Félix Páramo: “Hay gente que respira, que vive, que siente en tango”

Se abren las puertas del ascensor que me deja en la recepción de nuestra cita y se produce un cruce de miradas. Sonrío ante su rostro conocido y él se acerca despacio, decidido, al compás de un ritmo que no puedo quitarme de la cabeza, que Félix conoce de sobra, y que la lectura de su libro ha contagiado mi gusto. “En la cruz de tu candado - por tu pena yo he rezado - y ha rodado en tu portón - una lágrima hecha flor - de mi pobre corazón”, tararea mi mente. Y así, como si del ritual de pedida de un tango se tratase, con el extracto del tango 'Nada' de Sanguinetti que aparece en mi relato preferido de su libro 'Amor y Tango', comenzamos la entrevista.
“Siete historias verídicas, basadas en hechos reales pero contadas a mi manera”. De esta forma, “bajo el filtro del tango” y añadiendo y quitando situaciones según las estrofas en algunas ocasiones, y que los personajes, en otras, iban solicitando a Félix a través de las palabras, el escritor y filólogo leonés ha editado su nuevo libro, una mezcla de sentimientos y pasiones a dos bandas entre 'Amor y Tango'.

En su obra, Félix explica la simbiosis entre el amor y el tango, el tango y la vida, el amor y la vida. “¿Quién no recuerda una canción que le impactó cuando tenía 15 años? y la recuerda toda la vida. Cuando empiezas una novela, llega un momento en el que dejas de crearla tú a ella, y es ella la que te domina, la que te va haciendo a ti, y a ella misma. En este libro de relatos, a veces, tuve la duda de si era el curso de los personajes el que iba viviendo y se acordaba de unas letras de tango aplicables a ese momento de su vida, o era la letra del tango la que condicionaba el actuar de los personajes”, argumenta. “Lo he hecho a propósito; a veces las letras de los tangos condicionan la actuación de los protagonistas del relato, y otras son ellos los que acuden al tango como refugio o justificación de su propia actividad vital”, añade contundente.
Amante y bailarín de esta composición argentina, a Félix no le resulta difícil elegir qué fragmento de qué tango determinado situar dónde. Entre sus preferidos 'Adiós muñeca' , 'Volver', “tango tabú que no se pone nunca en las milongas porque fue el que Gardel acababa de interpretar antes de morir en un accidente de avión”, y 'Matufia'. “El tango refleja una sociedad cerrada, dentro de ella un ambiente más cerrado aún, y todavía va más allá implicándose en su manera de ser, en sus sentimientos, sus vivencias, su desgarro existencial. Muchos de los tangos que se escribieron hace 100 años, recrean situaciones del presente, con nuestros políticos, gobernantes, con las empresas y la crisis generalizada. En cuanto a lo simbólico, el tango también me gusta”, analiza el profesor.
Las mujeres eran fuente de satisfacción las menos veces en los tangos, pero sí de problemas, de nostalgia, de tristeza. Ahora el tango es fuente de satisfacción, está cogiendo sofisticación a nivel mundial, cuestión que nada tiene que ver con los orígenes
Amor y tango, tango y amor
El tango tiene fama de apasionado, de intenso, pero quizás no todos entienden el porqué del regusto melancólico que anida en nuestro pecho, la razón de que muchas de sus letras alimenten una sensación de nostalgia en nuestra memoria, en nuestros recuerdos. “También es triste porque habla de amor y de desamor, de un amor que llega y se va. En los orígenes del tango -finales del siglo XIX- sólo eran hombres los que lo bailaban. Luego, en los boliches, las 'mujeres de vida alegre' empezaron a practicarlo también. Con el paso del tiempo, su práctica fue evolucionando; se va gestando la relación con la mina, la mujer. Las letras se escribían entonces porque le habían dado calabazas a uno o, como era gente muy arrabalera, gente humilde, por un ajuste de cuentas con navaja en mano también por el amor de una mujer. Las mujeres eran fuente de satisfacción las menos veces en los tangos, pero sí de problemas, de nostalgia, de tristeza. El tango antiguo, con Contursi padre, expresaba un anhelo de algo que no se tenía, y que en general acababa mal. Yo, a pesar de las desgracias, he buscado el final feliz en mis relatos en la medida de lo posible. Ahora el tango es fuente de satisfacción, está cogiendo sofisticación a nivel mundial, una cuestión que nada tiene que ver con sus orígenes”, explica el licenciado en Filología Anglogermánica.

Tango: terapia para las personas
Como no podía ser de otro modo, el tango llegó a la vida de Félix por el amor de una mina, de una mujer, la suya, y de nombre y antepasados argentinos además. “Elba, mi mujer, tiene antepasados argentinos. Empezó a bailar tango y yo me metí por ella, más tarde. En León está a punto de fundarse una Asociación Oficial de Tango, sin ánimo de lucro”, comenta el escritor y poeta.
Y, es que, en la capital leonesa la afición va creciendo, con cerca de 80 personas que lo bailan habitualmente. Muchos acuden a clase, en las academias de Rumballet y Mambo. La práctica de la clase se hace con la milonga que los tangueros celebran en El Antiguo, en la Plaza Mayor, el primer y tercer sábado de cada mes. Pero la cercanía del tango va más allá, con comidas en las que se invita a bailarines de otras provincias y viajando como invitados.
El sentimiento que desprende el tango hace de él una terapia estupenda para niños y adultos. En muchas ocasiones es la persona la que debe autoimponerse el tango como ayuda. Incluso en el libro de Félix aparece un relato que narra cómo desde una situación de inestabilidad anímica, de la noche a la mañana, una persona puede convertirse en otra.
Tango y Amor es un libro para leer con gusto, con deleite, ya que está escrito con un lenguaje ornamentado y cuidado. Félix lo dirige especialmente a los amantes del tango. “Es poca la gente que conoce en profundidad el tango, pero hay gente que respira, que vive, que siente en tango. Los tangueros hablamos con la misma voz que todo el mundo pero en otro registro, a otro nivel, ni más alto ni más bajo. El lenguaje del tango te envuelve”, declara. De hecho, en el libro aparece un diccionario con 'vocablos tangueros'.
Pero el autor también invita a su lectura a cualquier persona con curiosidad por este arte. “Me empeñé en inclinarlo hacia el lado femenino, prevalece más la idiosincrasia de la mujer, su forma de sentir y de ver. Pero cualquiera puede verse reflejado en alguno de los relatos, relacionados con los sentimientos, con la disyuntiva de una única elección entre dos caminos”.
La razón por la que Félix decidió comenzar este libro de relatos fue por 'una cuestión de cifras'. El Catedrático de Inglés, rehúsa descifrar -hablando de números- el secreto de la combinación numérica que le llevó a arrancar esta aventura, pero sí que reconoce líneas autobiográficas. “No sólo porque te haya pasado, sino por tu background cultural, por la formación que tienes. Siempre hay que reflejar lo que conoces, aun inventándolo”, aconseja.
Félix continuará escribiendo, ficción, ensayos, textos y hasta ha comenzado una novela en cuestiones históricas. Además, seguirá bailando, escuchando y sintiendo en tango. Y así, tras una agradable charla sobre tango, amor y la vida misma, Félix se despide. Y, de nuevo, ese ritmo me obnubila con otra estrofa de tango de su libro, la de La Cumparsita, típico tango final de toda milonga:
“Desde el día que te fuiste, siento angustias en mi pecho. Decí, percanta: ¿Qué has hecho de mi pobre corazón?”