Pedro J. Villanueva: “Un escritor se hace de lo que lee y madura con lo que escribe”
Autor de 'La huella de Roma. Oro' (cuyo prólogo corresponde a Josefina Velasco, Jefa del Archivo Histórico del Principado de Asturias) y 'El principio. Raíces celtas' (sobre los celtas como primeros habitantes de los montes de Cerredo. Y que contó con una mención especial en el IV Concurso de relatos de Valladolid en 2015), Pedro J. Villanueva nació en Cerredo, Asturias, lugar fronterizo con la provincia de León. Y vive en Ponferrada desde hace diez años, donde dice sentirse como si estuviera en Asturias, su tierra natal.
En realidad, su relación con el Bierzo comienza en su infancia –asegura–, “pues como otros muchos habitantes de localidades próximas, bajábamos a Ponferrada continuamente y teníamos relación con muchos más lugares del Bierzo y Laciana, pero sobre todo amistades”.
En este sentido, cree que los asturianos y leoneses somos muy parecidos. “Es más, arrastramos una misma historia y por desgracia problemas muy parecidos, desde nuestro pasado minero romano pasando por el folclore, el pachuezo y un largo etcétera hasta el presente minero abocado al destierro del mal gestionado progreso actual”, agrega Pedro, que se considera no sólo asturiano, o berciano-leonés, sino habitante del mundo, porque no soporta tanta frontera y menos en su propio país.
La relación entre Asturias y León es tan estrecha, que Pedro, a quien le gusta rebuscar en los cajones olvidados y rescatar del fuego del tiempo momentos perdidos que dan significado a momentos históricos en lugares determinados, cada vez que busca alguna reseña o mención en la literatura leonesa o asturiana, encuentra una unión inseparable. Por ejemplo, en 'La huella de Roma', su reciente novela juvenil, la relación entre el occidente asturiano y León es notable.
“En el artículo sobre Don Ramón Menéndez Pidal y el Romancero Leonés, encontré cantidad de referencias que coincidían en las dos provincias y muchos de los romanceros recogidos en el Romancero de León nombran a otros recogidos, muy semejantes en Asturias. Si nos vamos a la actualidad, en ferias literarias de Asturias y León la presencia de autores de uno y otro lado es mayoritario, me enfada que no seamos capaces de sacar partido a esa relación y mejorarla”, afirma este bibliófilo en cuya biblioteca particular existen Quijotes anteriores a 1900, aparte de Historias de España, libros de Jovellanos o Gil y Carrasco, entre otros.
Asturianos y leoneses arrastramos una misma historia y por desgracia problemas muy parecidos, desde nuestro pasado minero romano hasta el presente minero abocado al destierro del mal gestionado progreso actual
Como amante de los libros, le parece que la lectura no sólo es esencial, sino que debería ser obligatoria. “Quitando casos contados, un escritor se hace de lo que lee y madura con lo que escribe. Esto le da calidad al texto, no sólo gramaticalmente sino en referencias, detalles, conocimientos... Los libros antiguos son catedrales de papel y al igual que estas han ido evolucionando en el tiempo, por eso un autor tiene que leer cosas de calidad y demostrar esa evolución en el tiempo”, señala convencido Villanueva, cuya vocación por la literatura surgió en un caserón viejo y a partir de un libro de viajes que encontrara, en el que el autor relataba su viaje por el mundo.
La literatura como magia
Cuenta que le llamó la atención esa fórmula de contar a los demás lo que uno veía y trasladarlo al blanco del papel. Con doce años –recuerda– le pareció magia. Pero no me atrevió hasta años después a que alguien leyera sus escritos, salvando alguna carta de adolescente, en esos amores en la distancia, aclara él: “Hay que recuperar las cartas y enterrar el WhatsApp”.
En todo caso, este titulado en Ciencias Políticas disfruta con la literatura, por todo lo que aporta, sobre todo cuando unos lectores le dicen que es barroco mientras otros lo califican de renacentista. “Es increíble como dos personas que te leen, pueden verte tan diferente”, apostilla. Aunque algunas veces la escritura creativa olvide –sostiene– esa parte didáctica tan importante que debería tener la literatura juvenil, habida cuenta de que lo educativo es su esencia.
