HUMOR GRÁFICO Los accidentes del verbo

El verano de nuestro descontento

El título de la película Apocalypse Now (¡El apocalipsis ya!) es un chiste. Una parodia del texto de una chapa o un grafiti (no se ponen de acuerdo y yo nunca he visto el famoso pin o chapa) popular en los años 60 y que decía Nirvana now! (¡El nirvana ya!). Explico la gracia por si acaso alguien no ha visto un chiste antes: el nirvana para la religión budista constituye un estado supremo de felicidad plena que alcanza el alma y que consiste en la incorporación del individuo a la esencia divina y la ausencia total de dolor y de deseo. ¿Cómo se consigue este ideal estado de Subgrupo A1 de funcionario? Pues... haciendo y no haciendo cosas. No voy a desarrollarlo ahora, pero sobre todo haciendo cosas buenas y no haciendo cosas malas. En total: no se consigue así de un día para otro y exigirlo resulta cómico. Como el Señor, hazme casto... ¡pero todavía no! de la cita (falsa) de Las confesiones de San Agustín. A lo que voy es que el tiempo es elástico, paradójico siempre y en momentos electorales puede ser o bien celérico y vertiginoso como los precios de Mercadona o bien, en eras legislativas, geológicamente lento como Benzema. No hay problema para que el Consejo General del Poder Judicial se osifique o los chiringuitos se fortalezcan poco a poco, se desembalsen los pantanos y se desequen los acuíferos. A ver. ¡Orden con los despacitos y con los deprisadeprisas! No todo es igual de perentorio o apremiante. Ahora lo que resulta urgente es acabar con la ETA.

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