en la capital leonesa aglutinan a los censados de las áreas de los barrios de clase media/baja del Egido y Santa Ana. Y en ambos comenzó a las nueve de la mañana un goteo lento pero constante de votantes, desafiando al goteo lento pero constante de la lluvia en la calle.

Ambiente cálido en el pequeño hall del colegio religioso Virgen Blanca (La Filial), donde coexisten cinco mesas en muy pocos metros.

Jesús Olmo Tascón tiene 83 años, llegó varios minutos antes de abrirse las mesas y fue el primero en depositar sus papeletas del Congreso y el Senado. ¿Por qué tan pronto? “Pues siempre lo suelo hace, pero es que la Navidad está ahí y esta vez lo distorsiona todo, de hecho ahora viene mi hijo a buscarme para viajar” a celebrarla en familia, fuera de León.

“Mucha gente que no se levantó vendrá hoy a probar”

Con prisas llega también Raquel Martínez, de 53 años, a quien delata su traje de voluntaria de Protección Civil que hoy tiene mucho mucho que hacer nada más cumplir con su derecho al sufragio. “Buf, entre las elecciones, lo de la gimnasia rítmica y más cosas, estamos a tope”, admite. Como Jesús, está convencida de que “seguro que esta vez va a haber mucha más participación porque todo está mucho más reñido y habrá gente que hace cuatro años no se levantó para votar y hoy pensará 'voy a probar, que no tengo nada que perder'; y seguro que ésto podrá con la lluvia, seguro”, afirma, y se excusa porque llega tarde.

La resaca de la última copa frente al primer café

Por la calle que separa ambos colegios electorales cruza una joven asiática tambaleándose sobre sus altos tacones y empapado su vestido rojo chillón de tirantes que no tapa siquiera con una chaqueta o un abrigo. Va -será coincidencia, claro- en dirección al Barrio Húmedo. Desde el único bar de la zona que sirve cafés a estas horas, alguno de los más de 10 clientes se quedan con la copla de una imagen así de llamativa.

La joven no se da cuenta, pero a su lado pasa un joven animoso vestido con un chándal de la Cultural y Deportiva Leonesa. Se llama Alfonso Tranche. Tiene 18 años y por lo tanto se estrena en unas elecciones generales, aunque ya votó en las municipales y autonómicas de mayo, porque se declara “muy interesado por estos temas, desde pequeñito”. Madruga porque su jornada deportiva es hoy de lo más intenso y antes quiere dejar sus votos en las urnas.

“Genial que haya muchas opciones diferentes”, dice un joven deportista

“Por la mañana tengo partido, entreno a un equipo de chavalines muy majos, y por la tarde juego yo otro, así que...”. ¿Y cómo ve que en su primera vez para elegir al próximo presidente del Gobierno la cosa esté más reñida que nunca? “Ah, genial, muy bueno que haya muchas opciones diferentes, muy bueno que haya cambios... son imprescindibles los cambios”, relata. Se le nota tan animado, orgulloso, que podría decir a quien ha votado, pero no se lo preguntamos. Somos periodistas, no encuestadores.

Mientras, el en mínimo hall de La Filial, bajo un enorme cartel de “Feliz Navidad”, acuden votantes más mayores, apenas jóvenes a estas tempranas horas. Los integrantes de las mesas se relacionan entre sí aprovechando la cercanía de unas urnas y otras. Especial y naturalmente cordiales están todos los interventores del Partido Popular, cuatro nada menos para cinco mesas, frente a ninguno de otras formaciones. “Nos extraña, la verdad”, dice Víctor Miguélez, joven ex alcalde de Gordaliza del Pino.

Arancha Miguélez, diputada, “la mar de tranquila” ahora que no repite

En otra mesa, el ex concejal Fernando Franco y en la siguiente alguien que hace cuatro años veía el mismo toro desde la barrera contraria: Arancha Miguélez, hasta hoy diputada nacional en el Congreso por el PP, aún en funciones. “Y encantada de estar donde estoy, la mar de tranquila”, después de no repetir en las listas populares.

Aquí, aunque todo más a mano, los votantes se muestran más desorientados sobre cuál es la mesa donde les corresponde depositar las papeletas. Pero se les ayuda de manera íntima. A unos más que a otros, porque el sacerdote que entra con abrigo largo, sombrero también oscuro y el alzacuellos a la vista no duda ni un segundo, va a su urna y cumple raudamente. Acaso tiene pronto que decir misa. Del resto, la mayoría ni pierde un minuto en buscar la papeleta que quiere, casi todos -al menos los madrugadores- llegan con el voto de casa.

Gema, de Podemos, cubrió tres colegios en las municipales. Hoy hay más voluntarios y 'sólo' le ha tocado González de Lama.

La apoderada de Podemos “ilusionada y preocupada por Asturias”

Al otro lado de la calle, en el mismo colegio “maravilloso, progresista, donde han estudiado mis hijos”, Gema Palacios, es la única apoderada, en su caso por Podemos, ningún partido ha llevado aún más al González de Lama. Pasará allí todo el día “pero contenta, porque en las últimas éramos muy pocos y me tocó cubrir tres colegios electorales, fue horrible, pero ahora estamos uno en cada colegio, crecemos en todos los sentidos”, resume. Y eso que su cabeza hoy no está sólo en las urnas y el resultado: “Me acosté con la noticia que publicasteis en iLeon.com de los incendios en Asturias y me he levantado obsesionada, impresionada con eso, no he podido pensar en otra cosa”.

Fuera sigue lloviendo. Se acerca la primera hora de apertura y el ritmo crece poco a poco. Voto a voto. A las ocho se cerrarán las puertas, después se incorporarán los votos llegados por correo y emitirán el suyo los miembros de las mesas. Y comenzará el recuento, rápido en el caso del Congreso, más pesado para el Senado. Y todos, los que llenaron las urnas como los que hoy fueron garantes de la Democracia, estarán tan satisfechos como expectantes por el resultado. Que seguro que dará que hablar.

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