La provincia de León cierra un otoño más cálido y seco de lo normal, con casi un grado más que las últimas décadas

Otoño en la Cabrera

Redacción ILEÓN

El otoño de 2025 deja en la provincia de León un balance más cálido y seco de lo habitual, confirmando la tendencia de aumento de temperaturas y reducción de precipitaciones que se viene registrando en los últimos años. Así lo recoge el informe estacional presentado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que sitúa a León entre las provincias con anomalías térmicas positivas durante el trimestre septiembre-octubre-noviembre.

Según los datos oficiales, la temperatura media del otoño fue más elevada que la registrada en las últimas décadas. En concreto tanto la estación meteorológica de León, en el aeropuerto de La Virgen del Camino, como la de Ponferrada registraron una desviación de 0,7 grados más que la media del periodo de referencia 1991-2020. En León la temperatura media fue de 12,4 grados y en Ponferrada de 14,4 grados.

Septiembre fue un mes de temperaturas normales tirando a frescas, octubre fue muy cálido y noviembre se mantuvo dentro de valores normales, aunque con episodios de contrastes térmicos acusados.

AEMET destaca que durante el trimestre se registraron numerosos días con temperaturas máximas elevadas, en línea con la media autonómica de 21 jornadas con máximas iguales o superiores a 25 grados, una cifra claramente superior a la habitual. Las temperaturas diurnas tuvieron un carácter muy cálido, mientras que las nocturnas se situaron en valores normales.

Déficit de lluvias y otoño seco salvo noviembre

En cuanto a las precipitaciones, León acumuló 138 litros por metro cuadrado durante el otoño, lo que representa un 6% menos de lluvia que la media climática de las últimas tres décadas. En el caso de la estación de Ponferrada registró 116 litros, apenas uno menos que la media de los años 1991-2020. El carácter del trimestre fue seco en general, aunque noviembre aportó lluvias más abundantes que mitigaron parcialmente el déficit acumulado de septiembre y octubre, ambos catalogados como muy secos.

El número de días con precipitaciones iguales o superiores a 1 litro por metro cuadrado fue inferior al habitual, en consonancia con el conjunto de Castilla y León, donde se contabilizaron 20 días frente a los 23 de referencia. La mayor parte de las lluvias se concentraron en episodios puntuales asociados al paso de borrascas atlánticas, como la borrasca Claudia a mediados de noviembre, que dejó precipitaciones intensas en zonas concretas de la comunidad.

Menos tormentas

El otoño fue además poco tormentoso. En el conjunto de Castilla y León se registró un 49 menos de descargas eléctricas que el año anterior, una tendencia que también se reflejó en León, donde cayeron un 78%. Los episodios de viento fuerte fueron escasos y localizados, concentrándose principalmente en octubre y noviembre.

En el balance del año hidrológico, el periodo octubre 2024-septiembre 2025 se cerró con un carácter normal, aunque AEMET advierte de importantes contrastes territoriales y de un ligero déficit en el extremo norte y noroeste, donde se incluye buena parte de la provincia leonesa.

Una tendencia que se consolida

AEMET subraya que 2025 se sitúa ya como el tercer año más cálido de la serie histórica en Castilla y León, un dato que refuerza la tendencia de calentamiento sostenido observada desde hace más de una década. En los últimos 13 años, solo uno ha presentado anomalías térmicas negativas.

El comportamiento climático del otoño refuerza así un escenario de mayor frecuencia de episodios cálidos y menor regularidad de las lluvias, con impactos directos sobre los recursos hídricos, la agricultura y los ecosistemas de la provincia.

En cuanto a las predicciones del trimestre enero-febrero-marzo en Castilla y León será cálido (probabilidad 60%), especialmente en el noroeste y norte, donde puede ser cálido con una probabilidad del 70%. Respecto a las precipitaciones no se facilita una tendencia definida.

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