Legio VII Gemina, la legión golpista premiada con un funcionariado en Obras Públicas
León es una ciudad con varios hechos diferenciales. Es la única de España cuya historia está determinada por la presencia durante al menos cuatro siglos de un campamento legionario romano en activo. Y también la única que festeja sus orígenes a modo de cumpleaños gracias a una legión muy peculiar que se fundó en Burgos... entrenada por otra legión que fue la que en realidad fundó León.
Y es que en la capital leonesa todo parece sencillo, hasta que tienes que explicar otra cosa para matizar sus diferencias con las demás. Una urbe donde no todo es lo que parece, y lo que parece no lo es. Cosa que viene de sus orígenes. Hoy se celebra el pasado romano de León gracias a la Legio VII Gemina Pia Felix (uno de sus nombres más famosos, ya que tuvo muchos), una de las poquísimas legiones de las que se conoce el día en que la intitularon como unidad de elite de los Ejércitos romanos. Cosa que se hacía con la entrega de un Águila de metal a modo de estandarte. De ahí que hoy, 10 de junio de 2017 se celebre su 1.949.º aniversario y, de paso, algunos leoneses salgan a la calle a disfrutar del festejo llamado 'Natalicio del Águila' con un variado programa cultural romano.
Pero aquí viene el matiz, que la capital legionense (León no es nombre que provenga de animal, sino de Legio, que derivó en la época visigoda a Legione, luego a Leione y en la medieval a León en castellano y 'Llión' en leonés) no celebra hoy su cumpleaños. Sino el de la segunda legión romana que habitó el campamento rectangular que hoy delimita la muralla de los cubos y cuya calle principal es la que hoy se llama calle Ancha. No. León no tiene 1.949 años. Tiene al menos 80 más porque fue fundada, dicen algunos que en el 29 antes de Cristo (aunque las primeras murallas de tapines de tierra encontradas son de entre el 10 y el 15 de esa época), por la Legio VI Victrix. Es decir, que es ciudad bimilenaria como Astorga (la Astúrica Augusta romana), pero con entre 2.046 y 2.027 años.
León en realidad se llamaba 'Castra Legio' (el campamento de la Legión) y, aquí otro enrevese más, la Legio VI Victrix (se cree que armada por Julio César) fue la 'madrina' de la Legio VII. Es decir, que la entrenó para recibir el Águila por orden del viejo general Servio Sulpicio Galba, el gobernador de la provincia Hispania Citerior Tarraconensis desde el año 60 que quería derrocar a Nerón. Y la Legio VII Galbiana (su primer nombre) nació el cuarto día de los idus de junio ('IIII idus iunias') en la ciudad de Clunia Sulpicia, una población a la que le dio el estatus de colonia el que terminó siendo emperador. Vamos, que la legión sobre la que se celebra el pasado romano leonés nació en la provincia de Burgos.
Eso sí, como hasta hace unos 20 años no se certificó que la VI Victrix había creado la ciudad (pese a las sospechas de Antonio García Bellido en los 60), la creencia popular ha sido siempre que la VII Gemina era la fundadora. Por eso muchos creen aún que hoy, el día del 'Natalicio del Águila' se celebra el cumpleaños de la capital legionense. Pues no.
La Historia es una disciplina cambiante, porque se descubren nuevos hechos, y también de sentido común. Y aquí viene otro 'problemilla'. Que quizás el 10 de junio del 68 despues de Cristo concretamente, lo que se dice con precisión, puede que no sea el día exacto en que se formó la Legio VII. Otra peculiaridad 'leonesa' más que da el paso a contar su apasionante historia.
Con Nerón murió un artista, pero nació la Legio VII
Aunque la Historia no se debe contar desde el punto de vista actual, porque las circunstancias, las sociedades y los protagonistas han cambiado mucho, los historiadores siempre debaten hipótesis sobre lo ocurrido en momentos concretos. En el caso de la Legio VII hay muchas, pero una de ellas, más que compartida por los especialistas, es la del arqueólogo Emilio Campomanes (autor de la más novedosa y más actualizada 'Guía del León Romano'), que se debate entre los apasionados de la Historia Romana de la ciudad. Hay que tener en cuenta que Galba formó su nueva legión para tener fuerzas de cara a dar un golpe de estado contra el emperador Nerón (que no fue tan desastroso como se cree, aunque era cruel como cualquier otro gobernante de aquellos tiempos). El prestigio, que el conspirador tenía, no era suficiente para llegar a lo más alto. Sin tropas estaba vendido.
