'El ocaso del carbón' en 48 fotografías del toledano Félix Pantoja expuestas en Villablino

Una de las imágenes de la exposición 'El ocaso del carbón' en Villablino.

Luis Álvarez

El fotógrafo Félix Pantoja da a conocer en Villablino su visión particular sobre la belleza inerte de las ruinas mineras del Bierzo y Laciana, en una exposición que abrió sus puertas esta semana y permanecerá accesible hasta el día 30 de este mes de abril en la Casa de la Cultura de la capital lacianiega.

La muestra recorre en 48 fotografías una selección de fotografías tomadas en un “corto viaje”, con un amigo y guía José Manuel, por estas cuencas mineras. Donde el autor ha imaginado las visiones de esos paisajes que son testigos de la ruina silenciosa del final de la minería del carbón, cual “si fueran los esqueletos de barcos varados en el fondo marino después del naufragio, esculturas artísticas que florecen junto a la naturaleza de los valles, como la representación y el testimonio de una antigua civilización cual pirámides de su tiempo”, en sus propias palabras.

En ocasiones, la vida, sin nosotros pretenderlo, nos marca nuestro trayecto. Algo así le sucedió a Félix, “en agosto de 2022, vine a acompañar a mi amigo José Manuel (Pérez Álvarez)”. No podía conducir e hizo de conductor hasta su pueblo en Villager, desde Toledo donde ambos residen.

José Manuel sabia de su interés por los asuntos mineros y le propuso un recorrido por las ruinas de la minería de El Bierzo y Laciana. Dos rutas de cuatro días cada una, ocho en total, sirvieron para que Félix captase cientos de imágenes del testimonio inerte de un tiempo pasado, que como en las coplas de Jorge Manrique, “fue mejor”.

Seleccionadas esas imágenes, Félix, muestra en Villablino 48 fotografías que los habitantes de las cuencas sentimos como propias, pues cada día convivimos con ellas, a veces sin ser capaces de percibir la belleza intrínseca de la ruina, del haber sido y no ser, sin dejar de serlo. Que provocan casi siempre el recuerdo de lo vivido.

Un reencuentro de sensaciones, de emociones, de vivencias, que este manchego, después de una visita fugaz, nos permite disfrutar. Es de todos conocido el dicho de que “los árboles no nos dejan ver el bosque”, y se puede aplicar aquí a la perfección, todos los días conviviendo con la belleza inerte de nuestra ruina, y solo somos capaces a gozarla cuando una mirada lejana nos lo muestra.

Félix Pantoja a través de sus amigos de la familia Pérez Álvarez de Villager, José Manuel, Rafael y Eduardo, ha llegado hasta Villablino con su propio legado fotográfico, ha montado la exposición en una mañana, “sin orden, un poco en caos”, como la propia ruina, “según iban saliendo de las cajas”.

Solo reconoció haber decidido la ubicación de dos imágenes, la primera “de un cielo abierto” y la última, de una estancia vacía con una leyenda en la pared, “apaguen las luces”. Y, además, pretendía regresar por la tarde a Toledo, lo que no le han permitido sus amigos.

Siempre en sus decenas de exposiciones y muestras, recoge su trabajo en libros editados, “que no vendo, solo en excepciones y peticiones expresas”, como en esta muestra con dos libros, con sus centenares de fotografías captadas.

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