La tecnología leonesa que no necesita 'prender' vías férreas para que el hielo no bloquee las agujas en una ola de frío

Vías férreas ardiendo en Chicago durante la ola polar de enero de 2019 para evitar que se hielen las agujas.

Jesús María López de Uribe

Pese a lo que se cree en España, el “que inventen ellos” siempre fue una de esas frases grandilocuentes falsas que alimentaron la leyenda negra. Los ingenieros españoles han sido, de siempre, de los mejores del mundo. Pese a lo que se cree en León, el “aquí nadie nunca hace nada”, es otra parte de la que nos toca sufrir en esta provincia.

Y la empresa Telice es ejemplo de que estas cosas no son verdad. ¿Una empresa familiar que es puntera en algo? ¿Y leonesa? Pues sí. Al menos en el sector ferroviario español. Como ellos mismos dicen en su página web a modo de presentación “270 kilómetros 270 kilómetros de tecnología aplicada en el tramo de alta velocidad León-Valladolid-Burgos”.

Esta pequeña empresa leonesa ha tenido proyectos, y tiene, tanto en España como en Estados Unidos, Brasil, el Reino Unido y Noruega gracias a su apuesta por la Investigación, Desarrollo e Innovación (el famoso I+D+i), con la creación hace ya diez años de un equipo dedicado en exclusiva a este tipo de 'cacharreos' que dan ventaja competitiva a las empresas pequeñas con imaginación y trabajo.

Y uno de sus sistemas, el que llaman Telphe, es todo lo contrario a lo que vimos la semana pasada en televisión en Chicago con los operarios del Metro prendiendo fuego a las vías del tren para evitar que se congelaran durante el vórtice polar que desplomó las temperaturas por debajo de 40 grados centígrados bajo cero (como se ver en este vídeo de aquí abajo realizado por Newsweek). La tecnología leonesa intenta evitar bloqueos de hielo calentando previamente con electricidad los raíles gracias a utilizar algoritmos de predicción meteorológica.

En situaciones de congelamiento las agujas ferroviarias, las que hacen que los trenes cambien de vía, obviamente se hielan y dejan de funcionar... con lo cual los convoyes no podrían circular porque a la primera habría un accidente por descarrillamiento.

Así que se han de calentar como sea. Uno de los sistemas es pegarle fuego a cuerdas empapadas con combustible, que es el espectacular, pero no siempre ha de ser así: el otro más habitual es mediante gas, con un método similar a lo que sería la cocina de gas de casa, pero con quemadores más grandes. En España hace años que se usa el calentamiento del raíl con electricidad, aunque hay que reconocer que con temperaturas tan bajas como la de Chicago la cosa se complicaría también. Pero lo que destaca en esta historia es que en este tipo de sistemas la leonesa Telice marca la diferencia porque su predicción meteorológica se adelanta a lo que pudiera ocurrir.

Evitar que los cambios de agujas fallen

El actual responsable de Innovación de Telice, Iván Rivera Rodríguez, explica por qué se debe mantener caliente el raíl: “Cuando uno piensa en vías de tren vemos raíles metálicos, brillantes y paralelos que se unen visualmente en el horizonte por obra y gracia de la perspectiva. Sin embargo, las estaciones tienen más de una vía y es necesario habilitar medios para que los trenes que ruedan sobre ellas cambiar de un par de carriles a otro. Esto se logra mediante los llamados aparatos de vía, de los que los más conocidos son los desvíos, también llamados cambios de agujas o, en un pequeño abuso del lenguaje 'agujas', para abreviar”.

Pero cuando llegan las heladas, estos cambios de agujas pueden bloquearse por el hielo “con las consiguientes consecuencias que todos podemos imaginar” si un tren quiere ir por una vía determinada y no puede. “La nieve, y más aún el hielo que se forma cuando la nieve se compacta, pueden llegar a bloquear el movimiento del motor de la aguja. Así que las señales cambian de estado —'de aspecto', nos gusta decir a los ferroviarios— pero si las agujas no pueden enclavarse podrían no ser fiables y se producirían descarrilamientos. Por ello, en lugares donde el frío aprieta, es necesario disponer algún sistema capaz de limpiar las vías en estos puntos críticos. Ya no estamos en el siglo XIX y no es aceptable que este trabajo lo realicen operarios provistos de una pala”.

Todo esto lo expone muchísimo mejor en su artículo de Naukas 'Winter is coming: hielo fuego y trenes', que el lector de este reportaje debería leer sin falta (y del que se han extractado sus explicaciones para este artículo). Porque Telice tiene como jefazo de 'cacharreo' a uno de los autores de una de las mejores páginas web de divulgación en España (con festivalazo incluido), conocido en Twitter como @Brucknerite. Vamos, que él lo cuenta como nadie.

