“Hace falta un pacto para entre todos ajustar el coste de la plantilla”

Gregorio Chamorro, alcalde de San Andrés del Rabanedo

j manuel lópez

Gregorio Chamorro aparcó su cargo de funcionario de instituciones penitenciarias para echarle un pulso a la política de la mano de quien le propuso el envite, Isabel Carrasco, y de algunos padrinos que le animaron, Antonio Silván y Mario Amilivia. Y eso que el más comprometido con el discurso político era desde muy joven su hermano Javier, portavoz municipal en el Ayuntamiento de León y cabeza visible de la UPL.

El ahora o nunca le catapultó a la alcaldía del tercer municipio de la provincia; 70 millones de deuda, desajustes presupuestarios de 10 millones en varios ejercicios, cinco operaciones de crédito para salvar in extremis las nóminas, un plantilla con un montón de contratos diferentes, concesiones gravosas. Es el panorama que se encontró acto seguido a la toma de posesión.

“Se gastaba sin control y no se pagaba”; agrega. Y añade que “los primeros quince días de mandato me pasé ocho horas diarias recibiendo a proveedores a los que se les debían facturas desde hacía mucho tiempo ”.

Año y medio después, tras un primer plan financiero propio para reflotar el barco y en parte anulado por las exigencias más rígidas del gobierno, ahora ha llegado el momento de ajustar las cuentas.

P- De los 12 millones de euros que se pagaba a personal cuando llegó a la alcaldía ha bajado a nueve, pero aún no se ajusta a lo que dice que exige el Plan de Ajuste del Gobierno.

R- Resulta obvio que nos encontramos este desajuste, con una plantilla de casi 400 trabajadores en total; ahora serán unos 330, sobre todo contratos no renovados y hemos bajado de 12 millones de euros a nueve, de un presupuesto de 20 millones, a los que había que restar los cinco millones del contrato de jardines. La ley nos exige bajar hasta los siete millones, es decir dos millones menos. ¿Cómo se puede hacer? Claro que hay varias fórmulas; se pueden bajar los sueldos, rebajar las percepciones por conceptos u otras medidas. Yo no quiero despedir a nadie; en estos momentos es una condena. Yo me encontré con esta situación y creo que este es uno de esos momentos en los que todos los grupos tienen que responsabilizarse para decidir qué hacer; me gustaría que estuvieran a la altura de las circunstancias.

P- ¿Tan mal como lo pinta estaban las arcas?

R-Aquí se ha gastado sin control y a veces cuando viene algún empresario a este despacho (el despacho de alcaldía) a buscar apoyo le digo en plan de bromas que tengo, a veces, la tentación de levantar el suelo por si alguien ha escondido debajo bolsas de dinero, por que no se explica tanto despilfarro. Por eso ahora es el momento de un ejercicio de responsabilidad de todos para tomar las decisiones que menos perjudiquen a los trabajadores. Es, repito, el momento de aparcar otras cuitas y dedicarnos a buscar la mejor solución entre todos. Eso espero.

P- La oposición, o parte de ella, no pierde ocasión para fustigarle con que trabaja poco, que miente, que siempre mira para atrás ¿A qué se debe?

R- Ha dicho bien, no todos. La UPL no forma parte del equipo de gobierno, aunque sí hay socios de oposición, pero ha entendido que en algunos momentos era necesario apoyar determinadas propuestas para acabar con el reino de taifas de algunos contratos gravosísimos para el Ayuntamiento. E Izquierda Unida, nada sospechosa de ser del PP, ha hecho lo mismo en otras ocasiones. Dicen que miento porque algunos planes previstos se tuvieron que trastocar dado que el plan de ajuste del gobierno era más austero. ¿Vago? Tengo muchos defectos pero ese no, ciertamente. Me molesta esa falta de respeto, admito la critica pero no entro en esa estrategia teatral que utilizan. Ahí no me van a encontrar.

P- No parece fácil un pacto para tomar las decisiones que hay que tomar cuando en el aire están entre 60 y más de 80 empleos.

R- Repito que hay varias vías, tal y como nos ha detallado una empresa especializada. Ahora sabemos qué tenemos que hacer y tenemos que elegir si miramos a la galería o si nos ponemos en serio.

P-¿ Y cómo casa esta solicitud para apretarse el cinturón entre todos con la privatización del servicio de alumbrado a la que se opuso casi la mitad del pleno?

R- Cabe recordar que el contrato que estaba finalizado era sangrante, nos costaba 400.000 euros al año, no entraba ni el material, había muchas adendas extrañas desde hacía años: era un contrato vencido y lo hemos sacado de nuevo a concurso; y es tan ajustado que no sé si habrá licitantes. Pero podemos ahorrar diez millones de euros en los diez años de vigencia: esa es la realidad. Lo que pasa que ante la galería dicen una cosa y luego hacen lo contrario. Un caso claro es la escuela de música; algunos grupos de la oposición querían cerrarla y echarnos la culpa a nosotros. Desde 1996 no se subían las tasas. En 2010 se aprobó en pleno una subida porque con los 12,5 euros que se cobraba era muy deficitaria, pero como había campaña cerca, no se aplicó. Hablé con los padres y los profesores y les expliqué que con la subida a los 30 euros era la única forma de mantenerlo y lo entendieron; la UPL e IU también.

Dice, más bien en tono de broma, que tiene sus días en los que se pregunta si ha merecido la pena dejar una vida sin sobresaltos y cerca de la familia, algo que ahora disfruta a cuentagotas, para embarcarse en esta historia. Y dice que es un padre raro porque permitió a uno de sus dos hijos dedicarse al fútbol como forma de vida para ahora a los 25 años dedicarse a la carrera de derecho, un sello de identidad de la familia Chamorro, apostilla Goyo, el apócope por el que le conoce todo el mundo.

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