Vendré como ladrón
Leo, probablemente fuera de contexto, pero me da igual porque solo voy a concluir tonterías… Ojo, leo. Cuidao. Esto. Ahí va: “El Banco de España advierte de que los menores de treinta y cinco años acumulan cada vez menos riqueza. El patrimonio (?) ha caído un 26% en dos años”. Fascinante. Hay dos partes, como en los decapitados. Lo primero, el patrimonio. El patrimonio cae un 26%. Ignoro de qué patrimonio concreto se habla. ¿El inmemorial? ¿El de la humanidad? ¿El DE ESPAÑA TODA? ¿El de Amancio Ortega? Bien, dejemos que tiemble EL PATRIMONIO, lo que llama aún más la atención y me parece acertadísima es la inaudita elección en este caso de términos tan —poco— evangélicos como acumular y riqueza. No solo se infiere que los jóvenes viven en precario y a lo loco, sino que se encuentran lejísimos de llevar una existencia normal basada en el amontonamiento y apilación de opulencia. Porque los menores de treinta y cinco años no acumulan riqueza. En absoluto. Los menores de treinta y cinco años se tocan los huevos. Acabo de ver pasar a dos mozos riéndose y hablando despreocupadamente entre ellos. Mira, por ahí va una chica —que se suponen más sensatas— paseando al perro. Es como si les diera igual que la riqueza no se acumule. El patrimonio, así, claro, se va a la mierda. La culpa no es del Banco de España que advierte y avisa con sus medios, pero es posible ayudarle. ¿Cómo se podría mejorar esa difusa admonición? ¿Qué términos resultarían aún más persuasivos? De momento lo de menores de treinta y cinco años es una birria. Mejor chavalada o pimpollar. Riqueza está bien. Pero encuentro más efectivo riquezas. En plural. Fortuna, capital… Conceptos que se puedan meter en cofres o que pueda sobrevolar el muñeco del Monopoly; o en los que sea capaz de nadar a braza el Tío Gilito. Acumular, no cabe duda, mola. No sé si es mejorable. Quizá con más avaricia y avidez. Atesorar, almacenar o retener. Mmmm… Sí. Algo que aluda a caudales en sus formas más vastas y enormes. Mi sugerencia es que el Banco de España se dirija a este colectivo en forma de jin-jop o como se diga. Yo soy viejo y acumulé gigantescas riquezas en su día, no tengo que hacerme el guay. Venga: Soy el Banco de España / que a nadie engaña / y a esos yeyés / que no acaparan / vengo fuerte yo / a dar la vara / Hay que acumular / que es cosa sana / Acumula hoy / y no mañana. Fin. Hay que hablarles en su lenguaje. Si no, nos gastan el patrimonio a lo bobo. Hala. De nada. Ya los señores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores me hacen un bizum con lo que sea.