“Es un quebradero de cabeza anteponer lo económico a la calidad. Las editoriales quieren ventas y pocos valoran las consecuencias de lo que editan. Muchas veces me avergüenzo al abrir libros cargados de distinciones de género, donde hay libros para niños y otros para niñas, colores para cada sexo, etc. Es muy triste ver el contenido de muchos de ellos, sin complicaciones, sin hacer pensar, lineales, básicos... para una futura sociedad entontecida”, se lamenta Villanueva, quien cree que no se puede publicar cualquier cosa, ahora que todo el mundo publica, porque se corre el serio peligro de abocarnos al precipicio. La autopublicación no es mala en sí misma, en su opinión, él mismo autoeditó su ópera prima, si bien lo hizo a través una asociación cultural, Entremis, “con unas limitaciones muy claras y con toda la responsabilidad que pude aportar... Hace nada he visto una autopublicación en el Bierzo, de literatura Juvenil, y en su publicidad se leía libro recomendado y me pregunto: ¿Por quién?, ¿lo recomiendan docentes? Creo que sólo busca la recomendación del interés económico personal”, se expresa Pedro con contundencia, cuyas obras podrían incluirse en esa literatura Juvenil, didáctica en su caso, en la que encontramos filosofía, escrita para ser leída antes que vendida, “con la ilusión de quien escribe aprendiendo”, que no establece distinciones de género. “Naturaleza y principios sus principales protagonistas y la lealtad, la amistad y el trabajo en equipo sus mejores armas”, apunta este entusiasta de escritores como Murakami, “por la profundidad del Yo”, Paul Auster, “por sus múltiples personajes”. O bien Chirbes y Landero, cuya novela 'Caballeros de Fortuna' se le antoja su favorita. También siente pasión por escritores como Peridis, Reverte, Sánchez Adaliz y su 'Alma de la ciudad', César Pérez Gellida en la novela negra. Y por supuesto los clásicos, que siempre tiene en su mesita de noche, como Unamuno y su 'Vida de Don Quijote y Sancho', San Agustín y sus 'Meditaciones'. Y sobre todo las aventuras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, “voy por mi quinta lectura y espero que me queden muchas”.
Colaborador en diferentes medios, tan en papel como digitales, entre otros 'La Nueva Crónica de León' o 'La Nueva España', también ha participado en una obra colectiva, que editara la Universidad Nebrija, dedicada a pensadores, entre ellos Qubt (a quien el periodista y escritor catalán Eugenio García Gascón, afincado en Jerusalén, le dedica un libro estupendo), que influyeran en el terrorismo islámico.
Un trabajo que surge de sus estudios de Ciencias Políticas en la UNED y su profesión como Policía Nacional. “La parte más difícil para mí ha sido librarme de mis prejuicios al respecto, profesionales y personales, pues viví los atentados del 11 M cuando estaba destinado en Madrid y, aunque no me tocó de cerca, sí sentí el de muchos compañeros de profesión que ese día cambió sus personas para siempre. No han vuelto a ser los mismos, Yo tampoco”, afirma Villanueva, que forma parte del recién creado Club Petronio junto con otros colegas de escritura, “todos tan diferentes pero iguales en el cariño a las letras”, como Manuel Ángel Morales, Raquel Villanueva, Elisa Vázquez y Ruy Vega (todos ellos entrevistados en esta sección de La fragua literaria leonesa).
Es un quebradero de cabeza anteponer lo económico a la calidad. Las editoriales quieren ventas y pocos valoran las consecuencias de lo que editan
“Sin grandes metas, sin grandes figuras, sin dinero pero afortunados en amistad, alegría desbordante y sobre todo ideas. Estoy seguro que daremos de que hablar, cada día somos más”, precisa con ilusión Pedro Villanueva, que en estos momentos está con varios artículos de prensa sobre Gaspar de Jovellanos a su paso por el Bierzo, además de otras investigaciones sobre Girón, o temas de la Guerra de la Independencia en el frente del Occidente asturiano.
Asimismo, se ha puesto, en cuerpo y alma, con una historia real que el destino ha puesto en su camino. Se trata de la historia de una familia polaca, apellidada Stelmach, que reside en la actualidad entre Asturias y el Bierzo, una historia de amor que, a su juicio, no dejara indiferente a nadie, “en la que no triunfa un final del todo feliz, una historia de la vida regada de guerra y maldad... documentada con fotografías y cartas y con testigos vivos descendientes de los protagonistas”.
Está convencido de que va a despertar mucho interés. En cualquier caso, independientemente de la obra, se queda con el cariño de la familia que le ha concedido el honor y la dura tarea de escribir esta historia. “Gracias a la traducción de cartas del polaco al español, de madre e hija, protagonistas de esta historia, hoy sus descendientes conocen cosas de sus abuelos que nunca hubiesen ni imaginado. Estos son los momentos únicos que nos dan las letras y que nada puede igualar. Hasta Verónica, una amiga polaca afincada en Ponferrada que realizó dicha traducción, se quedó enganchada a la historia de los Stelmach”, concluye.
Entrevista breve a Pedro J. Villanueva
“Escribo para llevar la contraria a muchos que tienen poco que decir”
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
'Caballeros de Fortuna' de Landero.
Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
El Principito.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
Belén Esteban, por supuesto. ¿Escribió el libro?
Un rasgo que defina tu personalidad.
Principios.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
Palabra.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
Mediocridad, indiferentes a su gente, con autoestima muy baja y muchas envidias a quién de verdad es feliz. Sociedad del cansancio pero con muchas carencias.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
Mirar a mi hija de cuatro años, Carla, creo que hay muchas más como ella por lo que ¡Estamos salvados de mediocridad!
¿Por qué escribes?
Para llevar la contraria a muchos que tienen poco que decir.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
No, cometo tantos fallos y reduzco tanto las expresiones que me avergüenzo de mí mismo. No me sirven para nada.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Todo lo que he leído, las conversaciones con buenos amigos, con enemigos, mis catedrales de papel (libros antiguos), los mayores, una injusticia que contar, una historia por descubrir, todo lo que se pueda pasar al blanco del papel.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Prometo ponerme al día, soy un desastre. Y para hacer la pelota al entrevistador y salir airoso de la entrevista prometo seguir el suyo, je je.
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
El tiempo te hace propio.