La lucha por la Filosofía en la Educación: necesitamos pensar lento

El cuadro de la 'Escuela de Atenas' de Rafael. // Wikipedia (Public Domain)

Jesús María López de Uribe

Se cierne una gran amenaza en el futuro para todos nosotros si los jóvenes no estudian Filosofía (y Ética) en los centros educativos. El plan del Gobierno de suprimir la asignatura no hará más que dejarlos inermes e indefensos ante un mundo que, cada día que pasa, se convierte en un caos que nadie entiende y con un ritmo frenético que no deja pensar.

En esta realidad de redes sociales y medios de comunicación bombardeando noticias sin parar y sin fondo, ya estamos pudiendo comprobar cómo el debate está muriendo. Cómo la interpretación literal de la realidad, sin comprensión profunda, pensando más allá, de las cuestiones que se plantean, nos está llevando otra vez a la Edad Media: al ascenso de la nueva inquisición de los ofendiditos y a la quema en la hoguera digital de las ideas que no casan, ya no sólo en el pensamiento imperante, sino en la polémica del día.

Y es que ya no pensamos despacio, lento, como hay que intentar hacer cuando los problemas son tan difíciles que una solución sencilla no sirve aunque nos apeteciera mandarlo todo a freír espárragos y decir “ya está, a tomar por ahí se queda así”. La demostración de ello es que, por muy indignados que estemos, es bastante improbable que votar cabreados sirva para solventar los problemas de un mundo en decrecimiento.

Por eso los populismos sólo sirven para mitigar el enfado de los ciudadanos con soluciones tan poco edificantes como “votar en contra de los que gobiernan” (ponga insultos varios a los políticos aquí si le apetece), sin darse cuenta que son los que mandan los que están dirigiendo el mundo con su ideología; pero no para beneficiar a todos, sino a sí mismos y a los suyos.

Y la única arma para combatir eso es la primera disciplina humana que usó la capacidad lógica de nuestro cerebro homínido. Es la Filosofía, la primera herramienta intelectual del ser humano. De ella nacieron las matemáticas, el lenguaje que describe la realidad; y de ambas, la experimentación y la ciencia.

Entender nuestro mundo tecnológico

En un mundo avanzado como el que vivimos la Filosofía es fundamental para entender las herramientas digitales que tenemos en nuestras manos. Cuando nació Internet todo el mundo pensó que serviría para mejorar la comprensión humana, para el debate y para conocer más y mejor los avances que venían de cara al futuro. Y de hecho así ha sido en parte, pero con consecuencias inesperadas que han enfangado todo desde que surgieron las redes sociales: hoy son un campo de guerra por la hegemonía ideológica entre la ultraderecha y la ultraizquierda en el que la mayoría de las personas están perdidas.

Sin Filosofía, sin pensamiento lento, sin debate, los jóvenes (y no tan jóvenes) de hoy en día no tienen defensa alguna. Y menos la tendrán en el futuro si ni siquiera saben quién era Platón o nadie les explicó el mito de la caverna; que es absolutamente necesario para comprender la actualidad y el ecosistema de información que nos abruma. Ya no digamos si no conocen a San Agustín, o a Descartes. O a Kant, ya que sin él serán incapaces de categorizar siquiera qué es una u otra cosa. Su pensamiento, como se está demostrando durante los últimos años en el debate social, será un caos imposible de abarcar.

Un arma muy poderosa

Hay que tener en cuenta que la Filosofía, convertida en ideología, es un arma muy poderosa. Los soldados de los ejércitos exitosos a lo largo de la Historia tenían un discurso bien aprendido e interiorizado creado por los ideólogos cercanos a su general, rey o país que les permitía ganar batallas incluso en inferioridad de condiciones; sobre todo por los avances tecnológics bélicos creados por sus pensadores. Los países con un pensamiento coherente, definido, consistente a lo largo de cierto tiempo, siempre han tenido ventaja sobre los demás.

Y los poderosos lo saben. En un mundo en el que prima el vender lo que sea a una masa que no piensa, pero que siente, los estrategas de las grandes corporaciones han conseguido que la tecnología se haya convertido en algo mágico, hermético, que pocos pueden comprender. Es pura magia que sólo controlan unos pocos, porque todo producto de hoy en día se diseña con filosofía y se vende con pasiones.

Y los políticos, conscientes de ello, saben que si sus gobernados no entienden lo que pasa, no procesan convenientemente la información con la que se los asalta cada día –no pueden 'pensar lento' en esencia–, los van a tener controlados pastoreándolos de aquí a allá con la polémica del día.

Si los jóvenes no tienen el más mínimo conocimiento básico de la Filosofía están perdidos. No es que el resto de los mayores sepa mucho de esta disciplina, pero al menos algo les contaron en el instituto. Sólo hay que imaginar qué ocurrirá si a partir de ahora no se enseña. Sólo los ricos y los poderosos, aquellos que sí pueden dedicar tiempo a pensar porque tienen la vida solventada, podrán usar ese conocimiento... para mantener en la servilidad ideológica a los más pobres y a los más necesitados. Ya lo están consiguiendo ahora, pero llevan toda la Historia de la humanidad haciéndolo: la Filosofía es un acto revolucionario (lucha contra los sentimientos y la irracionalidad animal homínida) y no quieren que cualquiera pueda pensar algo distinto de lo que les conviene para alcanzar su propia agenda de intereses.

Los poderosos de Atenas ordenaron a Sócrates suicidarse precisamente por “corromper a la juventud”. Pensemos lento por una vez, ya que estamos aquí: en realidad se libraron de él porque hacía pensar a la juventud sobre lo que realmente importaba y no les venía bien para su objetivo de dominar al pueblo.

Que se elimine la Filosofía de los planes educativos no es un error: es un plan calculado por algunos ideólogos –filósofos al fin y al cabo, pero digamos del 'lado oscuro'– para controlar a las masas, para que la población quede inerme ante sus estrategias ocultas y los poderosos hagan con ellos lo que quieran.

Sí, ocultas, pero a simple vista de aquel que sí conoce y sabe lo que pasa. No en vano la palabra 'filósofo' significa “amigo del saber”.

Por eso la Filosofía debe de estar en los planes educativos obligatoriamente. Nos va la vida, y el futuro, en ello. Hagamos pensar lento a nuestros políticos.

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