La residencia Sagrado Corazón cierra sus puertas a 16 escolares con discapacidad
Jorge es autista y le cuesta mucho adaptarse a los nuevos entornos. Seis meses, según cuenta su madre, le llevó acostumbrarse a la residencia Sagrado Corazón en León, pero ahora es “como su segunda casa”. Por eso, este lunes intentaba, nervioso, acceder al interior de las instalaciones sin éxito. Él es uno de los 16 escolares con discapacidad a los que esta mañana se les ha impedido el acceso a la residencia de la Diputación provincial. Sus padres han denunciado las formas y el poco tiempo con el que les han anunciado que sus hijos no tendrían el servicio de residencia de lunes a viernes del que disfrutaban otros años.
Ahora serán enviados a diferentes colegios en los que se han “improvisado aulas especiales” en las que están mezclados niños de diferentes edades y discapacidades. Pero además, “no tendrán todos los servicios que tenían en la residencia, como la piscina, las visitas al Musac, el tratamiento con los caballos de Carriegos, fisioterapeuta, logopeda...”, explica Ana Valdueza, presidenta de la Asociación de Padres. Los padres denuncian también que los medios materiales y humanos “van a ser ridículos en comparación con el Colegio del Sagrado Corazón
“Junta y Diputación se tiran la pelota unos a otros pero no conocemos las razones, lo que sí ocasionan es un perjuicio terrible a los niños”, agrega Valdueza, quien califica de “atropello” la “indefensión” en la que se deja a estas familias a partir de ahora.
Desde la Diputación se explica que el centro en el que se realiza la escolarización de estos alumnos es un edificio que la Diputación tiene cedido a la Junta de Castilla y León. Y explica que el criterio que ha decidido la administración autonómica “como el más favorecedor para la integración de estos alumnos es el de acercar lo más posible a estos escolares a su domicilio”.
También aseguran que el objetivo de la Junta es “conseguir una mayor conciliación de la vida familiar de los escolares, por lo que ha considerado que resultará más beneficioso para ellos una enseñanza en régimen abierto, en lugar del régimen de internado que hasta ahora venía realizando”, una opinión que contrasta radicalmente con la de los padres. “Los niños van a cambiar los juegos con sus amigos de residencia por eternas tardes de invierno encerrados en sus casas de los pueblos. Ese es el más beneficioso régimen abierto del que hablan ambas administraciones”, critican.