Calentando agujas de ferrocarril con electricidad

Pese a lo que creemos en España, otra vez mal, en los Estados Unidos el ferrocarril es bastante poco eficiente y su tecnología ferroviaria no destaca por ser precisamente avanzada. Esto lo explica perfectamente aquí Roger Senserrich, uno de los expertos en este tema de Politikon, que en diciembre escribía un artículo demoledor en Jot Down Magazine sobre cómo afrontan su renovación.

Esto mismo opina Iván Rivera en su artículo de Naukas, apuntando que la tecnología española es ya muy superior: “Otras redes ferroviarias, como por ejemplo la española, ni siquiera montan ya traviesas nuevas de madera. Tampoco los calefactores de agujas funcionan con gas. El aire caliente, también usado durante algún tiempo, dejó paso a una generación de calefactores de agujas eléctricos que aprovechan el efecto Joule de manera similar a cómo un calefactor doméstico portátil generan calor”. Vamos, calentando directamente los raíles por 'conducción'.

Pero claro, tampoco es que este tipo de sistemas sean precisamente muy eficientes porque no son perfectos a la hora de activarlos por decisión humana y por su eficiencia energética. Hay que ponerlos en marcha antes de que hiele, porque si no no van a poder deshacer una gran capa de hielo, y como a alguien se le olvide por lo que sea darle al botón pueden ser ineficientes en la nevada. Y además el consumo eléctrico es muy alto con una eficiencia energética de tan sólo un 20%.

Por eso se planteó Telice un sistema mejorado manejado 'automáticamente' por su sistema tElphe: dotado con un conjunto de algoritmos meteorológicos informáticos que actúa como si fuera una especie de 'inteligencia artificial' muy básica que prevé cuándo puede helar, para calentar estos aparatos de vía antes de de que puedan bloquearse.

De esta manera se evita que cuaje la nieve sobre los raíles del enclavamiento si ya están calientes, con lo cual impide que se forme hielo suficiente como para bloquearlos. Eso se puede ver en la fotografía superior. La tecnología desarrollada por esta empresa leonesa es tan fina que si nadie señalara qué es lo que está haciendo Telphe con los calentadores de conducción en esa vía del AVE, nadie se daría cuenta. Y eso, junto a que se enciende y se apaga cuando debe ahorrando energía eléctrica, es ideal como producto realmente diferenciador, ganando competitividad.

¿Pero y si se puede hacer mejor todavía? Eso es lo que buscan en Telice investigando cómo cambiar el calentamiento por conducción a otro por inducción. Porque innovar no es sólo inventar, sino hacer que las nuevas tecnologías creadas sean mejores, más eficientes y tengan un uso lógico para lo que se piensa.

En Telice trabajó hace años un ingeniero leonés tristemente fallecido, Eduardo Puebla Guisuraga, que dejó huella en la empresa. Aparte de ser un gran innovador con una facilidad sorprendente con prácticamente cualquier cosa, sobre todo para ahorrar trabajo y costes, tenía un lema que todos los compañeros de esta pequeña empresa siguen recordando: “Para ser ingeniero hay que tener ingenio”.

Así que para hacer más competitivo aún su producto Telphe para calefactores de enclavamientos, trabajan también en un sistema llamado IceBurner que busca usar la inducción eléctrica para calentar el punto más adecuado del raíl y que transmita mejor el calor, utilizando la menor superficie posible. Su desarrollo comenzó en 2016 y estuvo financiado por el programa Feder de la Unión Europea dentro del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Industria.

La mejora, calefactar por corrientes inducidas, lo que permite en unos primeros cálculos pasar de una eficiencia del 10% a una superior al 80%. Además de poder regular la potencia para adecuar el consumo a las condiciones externas ambientales. Y claro, con su sistema de previsión del tiempo aumenta su eficiencia: tiene que activarse cuando tiene que activarse, no antes de tiempo.

Innovación leonesa ya instalada en el AVE a León (y a Burgos)

Técnicamente el 'aparato' que ya está instalado en el AVE León-Valladolid, el tElphe, se llama “algoritmo de predicción meteorológica para habilitar calentadores automáticos de puntos de cambio ferroviarios” y para investigarlo, desarrollarlo e innovar los ingenieros siguieron el plan diseñado por el CEO de Telice, Cesáreo González Álvarez —un licenciado en físicas reconvertido a la durísima gestión que planifica buscando la sencillez en la eficiencia y que todos puedan comprender la esencia del trabajo— que marcaba que para hacer algo nuevo y que resultara interesante. Primero había que preguntarse cuál es de verdad el reto que hay que resolver, qué soluciones hay que explorar para ver si son adecuadas y qué resultados deberían esperarse.

