UPL no lo celebra
UPL no celebra el aniversario del Estatuto de Autonomía ni participa en los actos protocolarios de las Cortes, pues “rechaza la presencia de la región leonesa en esta comunidad autónoma”. Aprovechan la fecha, sin embargo, para explicar cómo se llegó hasta el estatuto y reflexionan sobre si hay algo que celebrar. A continuación, reproducimos la carta enviada por los leonesistas:
Las Comunidades Autónomas nacen el día que las Cortes aprueban su Estatuto, por lo que Castilla y León nació legalmente el 25 de febrero de 1983. Durante los dos años previos, la Diputación provincial, el Ayuntamiento de la capital y gran parte de los municipios leoneses que representaban la mayoría de la población leonesa, revocaron su acuerdo de integrarse en Castilla y León, como también 20 Ayuntamientos de la provincia de Burgos; una provincia (Segovia) se quedó al margen y otras dos (Santander y Logroño) iniciaron su proceso por separado.
Las dudas legales sobre la validez de la entrada de León, así como un fuerte movimiento en contra, provocaron que durante la tramitación del Estatuto, se votase en tres ocasiones la salida de la provincia de León (dos en el Congreso y una en el Senado). No se trató en absoluto de un proceso meditado y consensuado: el debate del Estatuto por la Asamblea de Parlamentarios, se realizó en CUATRO HORAS (desde las 22.30 horas del 21 de junio hasta las 4 de la madrugada del 22 de junio de 1982). En esas horas se trataron fundamentalmente las 30 enmiendas del Diputado Socialista por León (no encuadrado en el PSOE), Andrés Fernández, que incluían varias “leonesistas” aportadas por el Grupo Autonómico Leonés; sólo se aceptó una: cambiar el nombre de la Comunidad de Castilla-León, por Castilla y León.
Tras las elecciones de 1983 el proyecto de Estatuto pasó al Congreso con carreras: la ponencia se publicó el 15 de enero, se discutió el 20, se publicó el 24 y se aprobó el 26. Pasó al Senado el 17 de febrero y se votó definitivamente en el Congreso el 22, convirtiéndose en Ley orgánica el 25: “Día del Estatuto”. Ese mismo día se publicó la primera reforma del Estatuto, agregando por ley a la provincia de Segovia.
Este Estatuto tiene el récord español de impugnaciones: cuatro recursos ante el Tribunal Constitucional. Posteriormente el Estatuto ha sido reformado en 1994, 1999 y 2007. En la actualidad hay un cierto debate sobre la necesidad de una nueva reforma: Valladolid pide su reconocimiento como Capitalidad siguiendo el modelo de Valencia (dinero, privilegios y la presencia de su Alcalde como miembro nato de las Cortes); otros solicitan nuevas competencias; eliminar artículos que se han quedado sin contenido; añadir la iniciativa popular legislativa, etc.
A veces hay que detenerse un momento en estos días de “conmemoraciones” políticos, para mirar hacia atrás y recordar que los leoneses nunca en 29 años hemos podido votar si entrábamos o no en esta Autonomía; si queríamos un Estatuto así, o de otra manera. Justo lo que los catalanes y otros muchos han hecho unas cuantas veces.
En resumen: la formación de esta Comunidad Autónoma, la aprobación de su Estatuto y la fijación de las sedes de sus Instituciones de autogobierno, han sido un ejemplo claro de falta de consenso y abuso por parte del clan de Valladolid, en el que los leoneses siempre hemos reclamado el “derecho a decidir”. >>
