Cine

Cine al aire libre en la plaza de Boñar este jueves y viernes con el Cinegrillón 2024

Cinegrillón de Boñar.

Antonio Boñar

Están a punto de cumplirse cuarenta años de la publicación de Luna de lobos, novela en la que Julio Llamazares volcaría todas aquellas historias de los maquis que escuchaba contar en voz baja a los adultos, las vidas de esos héroes huidos al monte que le mantenían desvelado y alimentaban su imaginación infantil. Y precisamente ‘Los héroes de mi infancia’ es el título escogido por el escritor leones para la ponencia con la que el martes inauguraba en Boñar el curso de verano de la Universidad de León (ULE) ‘Movimientos guerrilleros contemporáneos’. Una serie de ponencias y actos que se prolongarán hasta el viernes el 12 de julio, y que incluirán una visita a las cuevas de la guerrilla de Vozmediano y la proyección de Luna de lobos en la emblemática Plaza del Negrillón de Boñar a las 22 horas.

El filme homónimo que adapta la novela de Julio Llamazares se estrenó en una época que todavía seguía tratando de cicatrizar las heridas de la Guerra Civil y la larga dictadura de Franco. Por muy extraño que nos pueda parecer ahora, en aquellos años de la Transición había un pacto no escrito de silencio cultural y político que convertiría a estos guerrilleros en unos grandes olvidados. “Los huidos perdieron tres guerras: la Guerra Civil, la postguerra y la democracia”, asegura el escritor. Por eso su novela y esta posterior versión cinematográfica tuvieron tanta importancia, porque recuperaron la memoria de todos aquellos maquis que se habían lanzado a la montaña para sobrevivir y seguir guerreando, porque en cierto sentido les sacaron de ese injusto olvido para darles voz. Luna de lobos es una magnifica película que fue necesaria entonces y que sigue emocionando después de tanto tiempo, especialmente a los que hemos crecido en la montaña leonesa escuchando también todas esas viejas historias que protagonizaban ‘los del monte’.

'Llenos de gracia' (2022) – Viernes 12 de julio a las 22:00 horas

Llenos de gracia se inspira vagamente en la historia real de Valdo, un chaval de Villablino que alcanzó su sueño de ser futbolista desde el colegio de huérfanos en el que vivía y gracias a la hermana Marina, una monja que creyó en su potencial como jugador y que fue su entrenadora, representante, utillera y hasta conductora de la furgoneta en la que los chavales acudían a los partidos.

Estamos ante una comedia familiar y gamberra que esconde muchas más dosis de mala leche de lo que en principio podríamos esperar. Porque no podemos negar que una cinta que une monjas, niños con problemas, fútbol y un relato de superación personal tenía muchas posibilidades de volverse sensiblera y melosa. Y lo que nos encontramos en cambio es una divertida oda a lo políticamente incorrecto, con unas monjas que fuman o beben cerveza y unos niños que hablan y se comportan de forma totalmente creíble. Quizás esa sinceridad que transpira el filme se deba a la completa asimilación de la época que retrata, principios de los noventa, unos años en los que todavía no habíamos caído en la dictadura de la corrección y a las cosas se las podía llamar por su nombre. Llenos de gracia es una estupenda película para disfrutar en familia y bajo la luz de la luna en la Plaza del Negrillón de Boñar.

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