Pero da la casualidad de que Nerón se suicidó, qué cosas, el 9 de junio del 68. Un día antes de que le dieran el Águila. ¿Casualidad? Campomanes, junto a otros muchos, no lo cree. “Resulta que sólo el emperador podía entregar un águila a una unidad militar. Sólo él tenía ese privilegio. Si otro lo hiciera, sería considerado de reo de alta traición”, explica el arqueólogo. “Así que es bastante probable que Galba creara la legión días antes, pero que al conocer la muerte del Emperador, o lo que es más probable, al convertirse él en Emperador, diera la orden de marcar como fecha oficial el 10 de junio. Así cumpliría perfectamente la tradición, la legislación romana y su mandato no se vería manchado por un quítame allá esos 'detallitos' legales”.
Pero las cosas no son tan sencillas. Galba consiguió ser nombrado emperador. Perfecto. ¿O no? Esto era el Imperio Romano, señores. Tan sólo seis meses después, el 15 de enero, fue asesinado por un legionario por comportarse como un deplorable avaro: pese a ser inmensamente rico no pagó el premio prometido a los soldados.
Así que unos cuantos miles de hispanos (la Legio VI Victrix, también) se quedan sin jefe y en medio de Pannonia, pero cerca de Italia, en lo que se llamaría el año de los cuatro emperadores, uno de los más convulsos de la Historia de Roma. Y con mala leche hispana, por otra parte. La Legio VII, una legión nacida para proclamar emperadores, se suma a la causa de Otón, pero éste pierde en la primera batalla de Bedriacum (irónicamente para una unidad militar hispana el 14 de abril, pero del 69) contra Vitelio. Éste no la disuelve y la deja acantonada en Carnuntum (en la provincia de Pannonia, entre Austria, Hungría, Croacia, Serbia y Bosnia). Error.
Y claro, hispanos cabreados, con un fuerte componente golpista... pues se vuelven en contra del Emperador en cuanto pueden y se pasan en octubre del 69 al bando del general Vespasiano. Otra vez en Bediacrum, segundo asalto, consiguen colocarse en el bando vencedor; pero dejándose miles de muertos en el combate. Vitelio es asesinado por una turba en Roma, tras intentar esconderse en la casa de un portero. “Cuando sus enemigos lo encontraron y, a pesar de sus súplicas, lo trasladaron al Foro, donde el pueblo en pleno y los soldados de Vespasiano lo asesinaron. Tras la masacre se arrojó su cuerpo al Tíber y su cabeza fue paseada por las calles de la capital. Su hijo y su hermano también fueron asesinados”, dice la Wikipedia sobre su final.
Vespasiano, que no era tonto, premió a la Legio VII con la fusión con otra legión, la disuelta I Germánica (de ahí el sobrenombre de Gemina, 'la gemela'), y los envió a su 'habitual' puesto fronterizo en la Pannonia. Bien lejos de Roma.
“Vespasiano la volvió a enviar a Pannonia, pero no permaneció allí hasta su traslado a Hispania en 74, sino que en 73-74 estuvo desplazada en la Germania Superior para participar en una de las fases de la ocupación de los llamados 'Agri Decumates', el entrante que había entre los cursos altos de los ríos Rin y Danubio”, cuenta el historiador Julio Rodríguez; uno de los mejores conocedores de la Historia Militar Romana, autor del impagable libro 'Diccionario de Batallas de la Historia de Roma', un ingente trabajo con al menos referencias de más de 3.500 choques de las tropas de Roma con otros ejércitos.
En los siete años que estuvo por el mundo alante, el campamento legionario leonés no tuvo legión. La Legio VI lo había abandonado en el 68 para apoyar a Galba junto a los legionarios que formó en Clunia; aunque es bastante probable que unidades auxiliares romanas lo custodiaran. No se abandona una infraestructura militar así porque sí.
El caso es que en el año 74 (o el 75) Vespasiano decidió trasladarla de nuevo 'a casa' asentándola de nuevo en Castra Legio, donde permanecería hasta el final de la presencia romana en Hispania. Visto su curriculum, mejor lejos de los lugares donde buscar legiones amigas para levantarse contra el emperador. Y qué mejor solución que mandarla de vuelta a su provincia de origen.
Fue la única guarnición de una legión completa en toda la Península Ibérica, el norte de África hasta Cirene (Libia) y la Galia hasta, al menos, el siglo IV. La última noticia que se tiene de ella es en el documento 'Notitia Dignitatum' de primeros del siglo V, pero no está claro si era como legión, o como 'Septimani', una tropa fronteriza del bajo imperio llamada 'limitanei' y de menor calidad que una legión (vamos, que no se parecían en nada a la imagen más habitual que tenemos de los soldados romanos). Porque el León astur era considerado junto con la Gallaecia una de las fronteras de Roma. La más occidental.
