Nervios en el Ayuntamiento de León: el PP, en la encrucijada entre otro mandato socialista o una UPL más fuerte
Casi todos los analistas aseguran que en el Ayuntamiento de León, el último de una capital de provincia de España en conformarse este próximo viernes 7 de julio a las 19.00 horas, el éxito electoral de Unión del Pueblo Leonés (UPL) les ha convertido en la llave para determinar quién empuñará el bastón de mando los próximos cuatro años.
Sin embargo, la verdadera encrucijada la encara el Partido Popular, que con nueve concejales perdió claramente las elecciones frente al PSOE del actual alcalde, José Antonio Diez (once ediles). Además, sobrevienen los nervios añadidos que produce por un lado el contexto de unas elecciones generales cuya campaña ya habrá empezado el día del Pleno constitutivo, y por otro el hecho de que el movimiento que realice este viernes podría ser decisivo para decidir también quién gobierrna y quién no en la Diputación de León, donde los populares sí vencieron a los socialistas, también con UPL como fuerza decisiva.
Lo que pueda pasar en la sesión del viernes hace ser un atado de nervios a todas las formaciones, menos en el caso de Vox, que ha entrado por primera vez en el Consistorio de León con dos concejales pero no son en absoluto decisivos, aunque pugnen sin éxito en los tribunales por que sean tres tras anulárseles 477 papeletas con graves errores de imprenta.
El motivo de fondo de la tensión previa a la investidura del próximo alcalde o alcaldesa es un doble veto que impone el grupo leonesista liderado por Eduardo López Sendino, el gran triunfador de la noche electoral, con cinco concejales.
El doble veto
Por un lado, Sendino ya marcó en la campaña la línea roja de votar con la extrema derecha. Eso ha cerrado desde siempre un posible tripartito PP-UPL-Vox, emulando al que sí se ha muñido en la segunda ciudad leonesa, Ponferrada, pero con Coalición por el Bierzo. El otro condicionante definitivo es la postura cerrada de los leonesistas de no votar a la candidata del PP, Margarita Torres, entre otras cosas por haber cosechado el peor resultado de este partido la etapa democrática, con muchos cientos de sufragios menos que el suelo ya conseguido por el exalcalde Antonio Silván.
Así las cosas, este jueves el Consejo General de UPL, máximo órgano colegiado decisorio de la formación, pretende alcanzar un consenso interno para llegar al viernes con una postura clara. Sin embargo, el cabeza de lista leonesista ya lleva semanas advirtiendo que sus concejales ni siquiera se abstendrán, lo cual convertiría automáticamente al socialista Diez como alcalde renovado, sino que se votarán a sí mismos, a UPL, presentando a López Sendino como candidato a la Alcaldía.
Si se mantiene este erroque, la verdadera pelota queda en el tejado de un PP cuya estructura es impredecible. Primero, porque la candidatura de Torres está tan discutida, desde su accidentada elección como cabeza de lista, como dividida casi a la mitad entre quienes la apoyan a ella y quienes obedecen las indicaciones del partido que lidera en León Ester Muñoz.
Diferencias populares no maquilladas
Aunque ya trascendió en la campaña de las municipales, donde fue vox pópuli que la dirección provincial en poco o nada ayudó a Torres, tales siguen siendo la diferencias entre ambas que en la misma jornada del domingo, Muñoz insistía en que la negociación con UPL en el Ayuntamiento sólo se afrontaba con la doble premisa de que la Alcaldía leonesa debería ser para el PP como partido más votado de los dos y que además habría que hablar de programas, y no de reparto de cromos, ante otro posible acuerdo de populares y leonesistas que arrebataran también al PSOE el Gobierno de la Diputación provincial.
Apenas una hora después, Margarita Torres despachaba su propia nota de prensa que negaba disensiones internas (se autodenominaba “un grupo compacto y competente”) y apostando por unirse “a los cinco de la UPL para formar un equipo de Gobierno sólido y que se deje la piel para darle a León todo lo que necesita”.
Y es que los populares se presentan al Pleno de este viernes con la dicotomía de elegir entre plegarse a Sendino, votar a UPL en la investidura y hacerle alcalde, bien a cambio de pacto o bien dejándole en franca minoría, pero descabalgando de la Alcaldía al socialista Diez, lo cual asentaría aún más en León la reivindicación de 'León sin Castilla' que el PP teme sobre todo en Valladolid; o dejar con su postura que continúe el regidor del PSOE en la capital a cambio de conseguir alzarse a la Presidencia de la Diputación y recuperar el poder provincial.
El momento, o no, de UPL
Con el permiso de UPL y su llave, claro está, porque la formación leonesista debe decidir también si quiere ahora dar el paso de reforzarse en el Palacio de los Guzmanes como quien más mande en la provincia después de haberse alzado con un gran número de alcaldías importantes, como la de San Andrés del Rabanedo, tercer municipio leonés, o alternándose con el PSOE la de Villaquilambre. En el cómputo provincial, los pactos de relevancia con el PP apenas se han materializado en Valencia de Don Juan, donde también habrá alcalde leonesista dos años, y poco más.
Pronto se sabrá cuál es el resultado final de esta encrucijada porque quedan pocas horas para que la margarita se deshoje en un Pleno de León tardío, como hace cuatro años, y que estira la tensión hasta los detalles más pequeños. Como el hecho de que se vaya a celebrar, por iniciativa del alcalde en funciones, no en la Casa Consistorial sino en el Aula Magna de la Universidad de León, entre otras cosas aduciendo razones de mayor aforo y participación ciudadana, ante la protesta del PP, que teme amplia presencia (y presión) vecinal.
Y queda la 'batalla final' de la Diputación
Después, cuando ya se sepa quién empuñará el bastón de mando de la capital, restará dirimir definitivamente recursos ya judiciales que retrasan la conformación del Ayuntamiento de Villablino, donde Podemos-IU aspira a intentar descabalgar al PSOE si se le anulan 739 papeletas con error en el orden de unos apellidos.
Esto retrasará aún más la elección de los diputados provinciales del partido judicial del Bierzo y, a la postre, la composición del gobierno final de la Diputación de León, donde mandaba el PSOE con coalición con UPL hasta que se rompió hace un año, pero donde ahora ganó un PP en el que hay 'batalla' interna por la Presidencia, caso de conseguirla con permiso leonesista, entre la facción oficial de Raúl Valcarce y la 'crítica' de Javier Santiago Vélez.