Carmen Sopeña presenta la 'Memoria de un Valle Sepultado'

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C. Lozano Gallego

La Sala Municipal de Exposiciones San Marcelo acoge desde este 15 de noviembre la exposición 'Memoria de un Valle Sepultado', con la que la artista Carmen Sopeña pretende hacer un recuerdo al valle de Riaño que permanece bajo las aguas del pantano desde hace ya 25 años.

'Reposo', 'Inquietud', 'Suplicando', 'La muerte de Vadinia', 'Los que se fueron'... son algunos de los nombres que Carmen Sopeña ha dispuesto para las esculturas que integran su 'Memoria de un valle sepultado', una exposición amorosa y desgarrada sobre Riaño, “nuestro Riaño”, y los siete pueblos que junto a él fueron arrasados hace veinticinco años: Huelde, Anciles, La Puerta, Salio, Pedrosa del Rey, Éscaro y Burón.

Y es que a Riaño “ni siquiera le dejaron sentir la dulzura de la despedida mientras el agua subía y la muerte hubiera llegado lentamente”, afirma David Gustavo López en la presentación de esta muestra. “No, Riaño no mereció ni eso, ni piedad a la hora de ejecutar su condena, porque Riaño y los siete pueblos eran símbolo de firmeza en defensa de lo propio, de oposición al poder político-económico, o tal vez económico-político, que había determinado los caminos del ¿progreso?”, añade.

“El perdón pudiera ser interpretado como debilidad, no como humanidad, y ello pondría en peligro los beneficios de ésta y de otras operaciones de similar progreso”. Por eso, la violencia y la rabia del poder se derramaron sobre Riaño, “nuestro Riaño”, y “abatieron vidas, sueños y hogares”; “atropellaron personas y, en un último gesto de vileza y prepotencia absoluta, dinamitaron la iglesia”. Así se cumplieron los designios que para el valle habían urdido “algunos hombres sin piedad, alguien con los brazos elevados hacia el cielo –expresión universal del orante– y las entrañas agarrotadas por la pena, suplica clemencia para su valle, pero los hombres sin piedad, como los cuervos, no escuchan, sólo acechan y esperan por los despojos de Vadinia, el pueblo mítico de la protohistoria riañesa, asentado en las alturas, al que los romanos hicieron descender a las orillas del Esla para civilizarlo y apaciguar su rabia levantisca”.

Sin embargo, hace veinticinco años, “cuando caían los telones de acero, estos modernos dominadores obligaron a los vadinienses a subir nuevamente a las alturas”. Un mural pintado sobre una fachada del viejo Riaño gritaba una consigna de resistencia: “Tirando todos juntos, Riaño seguirá existiendo”. Carmen lo ha tomado como fondo de su exposición y lo ha convertido en lema de futuro y esperanza.

Lugar: Sala Municipal de Exposiciones San Marcelo (Plaza de San Marcelo, s/n).

Horario: de lunes a viernes (mañanas de 11:00 a 14:00 horas, tardes de 18:00 a 21:00 horas).

Entrada: gratuita.

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