Beneficios de hacer el Camino de Santiago

Peregrinos en marcha a Santiago.

👉 Viene de la quinta parte

Únicamente el hecho de regalarnos un tiempo para nosotros mismos, de ser capaces de tomar cierta distancia sobre nuestro día a día, es ya de por sí un beneficio colosal. Pero son numerosos y muy reconfortantes todos los provechos que nos regala la experiencia del Camino de Santiago, aquí os dejamos algunos ejemplos:

— A los pocos días de emprender nuestro viaje ya comenzamos a sentirnos física y mentalmente fuertes, una poderosa sensación que nos eleva por encima de la persona que éramos antes de empezar a caminar. Y pronto nos descubrimos contemplando amaneceres o charlando distraídamente con peregrinos y paisanos que encontramos en la ruta, viviendo intensa y plenamente cada paso que damos. 

— También descubrimos lo liberador que puede ser olvidar por unos días o semanas asuntos más prosaicos para concentrarse en algo tan sencillo como esencial, caminar el mundo. 

— Enfrentamos nuestros límites, superar retos y dificultades hace que fortalezcamos nuestra capacidad de esfuerzo. 

— Aprendemos de nuevo lo que significa ser solidarios al compartir kilómetros, palabras o manjares con otros. 

— El Camino nos humaniza y, en cualquier caso, si hay algo que distancia hacer el Camino de Santiago de cualquier otra propuesta vacacional o viajera, es esa capacidad que tiene para desconectarnos del mundo y esa mezcla de deporte, cultura y espiritualidad que contiene vivir una experiencia como esta. 

— Disfrutamos plenamente de la naturaleza. Esto es algo que en principio puede parecer una obviedad, pero es sin duda una de las grandes revelaciones del Camino. Un buen día el caminante se descubre a sí mismo conmovido por algo tan sencillo como un atardecer sobre el horizonte, un ciervo que aparece a lo lejos o el silencio que esconden las montañas. Y la sensación de plenitud al detenerse ante la belleza natural casi le retrotrae a la infancia, cuando todo era nuevo.

Y para terminar podríamos asegurar sin ánimo de redundar que, definitivamente, el Camino nos hace más sabios. Al fin y al cabo, como le decía Don Quijote a su inseparable y querido Sancho: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.

👉 Sigue en la séptima parte

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