Silván 'bendice' la nueva Plaza del Grano en su primera visita como alcalde
“No hay hormigón, ¿no? No se han talado los árboles, ¿no? Sale el verdín, ¿verdad? ¿Las calles Capilla y Mercado siguen ahí?”. Con estas irónicas palabras fuera de micro saludaba el alcalde de León, Antonio Silván (PP), su primera visita a la remodelación de la Plaza del Grano, que ha estado trufada de polémica desde el planteamiento del proyecto hace ya casi cinco años y tras 16 meses de tensa ejecución.
Saludaba el regidor, junto a la concejala de Urbanismo y Medio Ambiente, Ana Franco, adalid popular del proyecto, a una decena de invitados representantes de las empresas ejecutoras y otra docena de periodistas que han sido esta tarde los primeros en pisar el nuevo empedrado de cantos rodados, “150.000 bolos que uno a uno se han puesto a mano”, remarcó el regidor, el cual posaba para una foto que Silván no había evitado hacerse desde que accedió a la Alcaldía hace casi tres años.
Sus palabras fueron para dar “las gracias a todos los leoneses, muy especialmente a los vecinos que tienen esta plaza como referencia”, así como “a los magníficos profesionales de las empresas leonesas” Domingo Cueto y Decolesa que han realizado los trabajos, con un gasto total de 600.000 euros -la primera estimación municipal fue de 60.000, “y a todos los técnicos que han hecho lo necesario para una plaza renovada y accesible para todos”.
Invitación a la “Fiesta de la Plaza del Grano” el 17 de junio
Y aprovechó para invitar a todos a una “fiesta leonesa” que el Ayuntamiento organizará el próximo domingo 17 de junio y que bautizó con el nombre de “Fiesta de la Plaza del Grano” para que todo el mundo compruebe “la realidad” de una ejecución que ha servido, dijo, para “ponerla más bella” para que “siga siendo la plaza de siempre de León con más futuro que nunca”.
Con un ejemplo muy gráfico, Silván remarcó que este patrimonial espacio público del Casco Histórico de la capital “se estaba muriendo, estaba en la UVI y la queríamos llevar a planta, y ha salido del hospital”. Y a su entender, “si hubiéramos seguido las indicaciones de quienes criticaban a lo mejor estábamos en el cementerio, y queremos que esté viva”.
A pesar de miles de voces en contra, dos nutridas manifestaciones, paralización de los trabajos tras el uso de maquinaria pesada, presencia diaria de los autodenominados Guardian@s del Grano, evitada con presión policial -hoy los policías, también presentes, eran testimoniales- demandas judiciales y administrativas y lacerantes críticas de instituciones como la de Icomos, ente asesor de la Unesco en materia de Patrimonio, Antonio Silván manifestó que “confiábamos desde el primer momento (en el proyecto del PP) y los leoneses nos han ayudado a confiar”.
Ramón Cañas, contra la “intoxicación global”
En este sentido, más duro fue el arquitecto ganador del concurso de ideas convocado en 2014, Ramón Cañas, quien aseguró que “se ha demostrado con hechos lo que se iba haciendo, porque los papeles o los dichos al final lo aguantaban todo, había una intoxicación global a favor o en contra, (posiciones) inexactas o falsas, utilizadas como una piedra arrojadiza”.
Explicó a los periodistas que “se hizo lo dicho: mejorado las bases terrosas compactadas para dar más durabilidad que antes, y una recolocación (de las piedras)”, a falta sólo ahora de “un atusado final, algunos retoques” antes de la apertura total de la Plaza del Grano a partir del 17 de junio. Y quitó hierro a la última queja por una tormenta que encharcó masivamente parte de la plaza.
Habrá el tráfico “imprescindible, imprescindible”, dice Silván
Preguntado por el grave problema del tráfico rodado, que se permitió durante 25 años con total impunidad desde el Ayuntamiento y causó, junto a la falta de mantenimiento, la grave situación que la Plaza del Grano padecía tras la restauración artesanal de los hermanos Seoane en 1989, Antonio Silván no aseguró de manera categórica que los vehículos no circulen a partir de ahora por ella sino que “el uso vehicular será el imprescindible, imprescindible, imprescindible”, para lo que además pidió “la colaboración de todos los leoneses”, y en todo caso “sin la permisividad que hasta ahora había”.
El alcalde rehuyó valorar el tratamiento que su mandato ha dado al patrimonio leonés, que a la gestión de la Plaza del Grano suma el derribo de la casa más antigua de León, la polémica restauración de la más antigua de Ordoño II o preocupantes derrumbres en dos importantes tramos de la muralla romana y medieval de la ciudad. “Yo sólo pongo ejemplo del compromiso de recuperación y restauración del patrimonio en esta magnífica Plaza del Grano”, zanjó.
Un paseo final de la comitiva y una sesión de fotos, ante un panel con fotos del antes y el después de una nueva plaza que sólo con la ejecución de las aceras perimetrales hacen que el Grano haya perdido unos 300 metros cuadrados de empedrado tradicional, puso punto y final al histórico momento en el que un alcalde del PP, desde hace muchos años, se atrevió a retratarse públicamente sobre el querido pavimento de este espacio. Porque, como repitió, ahora es el momento de disfrutar, él también, de “una ejecución envidiable y digna de las mejores restauraciones”.