Las mujeres sufren más precariedad, acoso y discriminación en el trabajo
Investigadores del Centro de Investigación en Salud Laboral de la Universidad Pompeu Fabra han analizado las respuestas de los más de 11.000 trabajadores y trabajadoras que participaron en la última Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
La mujer también tiene más posibilidades de enfrentarse a riesgos psicosociales y discriminación en el trabajo
El estudio, publicado en la revista Gaceta Sanitaria, afirma que la precariedad laboral es más profunda entre las mujeres. La probabilidad de trabajar sin contrato es prácticamente el doble que la de sus compañeros masculinos (5,6% frente al 3,1%), sobre todo en los trabajos manuales, donde la probabilidad es 2,32 veces superior.
La temporalidad también es mayor en las trabajadoras (28% frente al 27,2%), pero en esta ocasión los contratos temporales son más habituales en las ocupaciones no manuales, donde el riesgo es 1,34 veces superior. Entre los hombres, en cambio, es más frecuente el trabajo a turnos (24% frente al 21,6%).
La mujer también tiene más posibilidades de enfrentarse a riesgos psicosociales y discriminación en el trabajo. Realizar un alto esfuerzo y recibir a cambio una baja recompensa es más habitual entre las trabajadoras, sobre todo en las ocupaciones no manuales, donde la probabilidad es 1,29 veces mayor.
Pero la desigualdad de género es más evidente en materia de discriminación laboral. En ocupaciones manuales, la mujer tiene más posibilidades de ser discriminada en el trabajo que el hombre (probabilidad de 1,46), cifra que aumenta hasta 2,47 veces en ocupaciones no manuales.
El triple de riesgo de acoso
El acoso sexual en el trabajo parece un fenómeno exclusivamente femenino. El riesgo es casi tres veces mayor en las mujeres, sobre todo en las ocupaciones manuales. La probabilidad de sufrir acoso sexual es mucho mayor para la mujer en el sector agrario e industrial, en concreto 2,82 y 2,92 veces más elevada respectivamente. Se trata de sectores fuertemente masculinizados. Sólo en la industria, por ejemplo, el 75% de los trabajadores son hombres.
Además, las desigualdades de género también son patentes en los problemas de salud derivados del trabajo. Mientras en las mujeres es más frecuente el dolor osteomuscular del miembro superior (8,4% frente al 6,4%), en los hombres son más habituales las lesiones por accidente de trabajo (12,1% frente al 8,4%). El estudio, sin embargo, no ha detectado diferencias significativas de género en el estrés derivado del trabajo ni en las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, aspecto este último que la macroencuesta no contempla en toda su magnitud.