Mario Rivas se alza otra vez con la Alcaldía del Ayuntamiento de Villablino para el PSOE, arrastrado por la polémica electoral
Han tenido que pasar 74 días desde las elecciones municipales celebradas en mayo, pronunciarse diferentes juntas electorales y tribunales de las más altas instancias y aclararse el definitivo reparto de actas de concejal para que hoy, por fin, se haya constituido el Consistorio de Villablino en León. Una constitución no exenta de constante polémica y que ha culminado con la reelección como alcalde del socialista Mario Rivas, aunque ahora sin mayoría absoluta.
Aunque cabía la posibilidad de que ni siquiera hoy se celebrara, por incomparecencia de una mayoría de ediles electos, a las doce del mediodía se abrió por fin la sesión con los seis concejales que finalmente se otorgan al PSOE, los cuatro de la coalición de Izquierda Unida-Podemos y dos de los tres ediles del Partido Popular, dado que su portavoz, Roberto González, continúa unas vacaciones familiares a las que no renunció y que podían haber hipotéticamente provocado un vuelco en el resultado de las votaciones que hoy se tenían que celebrar.
Al final no hubo sorpresas y aunque pierde la mayoría absoluta que ostentaba previamente, Rivas empuñará nuevamente el bastón de mando del Consistorio lacianiego, si bien permanentemente enfrentado a una mayoría de votos que sumarán los que ya son oficialmente los dos grupos de oposición a izquierda y derecha del Partido Socialista.
Como habían anunciado, la cabeza de lista municipal de la coalición, Silvia Mozo, también presentó su propia candidatura en la sesión plenaria pero no superó los seis votos a favor que recibió la de Rivas, recibiendo sólo los cuatro de su grupo municipal. El PP abogó finalmente por la abstención.
Con el desbloqueo del último ayuntamiento en erigirse en este nuevo mandato en la provincia de León, por fin se desbloquea también el proceso para elegir los últimos diputados provinciales que han de salir del Partido Judicial del Bierzo al que Villablino pertenece y poder conformarse así la que también será la última diputación de España en tomar posesión, la Diputación de León. Habrán de pasar todavía casi dos semanas más, una demora que jamás se había dado en la etapa democrática en la provincia.
La tensión en el salón de plenos esta mañana se palpaba. Desde varios minutos antes del comienzo de la sesión de constitución, los asientos destinados al público estaban ya completamente copados. Los partidos hicieron llamamiento a los suyos para completar el aforo, algo que contrasta con la apatía y ausencia habitual de público en las sesiones plenarias de la anterior legislatura.
Prueba evidente de esa tensión fue el explosivo y ruidoso aplauso de la mayoría socialista del aforo, a la votación que proclamaba como alcalde a Mario Rivas, por tercera legislatura consecutiva. Eso sí, en minoría, lo que posiblemente no le haga muy cómodo este período de cuatro años al frente del Gobierno local, si es que se completa con esta configuración.
Los pasos se produjeron sin estridencias. Las acreditaciones, los juramentos o promesas de los concejales electos, solo tres de los de Podemos-IU introdujeron unas pequeñas variaciones en su promesa del cargo, añadiendo “por Imperativo legal… y en defensa de los intereses de Laciana”. Y la votación de alcalde entre los dos candidatos presentados, Mario Rivas (PSOE) y Silvia Mozo (Podemos-IU), el PP no podía presentar candidato al estar su cabeza de lista ausente, único que podría ser candidato al cargo, aquí sí, por imperativo legal.
Pero no hay que olvidar que al final todo esto se podría venir abajo si finalmente el recurso extraordinario de revisión, que pretende la revocación de sentencia del TSJ, sobre la validación de las 733 papeletas del PSOE impugnadas, es atendido y logra su objetivo, recurso cuya confirmación he ratificado hoy por parte de miembros de la coalición. Lo que quiere decir que, aunque por fin Villablino tenga alcalde, y aunque cualquier cambio tenga escasa probabilidad, aún no está todo cerrado el asunto de Villablino.