De Burón a Gijón… y el fuego condicionante
¡El obligado desarraigo no tiene precio! Ni puede ser solapado con fiordos ni sendas colgantes para el divertimento, a mí me parece que suena a bufo, cuando además se están preferentemente bebiendo, y de balde, el agua de Riaño en campos de Castilla, lo que viene a ser la guinda de la ignominia.
Mas no voy a analizar hechos remotos, ni tratar de aplacar dolores, estoy con ellos, el paisanaje, y lo estuve su momento. Sencillamente el recuerdo viene dado ante la lectura de la noticia del fallecimiento del que fuera alcalde de Burón. Me llamó la atención la fotografía de la casa que acoge al Ayuntamiento, y jalonan su puerta cuatro banderas: Ayuntamiento, León (la purpurada), la de España y la de Europa. No se han olvidado del ente. ¡Lo ignoran!
Y fue precisamente en Burón, debo decirlo, donde familiarmente dimos por cerrado el recorrido por el territorio amenazado, un sábado final de la primavera de 1987, para dar nuestros adiós definitivo…
Así empezaba lo que tenía previsto escribir, mas lo insólito de los fuegos, también asoladores, me han condicionado y estoy incubando otro temor. Arrancaba con la noticia de una pasarela colgante, allá por Anciles, que por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la Diputación de León, se anunciaba como la panacea “para impulsar el turismo de naturaleza en la provincia”.
Cuando iba a hablar de ella y encontré a ambos actores políticos, me di cuenta que los dos habían estado en Asturias. La coyuntura del fuego me condicionó para el resto de 'opinión', pero sin absorción plena para completar el artículo.
Y paso a decirles que se dejen de colgar sendas turística y vamos a ver si colgamos aviones de carga y mensajería, dándoles cobijo, atención y abastecimiento en el Aeropuerto de León acondicionado para ello, eso sí que abre vistas y puertas económicas. ¡Pero ya!, antes de que los autonomistas del ente bien entrenados en los manejos de esquilmación, nos lo arrebaten.
¿De comida en Gijón?
A Gijón siempre hemos ido los leoneses. Sus Ferias de Muestras eran otro acicate. En la de este año en curso, para el Día de León, allí estaban lo citados políticos, que se dicen de León y laboran para el ente autonómico, allí han estado y soltado sus mejores espiches, y nunca mejor empleada esta expresión coloquial, de verborrea interesada; un chorro de ingenio, el suyo, pero al dictado. ¡Y la provincia de León ardiendo! Y no les cortó la meada, esa que dicen hay que saber hacer para evacuar bien la sidra.
No hago persecución a Suárez-Quiñones, aunque tal parece... ¡Pero es que hace deméritos suficientes y de continuo para ello! ¿Qué ha aprendido de fuego hasta hoy? ¿Tan siquiera algo de apagafuegos fijándose en UME, que afortunadamente no tiene que dirigir él?
Fue a Gijón lanzado con ardores de pre campaña que parece ya invadirle, o le instan a ello, para, entre otras cosas, decir al Gobierno de España que “no deje pasar el tren del progreso del transporte de mercancías que supone el Corredor Atlántico”, para León. De justa razón señor Suárez-Quiñones, si no fuera porque el ente autonómico, al que aplaude y sirve, nos ha robado la logística del noroeste, ¡descaradamente!, ahí nace nuestro declive. Le rebasan los ardores colaboracionistas, y eso también quema …
Su postura, en supuesto elegante escorzo, en la fotografía de familia en Gijón, me causó la irritación suficiente para pedirle, sensatez y actuación positiva, retrátese en la Junta, exija para León, y diferencie la Región Leonesa. ¡Lo quiera o no, es nuestra región! La que también tiene que proteger de las llamas. Y desde la Sierra de La Culebra quemada para acá... ¡Los montes siguen sin cuidar! ¡Parece no haber aprendido nada!
Por supuesto, nuestro mejor pulmón verde, nuestros montes, han de ser cuidados, no descubro nada al decirlo. ¿Quién desbroza allá donde no hay paisanaje y ganado pastoreado? ¿Tiene algún plan de trabajo el consejero? ¡Ah!, que aún está el tema en el cajón de las propuestas…
Las llamaradas, son ciertamente destructoras e imprevisibles, para, con osada temeridad, entretenerse en tomar unos culines más de sidra.
Mañueco en plan figura, con tablas, ésas que no arden y se llaman descaro, al regresar, no muy presto, y ya en los momentos del manido recurso verbal de soltar promesas reconstructoras, le quiso ayudar y no remató como consejero… en la jugada.
Todo esto nos viene dado por estar amarrados en una Comunidad impuesta (centralista descarada) y la Región Leonesa deslavazada por la insensatez de los 'nuestros' bajo el cepo del partidismo, actuando de irrazonables colaboracionistas…