¿Cuándo sobraron piedras?

Pintadas en las inmediaciones del Castillo de los Templarios de Ponferrada.

Nuestros antepasados construían castillos porque les sobraban piedras. Esa parece ser hoy en día la idea imperante. Es simple, efectiva, no genera disensiones y es fuente de buen rollo. ¿Para qué le vamos a dar más vueltas al asunto cuando tenemos una solución de consenso que satisface a todo el mundo?

Nunca hubo migraciones. Nunca hubo otros pueblos que necesitasen, por una razón u otra, cambiar de territorio o desearan, por distintos motivos, expandir sus convicciones, su dominio, o su área de influencia económica. El conflicto es una cosa que se originó en el capitalismo, o en la lucha de clases, o en todo caso surgió con la abundancia y la avaricia. Lo de los recursos escasos es una tontería que nadie puede creer, sobre todo cuando el planeta entero se podía repartir entre veinte o treinta veces menos de seres humanos que los que somos actualmente.

Nuestros antepasados construían castillos porque la fraternidad es algo que ha existido siempre y todo se puede resolver hablando. Nuestros antepasados construían castillos porque estaban seguros de que los almohades, los almorávides y los benimerines venían en plan colegas y era cuestión de integrarlos. Lo de las Navas de Tolosa fue una conspiración racista y xenófoba de cuatro fascistas que no estaban dispuestos a perder sus privilegios ni a solidarizarse con los pobres del sur de su frontera.

La tierra, lo construido, lo trabajado por las generaciones que nos precedieron, es de todos, un bien común de cualquiera, del primero que pase, porque ni costó nada conseguirlo, ni pensamos tener hijos a quien dejarlo. Los hijos los tienen los pringados y los del Opus. Los demás tenemos perros.

Esa es la opinión de unos cuantos, fáciles de identificar, porque mayormente son hijos de gente que no hizo nada y padres de nadie. O esa impresión dan, porque luego, si rascas un poco, descubres que no es así: simplemente se sienten huérfanos, o simplemente generosos con lo que no levantaron.

Pero resulta que nada es gratis. Que tenemos libertades porque mucha gente se dejó la vida por ello, tenemos derechos porque en Europa se hicieron revoluciones en vez de huidas masivas, y tenemos bienestar, mucho o poco, porque los castillos se hicieron, en realidad, para defender una forma de vivir y de pensar.

Que no, de verdad: nunca sobraron piedras.

Etiquetas
stats