Las catedrales de la Región Leonesa: arte, historia y política
Una catedral no es sólo un edificio religioso; es el corazón espiritual y cultural de una región vinculada a su historia. El término “catedral” proviene del latín cathedra, que significa “silla” o “sede”, haciendo referencia al trono del obispo, quien es el máximo representante de la Iglesia en la diócesis.
Las catedrales son templos monumentales que albergan servicios religiosos, pero además son centros de arte, historia y política. En el Reino de León, varias catedrales han marcado profundamente la identidad de sus ciudades: Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, León, Astorga y la singular “Catedral de la Montaña” de Lois. Cada una de ellas guarda secretos, leyendas y maravillas arquitectónicas únicas.
Las Catedrales de Salamanca
La ciudad de Salamanca, declarada Patrimonio de la Humanidad, no se comprende sin su conjunto catedralicio, compuesto por la Catedral Vieja y la Catedral Nueva. Esta dualidad de catedrales, que conviven una al lado de la otra, ofrece al visitante un viaje visual y arquitectónico por nueve siglos de historia.
La Catedral Vieja, dedicada a Santa María de la Sede, se empezó a construir en el siglo XII y se terminó en el siglo XIII. De estilo románico, su planta basilical de tres naves y crucero conforma una cruz latina, pero su evolución hacia el gótico es evidente en las bóvedas de transición. Su elemento más característico es el Cimborrio o Torre del Gallo, una cúpula que combina influencias del Poitou francés con elementos del románico del Duero. Además, en el interior, se encuentra el retablo mayor, una obra maestra de los hermanos Delli, que narra la Historia de la Salvación en un despliegue de cincuenta y tres tablas.
La Catedral Nueva se empezó a construir en 1513, bajo los auspicios de los Reyes Católicos, y no fue finalizada hasta 1733. Este prolongado período de construcción hizo que combinara estilos gótico, renacentista y barroco, manteniendo una armonía estética sorprendente. Su majestuoso cimborrio, sus portadas detalladamente esculpidas y su coro de estalos barrocos son algunos de los elementos que la hacen destacar.
La Catedral Ciudad Rodrigo
La Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo es un testimonio del fervor cristiano tras la reconquista. Construida en el siglo XII, bajo el patrocinio del rey Fernando II de León, combina elementos del románico tardío con el gótico. Su planta de cruz latina con cabecera triabsidal y su icónico claustro la convierten en una obra monumental en el corazón de esta ciudad fronteriza.
Entre sus tesoros destacan las portadas decoradas con esculturas que reflejan escenas bíblicas y la vida de los santos. La Portada de las Cadenas, en particular, con sus magníficas esculturas del siglo XIII, es un ejemplo notable del arte medieval. En su interior, la sillería del coro, tallada por Rodrigo Alemán en el siglo XV, es un impresionante ejemplo del detallado trabajo en madera de la época. El conjunto arquitectónico se completa con una sacristía y una capilla mayor que muestran la evolución estilística de la catedral a lo largo de los siglos.
La Catedral de Zamora
La Catedral de Zamora, dedicada al Salvador, es un símbolo del arte románico y bizantino en la Península Ibérica. Construida entre 1151 y 1174, su cúpula de influencia bizantina es su elemento más reconocible. Esta cúpula no sólo proporciona un impresionante efecto visual, sino que también refleja la conexión de Zamora con la corriente cultural del Oriente cristiano.
La catedral ha sufrido varias reformas a lo largo de los siglos, adaptándose a los estilos gótico y renacentista. En su interior, se encuentran detalles únicos, como la capilla mayor renacentista y el claustro neoclásico. La historia de la catedral también está entrelazada con la del propio cabildo catedralicio, que ha sido un pilar de la vida religiosa y cultural de la ciudad desde su fundación en el siglo XII.
La Catedral de León
La Catedral de León, conocida como la Pulchra Leonina (la Bella Leonesa), es uno de los ejemplos más extraordinarios del gótico español. Inspirada en la Catedral de Reims, en Francia, se comenzó a construir en 1205 sobre una antigua catedral románica, que a su vez había sido erigida sobre los restos de un palacio real y unas termas romanas. Su singularidad radica en sus vidrieras, que abarcan más de 1.800 metros cuadrados y son consideradas unas de las mejores del mundo en su género. Estas vidrieras juegan con la luz natural, creando un ambiente etéreo que envuelve al visitante en un espectáculo de colores.
La catedral cuenta con tres naves, un crucero con cinco naves y una girola con cinco capillas radiales. Su altar mayor, obra de Nicolás Francés, y su coro de estilo gótico flamenco son otros elementos destacados de este templo que simboliza la espiritualidad y la historia de León.
La Catedral de Astorga
La Catedral de Astorga, construida sobre una antigua iglesia románica del siglo XI siendo una de las sedes episcopales más antiguas del país, es un ejemplo fascinante de la fusión de estilos arquitectónicos. Los ábsides de su cabecera gótica, sus elementos renacentistas y su monumental fachada barroca ofrecen un rico testimonio de la evolución del arte en la Península Ibérica. Su interior sorprende por su luminosidad y altura, con tres naves y capillas absidiales que muestran una clara influencia del gótico alemán.
El coro y la capilla mayor albergan obras maestras del Renacimiento español, y su retablo barroco es uno de los elementos más importantes del templo. Esta catedral, al igual que la ciudad de Astorga, es una parada esencial en el Camino de Santiago, un lugar de confluencia de fe y arte.
La Catedral de la montaña de Lois
En el corazón del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre se encuentra la singular Catedral de Lois, conocida como la “Catedral de la Montaña” (aunque no tiene cátedra de obispo, no es oficial). Construida entre 1755 y 1764 con mármol rosado local, esta iglesia de estilo barroco tardío destaca por su simetría y su imponente presencia en el paisaje montañoso. Su planta de cruz latina y su fachada con dos torres le otorgan una monumentalidad que contrasta con la modestia de su entorno rural.
La catedral de Lois es un símbolo de la historia de las familias nobles locales, como los Rodríguez Castañón. Además, el templo conserva piezas de orfebrería y retablos de notable calidad, convirtiéndose en un referente del patrimonio cultural de la montaña leonesa.
A todo esto, hay que añadir que tanto la Catedral de León como el conjunto catedralicio de Salamanca figuran de forma habitual en las listas de las catedrales más bonitas del mundo. La primera, por su estructura gótica de líneas puras y una de las mayores colecciones de vidrieras medievales que existen, capaces de transformar la luz en arte. La segunda, por la singular convivencia entre su catedral Vieja y la Nueva, que permiten recorrer siglos de historia arquitectónica en un mismo espacio, y por los detalles tan curiosos que decoran su fachada, como el famoso astronauta tallado durante una restauración. Ambas, cada una a su manera, ofrecen una experiencia estética y patrimonial difícil de igualar.
Con todo ello, ha quedado claro que las catedrales del antiguo Reino de León son más que monumentos arquitectónicos; son testigos de la evolución histórica, cultural y religiosa de la región. Desde los estilos románico y gótico hasta el renacimiento y el barroco, cada catedral ofrece una ventana única al pasado, narrando historias de fe, poder y arte.