Las obras de 'alta velocidad' entre León y La Robla obligarán al tren a circular durante un año a 30 kilómetros por hora

Nueva vuelta de tuerca surrealista a las obras de alta velocidad ferroviaria entre León y Asturias. Las obras del tramo entre León y La Robla obligarán a transitar a los convoyes a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, según informa hoy 'El Comercio de Gijón'. Lo que provocaría que para recorrer sus 20,2 kilómetros por hora tarden 40 minutos en vez de los 14 de hoy en día, 26 más.
Esto ocurriría al empezar las obras de instalación de un triple carril en cada vía, y podría suponer que los trayectos se fueran a las más de dos horas y media a casi tres durante el año que podrían durar los trabajos, ya que sería necesario trabajar por turnos en una de las dos vías para instalar el tercer hilo y bajar sensiblemente la velocidad para no exponer a los empleados técnicos a peligros innecesarios.
Y todo en un proyecto en el que no han empezado las obras pese a haberse adjudicado las mismas hace ya más de un año. Con problemas para llegar a las fechas de apertura que indicaba el anterior ministro de Fomento del PP, Íñigo de la Serna, que aseguraba que este tramo estaría terminado a finales de este año y que León y Oviedo estarían conectados en 56 minutos gracias a la apertura de los túneles de Pajares en 2020.
Sin haber empezado los trabajos entre León y La Robla, y con retrasos e indecisiones en la tirada de la vía en uno de los dos túneles, todo hace pensar que será imposible circular por la costosísima Variante de Pajares antes de 2021, como ya adelantó. O incluso no antes de 2022.
Obras para circular a la misma velocidad que hoy
Para colmo, dentro del sindiós que revisten los trabajos de la alta velocidad entre León y Asturias, las obras de instalación del tercer hilo —que fueron adjudicadas en enero del año pasado y llevan un enorme retraso en su ejecución—, no servirán para aumentar la velocidad entre León y La Robla, puesto que se han planificado para llevar la misma que hasta ahora: 160 kilómetros por hora de máxima.
Esto, en esencia, no es un tramo de Alta Velocidad ferroviaria (necesitaría llegar como mínimo a los 200 kilómetros por hora), aunque se considera así a la línea porque en teoría, con la apertura de los túneles, se ahorra casi la mitad del tiempo de viaje entre León y Oviedo. Eso ocurriría, claro, cuando terminaran estos trabajos, porque el resultado de las obras es que durante un año se tarden, como poco, 26 minutos más.
Y la cosa no acaba ahí, ya que el tramo entre la estación de la capital leonesa permitirá llevar convoyes de ancho internacional e ibérico a la vez, pero una vez se llegue a Pola de Lena no podría circular ningún tren de ancho internacional. Al quedar el tramo asturiano en ancho ibérico será imposible que el AVE 'pata negra' llegue a Oviedo y Gijón, sirviendo para el recorrido los mismos Alvias de hoy en día que sólo podrán alcanzar su velocidad máxima, 250 kilómetros por hora, teóricamente en los túneles de la Variante de Pajares; aunque lo más probable es que no pasen de 220.
Esto haría poco menos que estúpido disponer los nuevos trenes Avril para este trayecto, ya que se desaprovecharía su velocidad punta de 330 kilómetros por hora y su gran capacidad de pasajeros para líneas que sí los necesitan. Y siempre que sea, además, una unidad bitensión (25 y 3 kilovoltios) de ancho variable; porque las unidades con eje internacional 'fijo', las primeras que se fabricarán, no pasarían de Pola de Lena.
Un desperdicio de capacidades, salvo que se coloque alguna unidad —y no se sabe dentro de cuantos años porque empiezan a fabricarse ahora y las dos factorías de Talgo estarán completamente ocupadas tras haber ganado hace dos días el contrato de 100 trenes para la 'Renfe' alemana—, por mero postureo político.
Llegar a Gijón a las dos de la tarde (como poco) en el tren playero y volver a las 12.30 de la noche
Esta nueva velocidad, obviamente, provocaría que el tren playero de León a Gijón pasara de las tres horas a las tres horas y media, con lo cual tendría que salir de la capital leonesa mucho antes de los horarios actuales. El año pasado salía de León de lunes a viernes a las 9.18 horas (llegaría a Gijón a las 12.54 horas con la nueva velocidad), y peor aún, en sábado y domingo, la salida de León era a las 9.36 horas y la llegada a Gijón sería a las 13.09 horas.
Aunque la vuelta sería siempre ya pasadas las doce de la noche, ya que saldría a las 20.25 de la ciudad costera asturiana y se llegaría sobre las 12.30 de la noche.
Eso siempre que no cambie de opinión el Ministerio de Fomento. Como lleva haciendo cada dos años en las decisiones a tomar en la línea de la Variante de Pajares, una obra faraónica de más de 15 años de duración que ha costado ya más de 3.500 millones de euros y que ha dejado problemas medioambientales serios al secar los manantiales de los pueblos la vertiente leonesa.