Fin a la oficina principal del Banco Popular en León tras más de cuarenta años en la avenida de Ordoño II
El 7 de junio de 2017, con una noticia sorpresa que provocó un enorme seísmo en el sector bancario, el Banco de Santander se hizo con el Banco Popular por un euro, al conocerse la inviabilidad de este último. Ayer, una semana después de que se hayan cumplido dos años de aquella noticia impactante, los vecinos del centro de León han asistido al cambio de imagen corporativa exterior de la oficina principal del banco absorbido, que pasa del blanco al color rojo de la entidad de Ana Patricia Botín.
Con esto se hace patente la integración del Popular en la operativa del Santander, que se hará efectiva para los clientes durante este fin de semana y también ocasionará el cierre de 27 de las setenta oficinas que tenían abiertas las dos entidades en la provincia. Aunque no necesariamente serán todas del banco extinguido, las que queden abiertas pasarán a mostrar los colores del banco de los Botín y en los próximos años se estudiará su viabilidad.
A partir de este fin de semana se dará una extraña circunstancia en la avenida de Ordoño II, ya que se da el caso que el Santander tendrá tres oficinas en menos de cincuenta metros de distancia, y dos oficinas 'principales' frente a frente sólo divididas por el pequeño paso de cebra de la calle Gil y Carrasco. Una, la del Popular, con más de cuarenta años en esa localización, y otra nada menos que el conocidísimo edificio central del Santander en la capital leonesa. La otra, la del Santander Empresas, está frente a la antigua del Popular cruzando Ordoño mismo.
El primer banco 'salvado' por el FROB europeo
El Banco Popular sufrió meses de debacle y semanas en caída libre en la bolsa durante el segundo trimestre de 2017. El Banco Central Europeo no tuvo más remedio que reconocer que la entidad era inviable y decidió un proceso de venta acelerado utilizando por primera vez en la Unión Europea su mecanismo de resolución.
La entidad tenía problemas de liquidez y estaba a punto de cometer impagos, según los reguladores pero desde aquella mañana el banco presidido por Ana Patricia Botín garantizó los depósitos, con los accionistas perdiendo todo el valor de sus acciones. España estrenó así el Fondo de Resolución Bancaria (FROB) del Banco Central Europeo.
La operación fue efectiva de inmediato y para llevarla a cabo Santander tuvo que realizar una ampliación de 7.000 millones de euros. Con ella cubrió lo que se indicó como “las necesidades requeridas de capital y provisiones necesarias para mantener abierto el Banco Popular sin perjuicio para sus clientes y sus depósitos”. A lo largo de estos dos años el banco de Botín ha ido capeando la polémica con los antiguos accionistas y preparando la absorción de la marca del antiguo banco de los Valls Taberner.
Una historia de más de cuarenta años en el centro de León
La oficina principal del Banco Popular se abrió a mediados de los setenta en la avenida Ordoño II, tras la construcción del edificio en el que ocupó casi todo el bajo comercial durante la mayoría de los años en las que ha estado abierta. Se trasladó desde la oficina de Las Cortes que después ocupó el Banco de Castilla hasta la primera década de este siglo, cuando el propio Banco Popular integró las dos plantillas en un local mucho más pequeño del que abrió en 1976 en la calle principal de la capital leonesa.
La exigua lonja que hoy ya tiene el nombre del Banco Santander en su fachada muestra cómo ha cambiado el sector de la Banca en estas casi cinco décadas. En los setenta la oficina número 1 del Popular ocupaba más del cuádruple de espacio que en la actualidad, con una planta baja el doble de grande y contando con una segunda planta repleta de empleados que multiplicaban la plantilla actual (fusionada con la del Castilla). Además, también tenía una cámara acorazada con cajas de seguridad en el sótano a la que se accedía por unas escaleras de la planta baja que hace una decena de años se cegó.
La integración del antaño “banco más rentable del mundo” se hace evidente para todos los ciudadanos con este cambio de imagen corporativa, mientras el Santander continúa con su proceso de reestructuración anunciado que afectará a más empleados de toda su plantilla (con la del Popular incorporada) en toda España, un 13% menos de los anunciados en mayo tras finalizar ayer su negociación con los sindicatos.
La imagen del Popular cambiando al Santander ejemplifica la caída de importancia y de empleo del sector de la Banca siendo un paso más para la desaparición de una buena parte de las oficinas bancarias de la provincia de León, cuyo número ha descendido a niveles del año 1981.