“Vivir en León es muy complicado para una trans”

Claudia Transexual Entrevista

J. Manuel López

La infancia de María, un nombre que hemos convenido ficticio, debió ser tan normal como la de otros muchos críos en el León de los años setenta. Ahora sabe, y así lo manifiesta, que la transexualidad no es una opción “porque te sientes obligada a manifestarla”.Entonces, en los primeros pasos de la adolescencia, le confundía la tranquilidad que le infería cuando usaba a escondidas las ropas de su madre, su gran aliada, porque sólo tiene hermanos, y percibía las primeras sensaciones cuando las ahora cercanas fiestas de Carnaval proporcionaban la excusa perfecta para sentir la verdadera identidad que la genética le había usurpado, encerrándola en un cuerpo que no era el suyo. Todo ese proceso de transformación crisálida ya forma parte del pasado.

Ahora estamos en 2012 y María ya camina desde hace tiempo en paz consigo misma, aunque sabe que aún le queda por acoplar a su yo esas circunstancias de las que hablaba Ortega y Gasset. Ahora, desde hace tiempo vive en Léon con los amigos que han encajado su transformación y con aquellos que aún miran con recelo, con su familia que siempre ha estado a su lado, con sus sueños y sus deseos, y tal vez por ello el único objetivo de esta entrevista no sea otro que escuchar la voz de una mujer que sabe que su historia no deja indiferente a nadie.

¿Es más difícil en una ciudad como León?

Nunca eres indiferente a nadie y mucho más en una ciudad como esta. Lo peor es el miedo escénico. Depende del día. Algunas veces sientes esa mirada que te paraliza y tienes ganas de esconderte y aquí sucede con frecuencia. Lo que no puedes hacer es obsesionarte con lo que digan.

¿Cómo te han aceptado tus amigos?

Algunos sí y algunos no. Ahora no tengo muchos amigos de verdad y los que quedan nunca han dejado de apoyarme. En otros he visto en su cara el rechazo insinuado. En una gran ciudad el anonimato te ayuda a encontrar nuevos amigos y a otras personas que han decido poner en orden su vida y asumir cómo son. Antes de dar el paso, esa ambigüedad inicial crea un fuerte rechazo, en tu interior y en tu entorno. En León es muy complicado vivir para una trans y mucho peor aún si no tiene recursos económicos.

Educadora

Comenzó su itinerario profesional justo en paralelo a ese tiempo posterior en el que María había comenzado a asumir su verdadero género, antes incluso de pasar dos veces por quirófano, en manos de un reputado cirujano y con la complicidad familiar a su lado, tan lejos de casa.

Tiene un buen currículum y hace tiempo que se interesa por la docencia e incluso ya ha hecho alguna sustitución en la ciudad y quiere dirigir su vida hacia la educación, el proceso básico en el que se establecen los roles.

La ley de género permite que el cambio del DNI no se convierta en una charada ya que antes, cuando no existía, una vez terminado el proceso de transformación, un forense judicial debía certificar el cambio.

María repite en varias ocasiones que la experiencia Ann Richards, impulsora de una de las primeras páginas web para transexuales le ayudó mucho a despejar las mil y una dudas que emergen a medida que se van dando pasos.

Agradece el reservado de una conocida cafetería de centro de la capital leonesa en el que mantenemos esta conversación. Ella no tiene ningún miedo y es una activa colaboradora en las organizaciones que luchan por una igualdad de género real, pero no quiere que hagan daño a su familia. Y es lógico. Y así lo convenimos antes de sentarnos ante un café y un pequeño pincho de tortilla.

Justo antes de comenzar la conversación, María comenta, con la voz dulce que envuelven sus frases, que acaba de ver en cine la versión sobre la vida del controvertido primer director del FBI, John Edgar Hoover, el gran cazador de comunistas que tal vez sólo percibía la paz del alma cuando las ropas de mujer acariciaban su cuerpo.

Bajo el brazo, un libro de Charles Dickens; ha vuelto a sumergirse en su extensa bibliografía, justo cuando se cumple el bicentenario de su nacimiento.

Dudó muchas veces, pero hubo un momento que supo que siempre existe un horizonte, aunque las nubes lo oculten; cuando fue capaz de empoderarse, un término con el que le gusta reflejar ese instante en el que uno es capaz de arrinconar los fantasmas e iniciar el despegue. Ahora María cavila una nueva partida hacia una ciudad más grande, más anónima. Nada es definitivo.

Una última pregunta. ¿Conoces otros casos en León? ¿Cabe decir algo más?

Si, conozco otros casos. Siempre que me lo preguntan no tengo duda; nunca deben perder la esperanza; todo llega, tarde o temprano, pero, mientras... es difícil.

En su hoja de ruta María, piensa en una familia propia, en hijos, en la adopción...

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