Conjura de arqueología musical: una orquesta, una pianista y un director hacen renacer un concierto y obras 'perdidas' más de un siglo

Patricia Arauzo, Néstor Bayona, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y los compositores Rogelio Villar y Emilio Serrano.

Carlos J. Domínguez

Han tenido que producirse muchas carambolas, esfuerzos a muchas bandas y hasta visos de genialidad para que este jueves 19 de septiembre, a partir de las ocho de la noche, en el Auditorio de León vaya a sonar un concierto absolutamente inédito. Porque inédita hasta ahora era parte de su repertorio que firma el compositor español Emilio Serrano.

Su Concierto para piano y orquesta, “un bello tapiz de ideas muy variadas”, según el director Néstor Bayona, salió de su inspiración en las postrimerías del siglo XIX, el año 1894, sólo se tocó tres veces y la última fue en 1929. Aún más: de las obras completas de Serrano desapareció un pequeño Vals para piano y orquesta, “quizá su mejor obra”, para Manuel Gómez del Sol.

Ahora, tras un trabajo de auténtica arqueología musical, una conjura de músicos y editores, casi como si de la banda sonora de un milagro se tratara, sendas piezas sonarán por primera vez dentro del Festival de Música Española de León, que así enriquece un poco más su prestigio en esta 37ª edición.

La responsabilidad recaerá en la maestría de la batuta del director Néstor Bayona, en cada integrante de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (Ospa) y en la virtuosa pianista Patricia Arauzo, que se han embarcado en esta aventura que esperaba más de un siglo para salir a la luz.

Desde un manuscrito

La recuperación de estas obras ha implicado también a Manuel Gómez del Sol, de la Universidad de Salamanca, y la editorial 'Ars Hispana', quienes “han realizado un trabajo exquisito de recuperación del trabajo autógrafo” del compositor. Arauzo resalta el esfuerzo conjunto de “trabajar mano a mano con los editores sobre el manuscrito” y descubrir juntos un concierto que para ella “se inspira en un amplio abanico, desde la 4ª de Beethoven, a momentos de Albéniz, de la canción asturiana a Falla o Granados”, una extraordinaria “simbiosis de compositores”.

La pianista reconoce que “me encanta este tipo de retos, cuando tenemos muy pocas o ninguna versión” de una pieza. Es, dice, “un caramelito” que además, como es seña meritoria de identidad del Festival, quedará registrado en sonido e imagen para la historia de la música de España.

El director Néstor Bayona lo afronta de manera similar, con enorme respeto por un reto tan especial: “Nervios no, pero sí hay algo de miedo cuando se ignora cómo suena una pieza” que apenas ha sido tocada antes y de la que no hay registros sonoros, lo que significa que lo que suene en el Auditorio de León pasará de algún modo a ser una referencia postrera esencial.

Y le ocurre lo mismo con la parte que cierra programa: la Sinfonía nº4, en Mi mayor de Pedro Miguel Marqués, que data de 1878, y que se presenta también como un “reestreno en tiempos modernos” porque, igualmente, más allá de la versión dirigida por José Luis Temes con la Orquesta Filarmónica de Málaga, apenas ha sonado nunca. Bayona descubrió entonces al compositor español, un pionero de la música española más nacionalista de finales del XIX y principios del XX, y de ahí conocido como “el Grieg español”. El director ha trabajado para que en León suenen “cosas muy distintas a Temes” en una obra que en sus 35 minutos puede parecer larga sobre la partitura pero cuyos “muchos colores” musicales envuelven.

Reivindicación de mujeres y de leoneses, señas de identidad

El programa se abre, además, con la tradicional reivindicación femenina que es seña de identidad del festival leonés, esta vez en la figura de Soledad Bengoechea, y su Capricho-Scherzo de 1872 orquestado por Casimiro Espino. Y se completa con la no menos tradicional revalorización de autores leoneses, en este caso Rogelio Villar, del que se ha elegido su Égloga-Impresión sinfónica de 1918. Lo define Bayona como “un tapiz de varias ideas que van cambiando mucho entre temas” con un “violín solista que ayuda a transportar a un ambiente, precisamente, de la montaña de León y Asturias”, muy propicio para que lo interprete precisamente la prestigiosa orquesta asturiana, creada en 1991.

Tanto Bayona como Arauzo resaltan como “algo importantísimo” el espíritu y esfuerzo “sobresaliente” que imprime a la Música Española el Festival impulsado por la Asociación Musical Orquesta Ibérica, con Miguel Fernández Llamazares al frente. El esfuerzo de este año para confeccionar un extenso y variado programa, secundado además por el Ministerio de Cultura, la Junta de Castilla y León, la Diputación y el Ayuntamiento de la capital, ofrece en total diez estrenos mundiales, como el de ‘La piedra de las tormentas’ del leonés Julio Aller, hasta diez recuperaciones históricas o reestrenos, muchos de ellos de autores leoneses, a lo largo de nueve conciertos, a los que se suman dos sesiones de cine-coloquio.

Las entradas de los conciertos principales en el Auditorio se ponen a la venta en la página web del Auditorio Ciudad de León (a 12 euros con algunas reducciones del 50% y una hora antes del concierto en la taquilla del Auditorio Ángel Barja del Conservatorio de Música, en el caso de las actuaciones que se celebran en el Auditorio Ángel Barja (abono a 24 euros y 6 las entradas sueltas).

El programa completo viene detallado en este documento.

Etiquetas
stats