La limonada leonesa se reinventa

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Sara M.

La Semana Santa está a punto de comenzar y con ella, la tradición por antonomasia, 'matar judíos'. Los bares empiezan a colgar el cartel de 'hay limonada' y los leoneses acuden en masa para cumplir con la obligación impuesta por la fuerza de la costumbre. Nada hay como el componente festivo de cualquier liturgia para mejorar los ánimos y ayudar a los hosteleros en la ardua tarea de mejorar las cifras que acompañan a la realidad económica.

Los que se habían despedido de disfrutar como antaño del sabor de las distintas limonadas, intentando averiguar los componentes que las aderezaban, están de suerte. A pesar de que desde hace unos años, Sanidad impone una mezcla común para todos los establecimientos y que viene ya lista para servir y tomar, algunos no se resisten a inyectarles un poco más de gracia con algunos ingredientes extra.

Este es el caso del pub Mishiara que se ha propuesto reinventar la tradicional limonada con una novedosas receta. Como si de un cóctel nuevo se tratase, el primer paso es picar una gran cantidad de hielo al que posteriormente añaden sirope de violeta, licor de mora y triple seco. La canela y las hojas de menta confieren a la mezcla la nota exótica.

La originalidad viene de la mano de unas pequeñas porciones de gelatina casera, de lima y menta, limón y naranja, a las que inyectan laboriosamente y una a una un chorrito de limonada, con el objetivo de que todo esté impregnado de gusto semanasantero.

¿El resultado? Un sabor que auna la esencia tradicional de la Semana Santa con pinceladas de glamour coctelero.

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