Carta a los Reyes Magos devuelta por el cartero en León

Desconozco las intenciones de nuestros políticos para el año que acaba de estrenarse, la experiencia dicta que en León, poco o nada se puede esperar de ellos, no obstante desde nuestra heterodoxia habitual volveremos a intentarlo de nuevo, por si quedara algún atisbo de dignidad, máxime ahora que los socialistas se muestran bulliciosos para determinar quién ha de coger el mando del partido en la comunidad de Castilla y León.
Los altivos socialistas, con toda la humildad de la que son capaces, se consideran a sí mismos un partido de gobierno, eufemismo con el que se pretende dar a entender estar tocados por la gracia de alguna divinidad para regir vidas y haciendas. Sólo otro partido, el PP, se arroga tal condición, vedada al resto de partidos. Son los mitológicos gemelos Cástor y Pólux de la política, los elegidos, por lo tanto se encuentran en perpetuo estado de gracia y eterna posesión de la razón. Hagan lo que hagan.
Ahora, el PSOE se dispone con toda solemnidad a nombrar a un nuevo secretario general en Castilla y León y, como democrático partido que aparenta ser, ya conoce el nombre del titular que será quien hoy ostenta el cargo de alcalde de Soria y que se llama Carlos Martínez. Parece ser que Tudanca, aquel burgalés de pro, ha dado voluntariamente un paso al lado y se ha retirado de la lucha por la primogenitura socialista, lo que es tanto como decir que, siendo un detractor del presidente Sánchez, con toda probabilidad fue conminado a renunciar a la contienda.
Martínez, Puente, Cendón y otros socialistas del montón
Y tras Carlos Martínez desfilan Oscar Puente, Cendón y otros socialistas del montón (perdón por la rima fácil) que antes se dejarían arrancar los dientes que concedernos siquiera la posibilidad de intentar conseguir la dichosa autonomía. La razón es muy simple, no van a arriesgar los votos de cincuenta provincias por darnos una alegría a tres. Ni lo hizo Zapatero ni lo va hacer ningún socialista de León. Es así de simple para quien quiera asumirlo. Parafraseando a Ortega y Gasset: lo que no hagamos los leoneses, no vendrá a hacérnoslo ni el PSOE ni el PP (ni sus militantes leoneses). Estamos solos, asumámoslo cuanto antes y obremos en consecuencia.
Tal como informó elDiario.es la democracia interna del PSOE es de tal calidad que al haber una única candidatura, ésta pasa a ser directamente la que se hace cargo de facto del puesto de nuevo secretario y no precisa avales ni primarias. Esto es lo que antaño se le decía un 'congreso a la búlgara', donde primaba una disciplinada unanimidad. A un tiempo, en iLeón se da cuenta de que el flamante secretario in pectore ha declarado que “entiende el sentir leonesista pero descarta el cambiar de modelo autonómico”. Por fin alguien del PSOE nos cuenta cómo nos va a seguir tratando este partido.
Después del letargo quinquenal del alcalde de León tras la falsaria aprobación de la moción por la autonomía leonesa, después de la aparente aprobación de la misma moción en la Diputación, después de la aparente presentación de una propuesta por la autonomía leonesa en el pasado XLI congreso socialista celebrado en Sevilla, que rozó el ridículo y fue un ejercicio más de burla al sentimiento leonés, Carlos Martínez se atreve a desenmascarar el juego sucio que viene practicando este partido camaleónico, ese mismo que presume de honradez. ¿Aún queda algún leonesista que confíe en que el PSOE nos ayudara en algo? En este punto el PP ha sido más honrado, de siempre nos ha negado el pan y la sal, Dios se lo pague.
En aquellos momentos de la llegada del nuevo líder socialista a la dirección castellana de su partido, en esta misma sección de ILEÓN una persona poco dudosa de obrar en contra de León, recriminaba al presidente de la Diputación de León el inaceptable trato que dispensa a su terruño. No es de recibo tal actitud, del mismo modo que es impresentable el comportamiento de la casi totalidad de los militantes socialistas de León, quienes además de carecer de toda credibilidad, prestan sus buenos servicios a su partido, en contra de su propia gente. El PSOE lleva décadas demostrando que es otra versión del PP. Están hechos del mismo material, en el caso del PSOE con una mano de pintura rosa palo por encima. Con el tiempo la cascarilla de la pintura se salta y acaba dejando ver que son una misma cosa. Hay notables ejemplos de este aserto: Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Leguina, Nicolás Redondo Terreros, Cristina Alberdi, José Luis Corcuera, Paco Vázquez, etcétera.
Con estos antecedentes parece adecuado valorar los apoyos que las tesis de la autonomía leonesa parece concitar entre la clase política leonesa. Al parecer ninguno. El panorama no es halagüeño y las mociones se antojan inconsistentes y de ninguna utilidad, dado el tiempo transcurrido sin que se haya obrado el milagro. ¿Alguien ha parado a pensar que tal vez este no es el camino, que tal vez estemos haciendo casi todo menos lo que realmente conviene? Con banderas ondeantes, manifestaciones sin seguidores, pintadas de señales, elogios del pasado y copiosas publicaciones 'patrióticas', no salimos de la trampa que nos han tendido los partidos de gobierno y sus hermanos menores (Vox, Sumar, Podemos, IU).
Algo no se hace correctamente
La aplastante contundencia de cada cita electoral, debería hacernos sospechar que algo no se está haciendo correctamente. Después de cuarenta años, tal vez, sólo tal vez, se deberían buscar nuevas alternativas que naturalmente no pasan por volver a hacer lo mismo que en ocasiones anteriores. La desconexión con la ciudadanía es evidente ¿Nadie piensa preguntarse por qué? Sería un buen ejercicio. El año pasado la nutrida manifestación que quiso mostrar su rechazo el día grande de la pretendida autonomía castellana, no ha rendido frutos. La pulsión de aquel día se diluyó. De nada sirvió quemar un alegórico castillo de cartón en un auto de fe. No hemos sabido rentabilizar ese impulso.
En muchos pueblos de León pervive el sentimiento leonés y repugna el trato que la Junta dispensa a León, pero ni el partido que la gobierna, ni el PSOE, que haría exactamente lo mismo si tuviera ocasión, no se ven mermados en su cosecha de votos. De nada valen momentos de gloria si tenemos inagotables horas de fracaso. Mientras la conexión con tales partidos se mantenga, nada podemos esperar, y para invertir la tendencia no vale con seguir en casa ocultándose tras las redes sociales, vertiendo ríos de tinta, delegando en otros o alentando la contestación en prensa, porque algunos medios ni han promocionado nuestra desconexión ni lo van a hacer nunca, y a los poquitos que nos son favorables no les podemos pedir más. Es lo que hay.
Tomás Juan Mata pertenece a Urbicum Flumen, la Asociación Iniciativa Vía de la Plata