El túmulo funerario de los marqueses de Villafranca rejuvenece más de 400 años

El director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, asiste a la presentación de la restauración del túmulo funerario del marqués de Villafranca. Foto: César Sánchez/ Ical

V. Silván/ Ical

El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, presentó hoy en el monasterio de La Anunciada de Villafranca del Bierzo la restauración del túmulo funerario del Marqués de Villafranca, después de tres años de trabajos y tras una inversión de 40.000 euros. “Estamos orgullosos de esta restauración, por lo que supone restuaurar una pieza magnifica, muy singular y compleja en su factura, pero tambien porque está muy unida a la significación del Marquesado de Villafranca, del propio monasterio y de la localidad”, afirmó Saiz.

Las labores de restauración fueron llevadas a cabo por Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, ubicado en Simancas. “Es el resultado final de un trabajo largo de tres años”, precisó el director general, que explicó que la mayor parte de ese tiempo se ha dedicado a hacer muchos análisis, “precisamente para evitar lo que ha sido el origen de su deterioro en los últimos años, las humedades y las condiciones ambientales”, y que ha sido en los últimos siete meses cuando se ha procedido a su “estricta restauración”.

Las partes más ligeras y de madera de la pieza fueron trasladadas a Simancas para intervenir en ellas, mientras que los elementos más pesados y de piedra fueron restaurados “in situ” en el convento de La Anunciada, que fue fundado en 1606 por Pedro de Toledo y Osorio, quinto marqués de Villafranca y virrey de Nápoles en tiempos de Felipe II. Así, acoge el panteón familiar de los Marqueses de Villafranca y en su cripta se sitúa el túmulo funerario que alberga los restos del Marqués y de su hija María, monja clarisa para la que fundó el monasterio.

“Es una obra muy italiana y muy importante, que da idea de la riqueza que esta tierra tuvo en relación a su importancia histórica y que, por lo tanto se manifiesta en estas piezas tan especiales”, aseveró Enrique Saiz, que recalcó que es “una obra muy singular, no hay nada parecido en Castilla y León y, desde luego, tampoco en España”. A este respecto, puntualizó que se trata de una técnica de 'pietre dure' sobre madera policromada, muy empleada en ciudades italianas como Florencia o Roma. “Todo hace que sea una obra de extrema complejidad y que, con el tiempo, se haya visto deteriorada por su propia estructura, por su peso, unida a las humedades de la cámara sepulcral y la propia cripta funeraria”, insistió.

Peticiones de la madre priora

Enrique Saiz agradeció el trabajo realizado por todo el equipo del centro de restauración de Simancas, con su directora, Milagros Burón, a la cabeza, así como a la madre priora del convento y las hermanas por la colaboración que han prestado durante los trabajos y también por la custodia y guarda que han realizado de este elemento patrimonia a lo largo de todos estos años.

Precisamente, la madre priora, la abadesa Manuela Rodríguez, también agradeció los esfuerzos realizados por la Junta para la convervación del túmulo funerario, con un recuerdo especial por el anterior delegado territorial, Eduardo Fernández, quien dio inicio al proyecto. Así, manifestó su voluntad de mantenimiento y conservación del patrimonio, que ya le fue encomendado por sus fundadores.

En este sentido, aprovechó para solicitar a Patrimonio nuevas intervenciones en esa cripta funeraria para ayudar a la conservación de otros elementos que también presentan un importante deterioro, como son los frontales del altar, la mesa central, el cristo que preside la sala y las pinturas de la bóveda. “El túmulo funerario es la pieza principal, pero hay más cosas que necesitan ser restauradas”, señaló.

Estado de conservación

El túmulo funerario, de piedras duras sobre estructura de madera policromada, es de factura italiana y fechado entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. La pieza está realizada con la técnica de 'commesso', especie de taracea a base de mármoles y piedras duras, de origen clásico y muy utilizada en el Renacimiento.

El estado de este túmulo se deriva de las condiciones ambientales de la cripta con una elevada humedad relativa. La Consejería de Cultura y Turismo llevaba desde el año 2010 un seguimiento y estudio de la evolución de su estado de conservación y de humedades, lo que hizo necesaria la intervención de conservación y restauración, en la que han participado un equipo de especialistas en piedra, madera policromada y cuestiones estructurales.

Restauración

Las actuaciones que se han llevado a cabo se iniciaron con el desmontaje y desplazamiento del tablero de piedras duras de la parte superior, cuya restauración se realizó en la propia cripta del monasterio debido a su fragilidad. A continuación, se realizaron labores de regularización del terreno de base y asentamiento a la estructura del túmulo, ya que el peso de la mesa de piedras y la fractura de algunos elementos provocó basculamiento y fractura de un lateral.

Asimismo, se han realizado labores de restauración sobre los elementos de madera policromada del mueble del túmulo, que está sustentado por cuatro leones exentos tallados en madera sobre cuyos lomos apoyaban los cuatro ángulos de la estructura de planta rectangular, compuesta por varias piezas, molduras y elementos decorativos, también de madera, con decoración de gallones pareados y querubines. El mueble contiene, además, un marco de madera policromada en el que discurre una inscripción con un epitafio funerario. En el proceso de restauración de estos elementos se han acometido labores de fijación de policromías, consolidación de las zonas de madera, limpieza, eliminación de repintes, entonado de los estucos vistos, así como barnizado y protección final.

Una vez montada de nuevo la estructura de madera se acometió la restauración del tablero de piedras duras, especialmente su enmarque perimetral, junto a la limpieza y a la reproducción con técnicas y materiales discernibles, de algunos elementos decorativos perdidos. Además, se han reubicado todos los fragmentos pétreos desprendidos del marco y, finalmente, se han reintegrado pérdidas volumétricas puntuales y cromáticas, mediante técnicas y pigmentos naturales.

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