La Snow Cross Leitariegos, una superviviente de la pandemia que llega este sábado a su sexta edición

De izquierda a derecha, José Luis Real, Mario Rivas y Lolo Díez, en la presentación de la Snow Cross Leitariegos. // Luis Álvarez

Luis Álvarez

A partir de las 17.30 de este sábado se correrá la Snow Cross Leitariegos, prueba en la que están inscritos 147 participantes (32 féminas y 115 hombres), de los que tan solo 10 son locales. Entre los que destaca la presencia de la palentina Nuria Domínguez, que acaba de obtener un tercer puesto en el Campeonato de España de Raquetas de Nieve y un quinto puesto en la misma modalidad del Campeonato Europeo, y además, también fue ganadora en 2020 de la prueba de Leitariegos.

Desde la organización se explicó en el acto de presentación, por parte de Lolo Díez, que para muchos participantes esta prueba entra dentro de su programa de preparación para el campeonato del Mundo de Snow Running, que se va a celebrar a principios del mes de febrero en Sierra Nevada puesto que la prueba de Leitariegos abre el calendario del año 2022. En el acto celebrado en el Ayuntamiento de Villablino, al organizador de la prueba lo acompañaron el alcalde, Mario Rivas y el concejal del área de deportes José Luis Real.

La prueba es puntuable para la Copa de España de le Federación de Deportes de Montaña (FEDME) y para la II Copa de Castilla y León organizada por la Federación Regional (FDMESCYL). Uno de los objetivos planteados cuando se celebró la primera carrera en 2016 fue darle una continuidad introduciéndola en el circuito nacional y regional de este tipo de carreras de montaña.

Es de las pocas actividades deportivas de la provincia, con más de un centenar de participantes, que no ha sufrido paréntesis de parón por la pandemia covid, puesto que en 2020 se hizo un mes antes del confinamiento y el pasado año se pudo celebrar con un importante protocolo sanitario de obligado cumplimiento.

Para este año la escasez de nieve en la estación invernal ha hecho que la organización haya modificado el trazado y características de la carrera, y según explicó Lolo Díez, “nos ha quedado un recorrido precioso, que quizá repitamos en años sucesivos”, que discurre por las zonas media y alta de la estación con salida en la zona baja, porque hasta los 1.650 metros de altitud no se encuentran con nieve.

La carrera tiene un recorrido de 9.400 metros, 600 menos que las ediciones anteriores por estas circunstancias mencionadas, con un desnivel positivo de 850 metros y con tres pasadas por la zona de la cafetería superior de la estación, lo que permite al público “sentarse en la terraza para ver correr a los participantes pasando al lado de ellos”.

Este año han introducido un eslogan nuevo en la promoción y camisetas de la prueba “en el reino del urogallo” y por eso la entrega de premios se va a realizar a última hora de la tarde en el Centro del Urogallo ubicado en Caboalles de Arriba. Porque además del carácter eminentemente deportivo, otro de los objetivos del evento es la promoción turística del área geográfica del Alto Sil “una de las zonas más bonitas y escondidas de toda España”, como afirma el gerente de la empresa organizadora The Bear Outdoor, que también organiza la carrera de montaña Alto Sil.

La historia entre bastidores

En 2015, el entonces concejal del Ayuntamiento de Villablino Ludario Alvarez (PP), propuso la promoción turística de Laciana a través de una prueba deportiva de este tipo y puso en contacto a Lolo Díez, gerente de la empresa, con los responsables municipales.

De esos encuentros nació la idea de organizar algo distinto a las típicas carreras de montaña y se pensó en la estación invernal de Leitariegos. Así se preparó la primera edición de 2016, ahora ya la consideran consolidada con esta sexta edición y con la colaboración de la Diputación de León, el Ayuntamiento de Villablino, los trabajadores de la estación, todos los clubes y escuelas de esquí que operan en Leitariegos y la empresa organizadora The Bear Outdoor (thebearoutdoor.com).

Explican que, además de su determinación para organizar la prueba y tratar de darle un carácter permanente, o de continuidad, han tenido una influencia muy grande los apoyos encontrados por parte de muchas personas “que sienten una gran pasión por esta tierra”. Y entre ellos mencionan con especial cariño a Noé Pinillas, uno de los trabajadores de la estación de Leitariegos, “así como el resto de sus compañeros”.

Lolo Díez es un madrileño con raíces familiares en Santa Cruz del Sil que, desde que descubrió que la familia tenía una casa en el pueblo, decidió ocuparla y quedarse a vivir en ella con su empresa de viajes y aventura para convertirse en un retornado, aunque esa no es la palabra correcta para su situación, más bien es urbanita desplazado al mundo rural para convertirse en pueblerino.

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