La Junta dilata hasta 2025 la gestión chapuza de las obras del centro de salud de Pinilla

Pinilla cumple dos años cerrado con las obras paradas.

Elisabet Alba

La Junta de Castilla y León dilata hasta mayo de 2025 la chapuza de su gestión en las obras de Pinilla, a pesar de que el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, se comprometió hace tan solo unos meses a que el centro de salud, que acaba de cumplir dos años cerrado, estaría en funcionamiento como tarde a finales del año que viene.

La administración autonómica acaba de renovar con el Hospital San Juan de Dios el contrato para seguir prestando en el centro privado los servicios de la sanidad pública, según ha podido conocer este medio por fuentes oficiales. Un nuevo acuerdo que supone un crecimiento del 36% del coste mensual para las arcas públicas, que se eleva hasta los 9.546,90 euros a partir del próximo 1 de junio.

El aumento del precio, justifican, atiende a la necesidad de más espacio privado para desempeñar el servicio público. Concretamente, Sanidad alquilará ocho estancias en la quinta planta del Hospital San Juan de Dios, a mayores de las que ya ocupaba hasta ahora en la primera y la cuarta: una sala de preparación al parto más amplia de la que se venía usando desde 2021 cuando se produjo el traslado de los servicios, tres salas de técnicas de electro, espirometría, cirugía menor, etcétera, una sala de reuniones para el personal del Sacyl, otra de usos múltiples, una oficina de administración y un almacén.

Todo ello con las obras del centro de salud paradas. Según las mismas fuentes, ya se han recibido las obras de consolidación de la estructura del edificio y se ha entregado el proyecto de ejecución, que ya está sobre la mesa de la Consejería de Sanidad a la espera de que decida iniciar el expediente de licitación.

La chapuza en cifras

Pinilla es el centro de salud de referencia para 21.000 usuarios de los municipios de León y San Andrés del Rabanedo, que en este tiempo han denunciado reiteradamente los retrasos en los trabajos, los inconvenientes que suponía a sus vecinos, la escasa comunicación con la administración autonómica y la reivindicación de hacer el centro de salud completamente nuevo, en vez de estar esperando cuatro años por la remodelación.

Los trabajos se reconocieron como “una prioridad” hace más de una década, pero no tuvieron fondos hasta el año 2020 y se paralizaron tan solo diez meses después de iniciarse. La primera empresa que se hizo cargo de las obras renunció a seguir adelante por el deficiente estado de los cimientos y el miedo a que se cayesen. La Junta se negó a tirar la estructura y hacer un centro de salud nuevo y, en un intento por ahorrarse dinero, tampoco aceptó que la adjudicataria reforzase el esqueleto por los 260.000 euros que le pedía para ello. Como máximo estaba dispuesta a pagarle 90.000, pero acabó soltando 300.000 euros a otra constructora, después de meses de inactividad y un nuevo contrato.

Una vez asegurada la estabilidad y seguridad de la estructura, la Junta vuelve al punto de partida con dos años de retraso, que le ha costado hasta ahora ya medio millón de euros más de lo previsto.

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