Los Pucci intentan salvar su cara con un recurso contra la liquidación de Antibióticos
Los representantes legales de la familia Pucci, propietaria de la planta de Antibióticos en la capital leonesa, han presentado un recurso de reposición contra el auto de liquidación de la compañía. El escrito reclama al juez que revoque dicho auto y que proceda a admitir a trámite la propuesta de convenio presentada el pasado mes de diciembre.
Entre los argumentos que se esgrimen en el recurso se encuentran la supuesta existencia de irregularidades en el procedimiento concursal, la defensa de la figura del ERE de suspensión de empleo o que no existe un cese de la actividad, como plantea el auto, sino una paralización “impuesta por la Junta y que el comité de empresa califica de sabotaje por parte de oscuros intereses”.
Cabe recordar que el auto contra el que ahora actúa el propietario de la compañía considera que la actual situación de la empresa la hace “totalmente inviable en manos de su actual titular” y carente de capacidad económica para relanzar la actividad, al basar su plan de viabilidad en la entrada de un socio inversor, con una aportación de hasta 19 millones de euros.
Dicho auto considera “no conveniente, sino urgente” poner fin a la compañía, tanto porque se constata la absoluta paralización de la actividad y la falta de recursos para reanudarla y mantener las instalaciones como porque se ve necesario reducir las expectativas de cobro de los acreedores vinculada “a la generación de créditos contra la masa”. También incide en el progresivo deterioro de las dependencias de la factoría.
Los argumentos del documento ahora recurrido se resumen en que la autoridad judicial plantea la apertura de liquidación basándose en la situación actual de total inactividad, la imposibilidad de retomarla, el estado de abandono del recinto, la falta de atención de los propietarios a los gastos mínimos mensuales, el incremento paulatino de la deuda que se mantiene con los trabajadores y la necesidad de un inversor para poder reflotarla.
Antibióticos cuenta en la actualidad con una plantilla cercana a los 300 trabajadores y acumula una deuda que ronda los 50 millones de euros. La compañía presentó en mayo del pasado año el concurso voluntario de acreedores y desde entonces se han sucedido expedientes reguladores; el más reciente, un ERE de suspensión, al que se dio el visto bueno a principios de este mismo año y con el que se evitaba el de extinción propuesto por los administradores concursales, que estaba previsto para 180 trabajadores.
