Tribuna de Opinión La lucha por la Igualdad

Justina González Morilla, la primera médica y veterinaria leonesa

Justina González Morilla con sus compañeros de la Facultad de Medicina en Valladolid.

Justina González Morilla, nace en Matanza de los Oteros, provincia de León el 7 de Octubre de 1903; sus padres, Maximiliano González Ruiz, titular veterinario e inspector municipal de la plaza y de otros pueblos cercanos y Nazaria Morilla Luengos.  Su abuelo paterno, don José González Fresno, es veterinario en Valencia de Don Juan (León), aunque había nacido en León. Es, por lo tanto, hija y nieta de Veterinarios, aunque no se dedicará a ejercer esta carrera, a pesar de haberla cursado. 

Nace y vive en Matanza de los Oteros, realiza el bachiller en León, y se matricula en la Facultad de Veterinaria de León en 1922 por libre. También, y al mismo tiempo, se matricula en Medicina en Valladolid, de forma oficial, cursó las dos carreras a la vez, concluyéndolas en seis años. 

Medicina y veterinaria al mismo tiempo

Justina termina la Carrera de Veterinaria en enero de 1928 en la Escuela de Veterinaria de León (hoy Facultad) y la de Medicina en junio del mismo año en la Facultad de Medicina de Valladolid. La Orla de la Promoción Veterinaria del año 1928 está diseñada para colocar en el centro a la primera mujer estudiante de Veterinaria. Profesores y alumnos están a su alrededor y ella estuvo siempre muy orgullosa de aquella orla.

Una vez acabadas ambas carreras, se fue a Madrid, y en otros dos años cursó odontología y puericultura, no se sabe, pero supongo que conoció a Nieves González Barrio en Madrid en la Escuela de Puericultura de la que en ese año era profesora.

La primera mujer que ejerce en León

Justina González Morilla no ejerce de veterinaria, sino de Médico odontóloga en la localidad de Valencia de Don Juan (León) en agosto de 1930, siendo la primera mujer que ejerce la Medicina en León y provincia, según consta en el archivo del Colegio Oficial de Médicos de León. Traslada su consulta a la capital en el año 1942. Después simultanea la consulta de León con la de Mansilla de las Mulas.

En la publicación La Semana Veterinaria año XIX, n.º 949, 3 de Marzo de 1935, Justina González firma una nota en la sección 'Opiniones y comentarios'. En un número anterior (el 945) se había insertado una entrevista hecha en Unión Radio de Madrid a estudiantes de Veterinaria que respondían del siguiente modo a la pregunta:

“¿No hubo antes que Vds. algunas mujeres que se dedicaran a la Veterinaria?”. Contesta: “La primera mujer estudiante de Veterinaria fue la señorita Justina González, hija y nieta de veterinarios. Que haya terminado la carrera, nada más una, doña María de Cerrato, de Córdoba, que está de veterinario rural en Calamonte (Badajoz).

Justina, después de transcribir esto, continúa: “Para conocimiento de las señoritas estudiantes de Veterinaria, diré que fui la primera mujer que empecé a estudiar la carrera de Veterinaria, cuando a todas las estudiantes les producía asombro y rareza que una mujer estudiara esta carrera, sin duda porque creerían que no había en ella campo adecuado para su desempeño.Empecé la carrera al mismo tiempo que la de Medicina y seguí cursando las dos a la vez, terminando la de Veterinaria en Enero de 1928 y la de Medicina en Junio del mismo año. Por tanto verán que no hay una sola mujer Veterinaria, sino que desde la citada fecha ya somos dos”.

“No ejerzo esta carrera (…) porque soy además Odontóloga y Puericultora (hoy Pediatra) en Valencia de Don Juan (León) pueblo donde ejerció la Veterinaria toda su vida mi abuelo (don José González Fresno) y de donde es natural mi padre (don Maximiliano González Ruiz) que está ejerciendo la Veterinaria hace 45 años en Matanza de los Oteros (León), haciendo constar al mismo tiempo que aun cuando no ejerzo esta profesión, me doy por muy satisfecha de poseer este título”, terminaba.

Simultanea ejercicio profesional y familia

Doña Justina se casa y forma una familia, sin que esto le impida ejercer una de sus profesiones, odontóloga. Su hija María Rosario Barrientos González escribe un libro sobre su vida, Justina, la primera, en la que desgrana su vida con un conocimiento completo sobre la misma.  No se conoce, ni su hija lo manifiesta, que le supusiera una gran dificultad, pero sí se pone de manifiesto que las mujeres en aquella época no podían estudiar, solo unas pocas privilegiadas pudieron estudiar una carrera superior universitaria.

En el libro se describe cómo los casos de alumnas universitarias resultaban sumamente raros, de hecho ella es la única en veterinaria y la única en medicina; un contexto que miraba con una mezcla de crítica y sorpresa a las mujeres que no se casaban o a las que lo hacían, en lo que se consideraba como una edad no pertinente; si a ello unimos la extrañeza de esas mujeres que trataban de ejercer una profesión liberal, pretendiendo además, vivir de ella con independencia de la de su esposo, simultaneando además la crianza de los hijos, tenemos que han sido unas heroínas, además de un gran ejemplo para las generaciones posteriores y unas pioneras que fueron la punta de lanza a lo conseguido por la mujer hoy en día. Sus dificultades se nos antojan inconmensurables.

Justina González Morilla, fallece a los 93 años, y durante su vida muestra  y es muestra de esa mujeres españolas que tuvieron la capacidad, la tenacidad, la valentía, el arrojo, ignorar las críticas que no dudamos serían feroces, de superar los factores condicionantes de aquella sociedad que ninguneaba a las mujeres. 

He de poner énfasis que mientras las otras mujeres médicos o abogadas,  ejercieron en las ciudades, doña Justina lo hizo en un pueblo, lo que añade más trascendencia a su legado y a su historia. Es una proeza digna de elogio, puesto que en aquella época es mucho más difícil de ejercer la medicina en un pueblo que en una ciudad.

En la Facultad de Medicina de Valladolid era la única alumna mujer; también lo fue en León. Como ha escrito su hija: Doña Justina, la primera.

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