Arte en depósito en León
Está claro que los artistas leoneses tienen puesta la vista en espacios privilegiados, improvisados museos al aire libre que se ven desde grandes distancias y que llaman poderosamente la atención. Ilustrar con pintura o con grafitis los depósitos de agua es, visto lo visto, una especie de especialidad artística leonesa. El último ejemplo de ello puede verse desde hace algunos días en el depósito situado en el llamado Cerro de la Mota o la Mota del Castro, en referencia al viejo tanque sobre las lomas del barrio de Puente Castro, a la derecha según se sube al Alto del Portillo.
En este vetusto depósito ha amanecido decorado con unos enigmáticos ojos femeninos, de cuya autoría es responsable Dadospuntocero. Se trata de un gratifi sobre casi un centenar de metros cuadrados de tonos grises realizado con pintura NAF que se puede apreciar no mirando desde la ciudad sino cuando se circula por la carretera N-601 o desde algunas calles de Puente Castro. Porque desde León en realidad sigue estando a la vista unas mucho menos artísticas pintadas al uso de carácter meramente reivindicativo, como aquellas que reclaman la salvación para los restos arqueológicos de la antigua ciudad de Lancia, amenazados por la ejecución de la autovía León-Valladolid.
Esos ojos de mujer son la última y sorprendente intervención artística sobre un depósito que, involuntariamente, forman parte de la historia de la ciudad. Porque como es sabido gracias a las descripciones de personas como Victoriano Crémer y otros supervivientes del franquismo en León, era precisamente a los pies de ese depósito de Puente Castro donde se ubicaba el campo de tiro militar elegido de manera muy habitual para fusilar a los republicanos, militares, sindicalistas, civiles o políticos acusados injusta e irónicamente de “traición” por no secundar el golpe de estado comandado por Francisco Franco en julio de 1936.
Los depósitos se conservan muy bien después de tanto tiempo pintados.
Contra la creencia habitual de que esas ejecuciones tenían lugar en el otro punto opuesto de Puente Castro, donde se ubica el cementerio, en realidad el paredón más usado, en ocasiones cada noche para acabar con la vida de grupos de hasta 15 personas de una sola batida, era a la sombra de este depósito. Allí, entre otros muchísimos, fueron castigados con la muerte ante un pelotón en la madrugada del 21 de noviembre de 1936 los más destacados dirigentes institucionales y sindicales, encabezados por el alcalde de León, Miguel Castaño, el gobernador civil en la provincia, Emilio Francés, o el presidente de la Diputación, Ramiro Armesto, entre otros.
Curiosamente, en aquel terrible ajusticiamiento de los golpistas cerca del depósito hoy tan artístico también fue castigado con la muerte una importante figura del arte leonés de entonces, el pintor Modesto Sánchez 'Cadenas', compañero de Vela Zanetti, cuyo padre, Nicostrato Vela, fue otro de los cientos de fusilados del depósito de Puente Castro del 36 en adelante.
Desvelando el autor y el significado de los depósitos de la Carretera de Asturias
Pero no es ni mucho menos la primera vez que el arte se fija en este tipo de espacios, infraestructuras del agua en más o menos uso. Ya en el año 2005 vio la luz otro proyecto muy ambicioso que aún perdura en el tiempo, a pesar de haber transcurrido once años. Se trata de la obra titulada 'Bosque en la noche', plasmada en los dos enormes depósitos de agua situados en los altos de la carretera de Asturias, que fue proyectada y ejecutada por el artista Salvador Armesto.
Originalmente, contó con el apoyo económico de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Casi todos los leoneses han pasado bajo esos dos impresionantes depósitos que presentan, en contraste de colores morados, doce y trece árboles respectivamente, de 8 metros de alto cada uno, ejecutados durante meses con el uso de plantillas gigantes confeccionadas para la ocasión. Como pocos saben, y su autor explica, representan sendos “bosques sagrados celtas, uno dedicado al sol y otro a la luna, que simbolizan también lo masculino y lo femenino”.
Armesto recuerda que “dejamos dos de los muros absolutamente en blanco como oferta de espacio a los artistas plásticos callejeros, porque mi proyecto contaba con esa participación absolutamente libre y no condicionada”, sabedor de que estos lugares son muy golosos para los artistas, grafiteros o no.
Hay lugares de la provincia que no le van a la zaga y también han ensayado el arte en los muros de un depósito de agua, como es el caso de Robledo de la Guzpeña.