Tradición y denuncia

César Sánchez / ICAL Carbón para calefacción de uso doméstico

Elena F. Gordón / Ical

A punto de cumplir las cuatro décadas de vida, el Concurso Nacional de Entibadores de Bembibre (León) 'tira' de una celebración que tiene algo de competición y mucho de homenaje a un oficio importante en la mina para evitar el derrame de carbón, accidente habitual en las explotaciones por la disposición del mineral en capas verticales y estrechas, y los hundimientos de las galerías.

En tiempos en los que la actividad en las explotaciones de interior ha pasado a ser casi testimonial en la provincia, con una crisis sin precedentes y un horizonte nada esperanzador, las labores de entibación, que quedaron casi obsoletas con la aparición del hierro, se exhiben como una muestra de la dureza de la mina y de la destreza de sus trabajadores.

Las exhibiciones o concursos, que en algunas localidades de la vecina Asturias superan los 70 años de existencia, reviven el 'arte' de recubrir las galerías, techos y paredes con madera; práctica que se inició en el siglo XIX. Mineros o quienes lo fueron hacen gala de sus dotes para manejar el hacha -o hacho, como se conoce en muchas zonas- y demostrar, en un tiempo limitado -en este caso en una hora y cuarto-, la perfección del cuadro, el labrado su ajuste y medidas, además de otros valores que puntúan como el aplome o al alineación de la estructura.

Además de exhibir sus habilidades en la preparación de los cuadros, los participantes no eluden un mensaje de denuncia de la situación que vive el sector minero. José Manuel Pérez, asturiano de Cangas del Narcea, incidió en que “aquí se están terminado las minas porque se trae carbón de fuera cuando lo tenemos en España al mismo precio. No entiendo que se cierren las minas”, comentó, antes de señalar que el oficio homenajeado en esta cita “es como una antigüedad y es guapo que se siga conservando. Mientras podamos, seguiremos viniendo”, aseguró este picador prejubilado que también desempeño labores de caminero, entibador y barrenista.

Con 18 años recién cumplidos, Adrián Reguero es el benjamín de la competición y acompaña como ayudante al veterano Eradio Álvarez, quien le define como “una máquina de trabajar. Con está experiencia puede conocer otro mundo diferente al que él vive”, dice en alusión al joven que se dedica a la ganadería. Eradio lleva doce años compitiendo, tantos como desde que dejó la mina tras 23 largos de profesión. “Esto sirve para mantener una tradición de lo que se vivió en estas comarcas. No se entiende, pero la mina va desapareciendo. Es una verdadera lástima que nadie quiera seguir apostando por una energía propia que tenemos en España”, lamentó.

De similar opinión es José Antonio Rodríguez, picador prejubilado hace 11 años y miembro del Club de Entibadores Palentino que participa en este concurso desde hace un lustro. “Ahora mismo, al ir despareciendo la minería, es lo que no queda en estos pueblos relacionado con el sector. Dicen que el carbón de aquí no es bueno ni rentable y eso no es cierto. Están haciendo las cosas para justificarse y que lo parezca”, resaltó.

Asturias, Palencia y las comarcas leonesas de El Bierzo, Laciana y Babia protagonizan una nueva edición de este encuentro que Rosario Rodríguez, madre y abuela de una de las parejas participantes observa como espectadora. La mujer también alude a la realidad de la minería que ve “mal, muy mal porque ahora no sacan para comer siquiera”. Junto a ella su nuera, Matilde resume el espíritu de este encuentro “como ya no hay casi nada del sector, por lo menos con esto reivindican. Además para ellos es un orgullo participar y para los demás verlos”.

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