Julio Rodríguez lo matiza: “La última mención de la legión es en la Notitia Dignitatum, pero no sólo como los (varios) contingentes llamados Septimani que había, sino que se la menciona con su nombre completo: legio VII Gemina, estacionada en Legio”. Lo que ocurre es que expertos en la Historia de la unidad de élite militar 'leonesa', como Juan José Palao Vicente (cuya tesis doctoral habla de la Historia de la Legio VII Gemina) no son capaces de determinar si el documento era una recopilación antigua o si la legión existía en realidad o cuántos efectivos podía tener. El caso es que en la época de la llegada de los bárbaros (suevos y visigodos) no se han encontrado niveles de destrucción dentro del recinto campamental, con lo cual no se sabe si pudo quedar como 'ciudad libre'.
Dos siglos de obras públicas repletas de logros increíbles y las mejores murallas de Hispania
Existe la teoría que la causa del establecimiento de la Séptima Gémina en León fue para proteger las minas de oro de Las Médulas (donde llegaron a trabajar 80.000 personas), y también, y principalmente, para controlar a astures y cántabros. Pero ciertamente lo increíble del asunto es que se dedicaron a ser funcionarios de obras públicas con proyectos tan increíbles como los cientos de kilómetros de canales hidráulicos en La Cabrera para alimentar el agua necesaria para el 'ruina montium' de la más rentable mina de oro de la época en el Imperio Romano, aunque no sólo, porque había cientos de ellas en la Asturia. O la construcción de las famosísimas vías romanas (por las que aún se puede transitar incluso traspasando las montañas como la de La Carisa). También, según Juan José Palao, “los legionarios se usaron para funciones de policía estatal, no local porque cada municipio tenía sus tropas para ello, y como burócratas de los gobernadores provinciales, con presencia de hasta quinientos efectivos en Tarraco, la capital de la provincia Tarraconensis”.
La Legio VII Gemina Pia Felix construyó un nuevo campamento sobre el anterior de la VI. Y la primera muralla de piedra de la ciudad, la llamada alto imperial. Algo pequeña para lo que consideramos hoy una defensa; pero era más bien de seguridad, en aquellos tiempos que cuando llegaba el enemigo la legión salía de sus muros pintados de blanco y rojo (para que se vieran bien a lo lejos) y se disponía en campo abierto para 'crujir' al que se atreviera a combatir con ella.
También realizó la muralla de los cubos, la bajoimperial, pero más de cien años después, cuando el Imperio Romano ya no era lo que había sido. Mucho más ancha y fuerte con torres que permitían evolucionar a los equipos de las armas de defensa: catapultas y ballestas. La que vemos hoy (aunque muy arreglada en la Edad Media), que posibilitó que León fuera la Corte del reino cristiano más importante de Europa entre los siglos X y XI.
En la península, puentes como el de Aquae Flaviae en Chaves (Portugal), conservan todavía una inscripción detallando que la Legio VII Gemina Pia Felix fue su constructora. Es de suponer que muchas más construcciones de la impresionante ingeniería romana fueran cosa suya, además de muchas vías de comunicación y acueductos.
Además Trajano fue 'alcalde' de León (o más bien su general)
De entre muchos famosos que pudieron ser mandos de la Legio VII Gemina, uno de ellos —posiblemente el mejor de la Historia de Roma con permiso de Augusto—, fue el emperador hispano Trajano (y no sería de extrañar que Adriano también acampara en el campamento legionense de joven). Y como las cosas no pueden ser sencillas con esta unidad militar, pese a estar destinada a una frontera mucho menos peligrosa que las de Germania y el Danubio, sí que en realidad estuvo presente en misiones bélicas.
Pese a ser un ejército en reserva, de vez en cuando enviaba alguna de sus unidades inferiores a Britania (está comprobado que alguna de sus unidades menores estuvo en el Muro de Adriano), Germania y sofocó alguna revuelta en la propia Hispania y el Norte de África (la crisis del siglo III en la Mauritania Tingitana) en la época de Marco Aurelio.
Y es que la Historia no es sencilla. Ni la de la Legio VII ni la de León. Por eso celebra hoy la urbe legionense la onomástica de la unidad militar, y de paso su pasado romano, aunque no su fundación urbanística. Eso sí, sobre las hazañas bélicas de la LEG VII GEM PIA FELIX queda mucho por contar.
Pero eso sencillamente... es otra historia.