Un arquitecto leonés propone demoler y 'enterrar' el Valle de los Caídos, y con él a Franco para reorientar su memoria
No cabe duda que la tumba del dictador español Francisco Franco se ha convertido en un problema de Estado, situándose desde hace meses entre los temas prioritarios de la agenda política y social en España. La decisión aprobada por el Congreso anunciada por el Gobierno del socialista Pedro Sánchez de desenterrar sus restos del Valle de los Caídos, el mausoleo de Estado por él construido, y los problemas que causa la búsqueda de un destino para ellos, no están haciendo más que complicar el panorama.
En este contexto, un leonés, arquitecto de profesión, Pablo López Aguado, tiene una solución. La ha dado en llamar #SoluciónFranco y encierra un original y seguro que controvertido proyecto que propone demoler completamente todo lo construido por el régimen golpista en el Valle de Cuelgamuros a mayor gloria del franquismo, y a costa del sacrificio de miles de presos de la Guerra Civil y la posguerra.
El regreso de la naturaleza
Se demolería por completo la enorme cruz de 150 metros que domina el paisaje desde 1958 y se realizaría un movimiento de tierras tal que sepultaría la actual basílica y la abadía, dejando a la vista lo mismo que había antes de la grandilocuente obra: solo monte.
¿Pero quedaría todo arrasado por completo, se borraría toda huella de lo ocurrido allí o de que sea el lugar del último descanso del dictador español o del fundador de Falange, José Antonio Primo de Ribera, así como muchos otros 'caídos' por España y represaliados? Ni mucho menos.
El proyecto del responsable del estudio de arquitectura PlaArQ ha diseñado, además, un pequeño centro de interpretación en forma de gruta subterránea con alguno de los pocos elementos artísticos que a su juicio merecen ser conservados, un centro en el que se explicaría qué fue el Valle de los Caídos y cómo se construyó, una memoria del fascismo español del siglo XX. Y para añadir carga simbólica, la tumba de Franco seguiría quedando visible, pero ahora caminando bajo la lápida, de manera que los restos del Caudillo quedarían 'colgados' en el techo de esa gruta, la cual acabaría en el Jardín de la Democracia. Una revisión alegórica, de tan audaz de factura como agobiante. El resumen del proyecto de puede comprobar en este VÍDEO:
Una placa en cada árbol para cada enterrado
Sí, la #SoluciónFranco resuelve el “espinoso asunto” de qué hacer con sus restos: permanecían in situ para siempre. Cumpliendo su última voluntad, pero no exactamente como el dictador había dispuesto. Ni trasladarlos a la Almudena en Madrid, como propone ahora su familia como pulso al Gobierno, ni ningún otro emplazamiento, sin duda siempre espinoso. Ocurriría lo mismo con José Antonio y los demás enterrados en el lugar. Unas sencillas placas en los árboles del nuevo y recuperado bosque les identificarían a todos, en igualdad de condiciones, sin prevalencias.
Al arquitecto se le ocurrió esta idea “cada vez que iba y venia a Madrid”, admite que “me molesta, me ofende”, y no sólo por su simbolismo intacto en tantos años de Democracia sino por el valor arquitectónicos y artístico del monumento en sí y de sus símbolos, porque no los tiene. “Es horrible y carece de todo valor”, afirma “objetivamente”. En cambio, “la naturaleza que le sustituiría no tiene carga política”, defiende.
Una solución global
De ahí la idea de “transformarlo en un parque” y minimizar hasta el extremo la polémica que generaría la presencia de los restos de Franco, alejando los fantasmas “de las tentaciones de exaltación o, por qué no, de profanación”. Y es, a su juicio, “una solución todo en uno, porque se resolvería de una vez también la presencia de José Antonio, pero también la de los demás restos, que ya se ha dicho que es imposible exhumar ni mucho menos identificar porque es que ni se pueden separar los cuerpos” de la fosa actual.
La filosofía es, además de “un poco de justicia poética”, erradicar la idea de “borrar la historia: propongo sólo algo que lo único que borra es la tentación de homenaje”, algo que “jamás se nos ocurriría si se tratara de Hitler, ¿no?”. Una inspiración para este profesional es la Casa del Fascio, junto al lago italiano de Como, una obra que a López Aguado le parece de “gran calidad”.
“Que lo resuelvan generaciones que no se odien”
En el peor de los casos, explica, la #SoluciónFranco para el Valle de los Caídos y lo que contiene sería, al ser 'soterrado', una ingeniosa alternativa histórica, de manera que “al menos dejaríamos que lo resuelvan definitivamente las generaciones del futuro, cuando ya no se odien a causa de este tema”.
El alto coste público actual para un enterramiento faraónico
Un 'pero' de esta alternativa podría ser el coste. Pero el autor del proyecto asegura que incluso ahorraría dinero público a corto o medio plazo, en apenas dos o tres años, teniendo en cuenta la “locura” que supone que el Valle de los Caídos hoy cueste a las arcas estatales 1,8 millones de euros anuales “y subiendo”. “Pongamos que salga por 3 millones de euros, la voladura y lo demás, el nuevo centro de interpretación... pero es que son ideas tan sencillas como divertidas, porque lo que no planteo es un Disneyland del fascismo”, mantiene. En cambio, hoy el lugar supone que Francisco Franco siga “enterrado como un faraón, con guardia de militares armados y todo, es demencial”.
El autor ha impulsado en las últimas fechas una campaña “discretita” para mentalizar sobre la #SoluciónFranco. “Lo que tengo a mi alcance: unos vídeos muy explicativos y sencillos, unos gifs, y una campaña de recogida de firmas”. En concreto, ésta en este enlace de CHANGE.ORG, en la que cualquiera por internet puede colaborar, al menos con el simbólico apoyo de una rúbrica. Este perfil en Twitter es otro discreto altavoz pero que “poco a poco va consiguiendo alguna interacción”.p
La Capilla de San Olav, otra obra sorprendente de Aguado
Para hacerse una idea de la capacidad innovadora y simbólica, desde el punto de vista arquitectónico, de la #SoluciónFranco, basta fijarse con otro proyecto sorprendente de este arquitecto que lleva 15 años ejerciendo: la original capilla de San Olav. Se trata de un alucinante espacio construido en 2011 junto al pueblo de Covarrubias (Burgos) para satisfacer una promesa que se le hizo hace ocho siglos a la princesa Kristina de Noruega, casada con un hermano del rey Alfonso X El Sabio.
La capilla fue promovida por la Fundación Princesa Kristina de Noruega y la Junta de Castilla y León y muestra, en medio de la España rural, una estampa que deja con la boca abierta por sus formas redondeadas y exentas de ángulos de 90 grados, con mezcla madera y chapa de acero negro, y una angulosa torre. Aquí está la información más detallada de este proyecto.