Valderrey invierte 30.000 euros en culminar su plan de ahorro y eficiencia energética
El Ayuntamiento de Valderrey inicia la fase final para convertirse en un municipio eficiente y sostenible desde el punto de vista energético, tanto en las fuentes lumínicas públicas de las calles de sus nueve pueblos y de su polígono industrial, como en los principales edificios de titularidad municipal, al tiempo que aborda un considerable ahorro en el gasto corriente en este servicio público.
La inversión prevista para las próximas semanas alcanza los 30.000 euros, 20.000 en calefacción y los 10.000 restantes en alumbrado, que vienen a sumarse a una primera fase del proyecto de ahorro energético, consistente en la sustitución de las bombillas de parte del alumbrado por otras de menor consumo.
Las estimaciones municipales son que el ahorro en calentar los edificios municipales y el consultorio médico municipal será de un 50%, un 30% en lo referente al menor consumo eléctrico. Ambas rebajas supondrán un impulso económico para las arcas municipales, que permitirá recuperar en un par de años la totalidad del dinero invertido.
Éstas obras están financiadas con cargo al presupuesto del Ayuntamiento para inversiones y cuentan con la subvención de la Diputación Provincial, en el marco de los Planes Provinciales de este año 2013.
Desde el lunes de la semana pasada, se llevan a cabo los trabajos previos para la instalación de las calderas de pellets, mientras que la puesta en marcha de los doce armarios de regulación de flujo eléctrico que sirven para el alumbrado público de las localidades del municipio y del polígono industrial ya finalizó antes del verano.
El Ayuntamiento de Valderrey entiende que el esfuerzo de ahorro necesario siempre debe enfocarse desde la optimización de los recursos de los que se dispone y nunca en la eliminación de lo que realmente necesitan los vecinos para su día a día. Por eso, estos dos proyectos son un ejemplo más del esfuerzo modernizador en cuanto al uso de energías renovables de este Ayuntamiento para que, entre otras cosas, los servicios más básicos no desaparezcan del medio rural y que además no supongan un esfuerzo económico mayor a los vecinos.