Los ganaderos de León piden dinero a la Junta por 210 supuestos ataques de lobos el año pasado, sin caza tres meses
Los ganaderos de la provincia de León reclaman ante la Junta de Castilla y León daños presuntamente causados el pasado año 2021 por ataques de lobos a sus rebaños en una cifra superior en un 20,7% al ejercicio anterior.
En concreto, según los primeros datos oficiales que ofrece, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio que preside el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha recibido petición de indemnización por 210 incursiones de esta especie protegida, frente a los 174 que solicitaron el año anterior.
En el cómputo de las cabezas de ganado que habrían sido víctimas de estos ataques del lobo en la provincia de León, las 246 cabezas muertas que reclamaron los dueños de los rebaños en 2020 se elevaron hasta 347 en 2021. De estas últimas, 193 habrían correspondido con ganado mayor, sobre todo vacas y caballos, y otras 154 serían de ganado menor.
Cabe recordar que esta estadística de 2021 se corresponde con un año en el que, ya en septiembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) puso fin a los controles de esta especie a través de caza deportiva, como se venía desarrollando desde siempre en León, por ser una provincia situada al norte del Duero (al sur hace años que su caza está prohibida).
Una decisión que encendió los ánimos políticos del Gobierno en Castilla y León pero también de otras Comunidades como Asturias, Cantabria o Galicia, apoyadas por organizaciones ganaderas y sindicales del campo, así como por el colectivo de cazadores. Sin embargo, aún se cazó lobo en 2021 a comienzos de año, durante la temporada cinegética que va de otoño a primavera.
A pesar de todo, las cifras de ataques del lobo ibérico hay que ponerlas en contexto. Y es que las reclamaciones de los ganaderos que finalmente se pueden demostrar y que la propia Junta de Castilla y León acaba indemnizando suelen ser mucho más reducidas.
Más ataques en 2018 pero pagados 1 de cada 3
Así, hay que remontarse al año 2018 para encontrar un año en el que los hipotéticos daños del lobo fueron superiores a los del ejercicio pasado: 243 ataques con el resultado de 358 reses muertas. Aquel año tampoco hubo caza deportiva del lobo, en aquella ocasión tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, que encontró irregularidades administrativas en la aprobación de los planes cinegéticos de la Consejería, al no tener en cuenta los censos de la especie al decidir los cupos de caza de ese año.
Pues bien, de 243 ataques oficialmente denunciados ante la Junta por los ganaderos, tan sólo se acabaron abonando 108 de ellos, apenas un 30%. Es decir, que menos de una de cada tres reclamaciones de daños por el lobo fueron finalmente consideradas como tal por la Consejería de Medio Ambiente, lo cual indica o que hubo un alto índice de picaresca o que la demostración fehaciente de la autoría de los ataques era insuficiente o bien algún tipo de negligencia en la administración autonómica a la hora de valorar esos daños a las cabañas.
Respecto al ejercicio de 2021, la Junta aún no ha informado del número de indemnizaciones concedidas, ya que además hay que tener en cuenta que es habitual una demora de hasta dos años en ocasiones para conceder y pagar tales pagos.