Piñón Fijo, Los Cardiacos y Los Flechazos, tres grupos icónicos de la 'movida leonesa' para recordar

Piñón Fijo.

Nuria V. Martín

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el 22 de noviembre como el Día Mundial de la Música coincidiendo con la celebración de Santa Cecilia, a quien el Papa Gregorio XIII declaró patrona de los músicos, en 1584.

Nosotros no nos vamos tan lejos para homenajear esta fecha tan movida. Concretamente, hemos viajado en la máquina del tiempo a la época en la que los DJs se llamaban pinchadiscos, es decir, los ochenta. Momento álgido donde muchos grupos leoneses literalmente lo petaron. Redoble de tambores. 

Piñón Fijo

Desde Villablino llega este trío. Formado por Mario Fernández (bajo y vocal), Juaco Arias (batería) y Floro Varela (guitarra), eran los influencers de la Laciana del momento (1986-1990).

Hablando con Mario de aquella época salen a relucir algunas impresiones: “los 80 en España fueron años de explosión y bullicio, de vivir la música como nunca se había hecho hasta entonces”. Y resalta que “había muchos grupos y muchas ganas de reivindicarse, así que fueron años de ilusión y esfuerzo”.

Su primer trabajo discográfico tenía cuatro temas, pero el más sonado fue 'No me hagas trabajar'. Con un pegadizo estribillo, estos chicos confundían a la gente haciendo creer que eran niños pijos, estilo Hombres G, pero sorprendían a todos cuando decían: “la música es un hobby, nosotros somos mineros”. Situación que inspiró el “Desde el fondo de la tierra al cielo de la música”.

Mario guarda un buen recuerdo de esa etapa. “Con Piñón Fijo, la ilusión de grabar un disco y, más tarde, un LP fue enorme, y muy emocionante el apoyo a la causa de toda Laciana” asegura.

Después de ese pelotazo no pararon durante los siguientes años, tocando en muchos conciertos y grabando más discos, como ‘Un amigo de verdad’ (1988). Además, fueron incluidos en varios recopilatorios, uno de ellos el de la famosa campaña ‘Salvemos la Catedral’.

Juaco, que falleció a los 58 años a causa de la covid, a principios de los noventa se fue distanciando de la música. Mientras que Mario militó en los Cardiacos, de los que os hablaré a continuación.

Los Cardiacos

En 1978 aparecen en escena Kike Jiménez (guitarrista y vocalista con una gran trayectoria desde los catorce años), Macario ‘Maco’ Pérez (voz), Carlos Suárez (guitarra y órgano),  Chiqui (bajo), Toño Pedrada  (saxo y órgano) y Pepe (batería). Un sexteto con influencia del pop y el rhythm’n’blues.

Después de un año en el que ignoraron todas sus maquetas, en 1979 publicaron la cassette ‘Las discográficas no dan la felicidad’, de la que vendieron 2.000 copias. Cifra nada reprochable si tenemos en cuenta que fue un debut independiente y carente de promoción.

Pero ese mismo año su carrera termina de despegar al ganar el concurso estatal ‘Ritmo del verano’. Un evento emitido en la SER y orquestado por parte de Seat para promocionar su nuevo modelo Ritmo. Con él brindó la oportunidad a bandas completamente desconocidas de subirse al escenario de la Plaza de las Ventas, en Madrid.

Como es lógico, una victoria así lo que te reporta es visibilidad. Todas las discográficas querían trabajar con ellos y programas como ‘Aplauso’ los entrevistaron. Y es en 1980 cuando firman un contrato con la multinacional Fonogram por tres años. Lo que trajo temas como ‘Salir de noche’, ‘Chicas de Burda’, ‘Extraños en tu sombra’ o ‘Noches de Toisón’, incluida en el recopilatorio de la multinacional ‘Bocadiscooo’.

Tras bajas y cambios en la logística del grupo y desacuerdos con la discográfica, en 1984 salía a la calle ‘Los Cardiacos’, editado por DRO, el esperado primer álbum del grupo que supuso un nuevo acercamiento al pop-rock. Consiguieron una gran acogida entre público y crítica con éste y próximos trabajos hasta 1992.

Uno de esos cambios fue la incorporación de Mario Fernández, de Piñón Fijo, y así habla de su paso por la banda: “tuve el honor de formar parte de la última formación de los Cardíacos y disfruté mucho del que, para mí, ha sido el mejor grupo que ha dado León”.

Los Flechazos

En 1986 aparece este grupo estilo mod, influido por la música británica y el soul. Una banda con toques setenteros que componían Alejandro Díez Garín (que debutó en ‘Ópera Prima’), Elena Iglesias, Pedro Javier Alonso, Héctor Escobar y José Berrot.

Después de aparecer en el album colectivo ‘Teloneros’ lanzan ‘Viviendo en la Era Pop’, producido por Kike Cardiaco en el 88. Fue el único LP como quinteto. Con el segundo album, ‘En el Club’, la formación se reduce a cuarteto hasta el fin de su carrera, sin contar el acompañamiento de viento que usaron por entonces. Y en el ‘Preparados, listos, Ya!’ Ramón Díez remplazó a Héctor en el bajo durante un pequeño periodo de tiempo.

Siguen siendo fieles a su sonido en sus siguientes trabajos, a pesar del cambio de rumbo en la discográfica, hasta que en 1994 Héctor y Pedro Javier abandonan el grupo y los sustituyen Francisco Vila y Miguel Manero. Año en el que hacen su primera incursión con el sello británico Detour. Y en el 95, con la firma Elefant detrás, apuestan por un ritmo britpop en ‘Alta fidelidad’.

¿Te suena el Purple Weekend de León? Pues aquí tienes a los responsables. Álex y Elena celebran la primera edición en 1997. En la segunda Los Flechazos anuncian su separación, tras la cual Álex continuó en la música con su proyecto Cooper desde el año 2000.

Y como conclusión de la movida leonesa os dejo con la reflexión de Mario, quién la vivió en primera persona: “de 'Aquellos maravillosos años' nos ha quedado muy buen sabor, aunque cualquier tiempo pasado no tiene por qué ser mejor, y más si la música te acompaña durante toda tu vida”.

Podía continuar con la lista hablando, por ejemplo, de ‘Deicidas’, ‘Berlín Interior’, ‘La Fuga’... Si a ti te marcó algún otro o al leernos te has visto tarareando alguna nota háznoslos saber por redes sociales y te aseguro que habrá un nuevo repertorio de arte musical de nuestra tierra.

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