Parece sencillo de hacer, pero sin una planificación mínima de este tipo —que no es tan fácil de detectar—, es prácticamente imposible innovar. Más siendo una empresa tan pequeña en el sector ferroviario, con menos recursos que las multinacionales. Pero precisamente han tenido esa visión y ahora compiten como la única empresa familiar capaz de instalar tecnología en Alta Velocidad.

Por eso ya en 2016 hasta el digital más importante de España, El Confidencial, ya les hizo no sólo un reportaje ('La tecnología española que calienta las vías del AVE para no dejarte tirado') mostrando que en la línea Valladolid-Leon ya está funcionando Telphe —y que cuando abra la de Burgos también—, sino que a mayores los incluyó en este otro artículo sobre las mentes que innovaban en España.

Así, el reto de esta innovación era el “de racionalizar la correcta ignición de los calentadores de punto de conmutación ferroviarios para evitar el gasto innecesario de energía eléctrica; por lo tanto, efectivamente prevenir bloqueos”.

Para ello desarrollaron “un algoritmo de software de pronóstico meteorológico que permite un avance significativo en el ahorro de energía eléctrica con encendidos automáticos en los momentos previos a los incidentes”.

Según su ficha “optimiza el consumo y es capaz de reconocer más condiciones (nieve, hielo, escarcha, rocío) en las que es necesario activar los calentadores. Gracias a la familia de sensores implementados y al algoritmo de decisión, el sistema puede detectar mejor situaciones en las que es necesario calentar en los puntos. De todos modos minimiza el consumo detectando casos más eficientes en los que no lo es; y, al mismo tiempo, es capaz de anticipar situaciones en las que es necesario el encendido y que los sistemas estándar ignoran. tElphe está completamente desarrollado y activo como un producto Telice”.

La otra investigación y mejora, Iceburner, consiste en “el estudio de la implantación de bobinas de inducción para el calentamiento de raíl o placa por corrientes inducidas, lo que permitiría pasar de una eficiencia del 20% actual a una superior al 80%”. Lo sencillo es decir que calientan el interior del raíl desde un punto concreto. Lo complicado era conseguirlo.

Finalmente el objetivo del proyecto estaba encuadrado dentro del reto social “Transporte Sostenible, Inteligente e Integrado”. Y el resultado no pudo ser más óptimo: “Las prestaciones que se proponen no se encuentran en ningún producto de calentadores de agujas”. Telice había innovado antes que nadie en el mundo.

Innovar no sólo en la empresa, también en Fab Lab León

Por último Telice no sólo es una empresa de ingenieros que está situada en el Polígono de Onzonilla de León o tiene oficinas en Madrid. Es mucho más. Fundada por Cesáreo González, empezó poniendo líneas telefónicas y se especializó en ferrocarriles. De hecho su nombre es Teléfonos, Líneas y Centrales. Pero hace 25 años su hijo mayor, el CEO actual, se dispuso a llevar hacia el futuro a la empresa, consciente de que sería complicado sobrevivir sin una cultura de excelencia y certificaciones.

Ya hace diez años arrancó el departamento de Innovación, con no muchos ingenieros, pero sí grandes pensadores y un plan. El identificar el reto correctamente, las soluciones y trabajar cómo llevarlas a cabo de forma distinta que los demás. Pero consciente de que eso no acababa ahí, y que a las mentes inquietas había que darle la posibilidad de acostumbrarse a innovar para llegar a innovaciones económicamente viables y estratégicamente diferenciales. Utilizó, de acuerdo con sus padres y hermanos, parte del dinero de los beneficios de la compañía para crear un laboratorio donde manejar tecnología de forma fácil y sencilla en el que los usuarios pudieran construir casi cualquier cosa.

Es el conocido Fab Lab León, que durante sus ocho años de existencia ha conseguido apadrinar varios centros de este tipo por todo el mundo. Y por ello recibió un Premio Nacional por su Política de Responsabilidad Corporativa en 2015. Porque permite a todos los leoneses sumarse al futuro gracias a sus instalaciones que cualquiera puede usar, aprendiendo la filosofía de la innovación y el 'hacérselo uno mismo'.

Porque la política innovadora y social de Telice demuestra que en León somos grandes inventores y que, incluso desde aquí, se puede superar a la tecnología de nada menos que un país puntero como los Estados Unidos de América.

No es imposible, sólo hay que tener un plan. Y llevarlo a cabo.

Etiquetas
stats