Brundibár, ópera para niños en el Auditorio de la ciudad

Brundibar

Víctor M. Díez / ileon.com

La aparente sencillez argumental de Brundibár, una ópera infantil en dos actos con música de Hans Krása y Adolf Hoffmeister (1938), podría llevarnos al error de pensar que estamos ante un simple cuento popular, una fábula moral de trazas sencillas, una dramaturgia naif o una composición musical ligera o superficial.

Pepicek y Aninka, dos niños, cuya madre enferma necesita leche para curarse, no tienen con qué comprarla. Ignorados por sus vecinos, deciden imitar al exitoso organillero para ganar algún dinero, pero son despreciados por el falso músico y su público. Con la ayuda de animales y niños, consiguen su fin, derrocando al tiránico Brundibár (el abejorro).

Son las especialísimas condiciones de su estreno clandestino en un orfanato de Praga (1941) y sus más de cincuenta y cinco representaciones en el campo de Theresienstadt, las que ponen de relevancia su verdadero perfil ético y estético. El campo de Terezín, concebido por los nazis, como un trampantojo propagandístico ante los ojos de los observadores internacionales, no era propiamente de exterminio, sino un lugar de paso en que las duras condiciones de vida eran paliadas con la tolerancia de la actividad artística, buscando una apariencia de normalidad.

En ese contexto, Brundibár, dirigido por el propio Krása significó un desahogo humano y un aliento vivificante frente al horror, convirtiéndose en un símbolo contra aquella crueldad. Su éxito en el propio campo se debía a que el público había encontrado en el argumento elementos que enaltecían la resistencia contra la opresión. Su pervivencia posterior, quizás se deba a la emoción que produce encontrar tan delicada flor en medio de tanta basura.

Pero la realidad es implacable. Casi todos los niños participantes, incluido el propio Krása, fueron deportados a Auschwitz sin piedad. Es por eso que no hemos querido que esta representación fuese sólo un homenaje a ellos, olvidando nuestras injusticias actuales. Hay ciertos paralelismos inquietantes entre aquella Europa que rodeó de alambradas, torturó y mató a los más débiles y ésta, que se defiende con alambradas de los perdedores de otras guerras. Así también, nuestra puesta en escena es una llamada de socorro por esos niños que gritan, desparecen y mueren cada día en Calais, en Lesbos, en Idomeni..., a las mismas puertas de nuestras conciencias.

En esta producción de Brundibár participan la Escuela Municipal de Música de Valverde de la Virgen, el Coro Juvenil “Ángel Barja” y la Orquesta Juventudes Musicales-Universidad de León, la dramaturgia de Víctor M. Díez, la dirección escénica de Javier Rodríguez de la Varga (Teatro El Mayal de la ULE), y la escenografía de Alejandro Sáenz de Miera, la participación del actor Manuel AO, y las ilustraciones de Pablo García.

La Ópera Infantil Brundibár, sale a escena el sábado 14 de mayo a las 20 horas, y el domingo 15 de mayo a las 19 horas en el Auditorio Ciudad de León. Las entradas tienen un precio de 5 euros, con 50% de descuento para la comunidad universitaria. Se pueden adquirir en las taquillas del Auditorio de León y en su web.

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