Villadangos prueba la 'fórmula mágica' para recuperar primero los niños y luego viviendas

Alejandro Barrera, actual alcalde de Villadangos del Páramo.

C.J. Domínguez

Cuando en pleno mes de agosto un ayuntamiento leonés, el de de Villadangos del Páramo, anunció que aprobaba ayudas económicas a la natalidad que podrían alcanzar hasta los 4.500 euros, el nombre de este municipio llegó muy lejos. El alcalde, el joven Alejandro Barrera, que sustituía a un histórico y muy apoyado regidor, reconoce que fue una “avalancha”.

Llegaron mensajes por todas las vías posibles de familias buscando información, tratando de averiguar si trasladándose a este pequeño municipio podrían disponer de esa ayuda que les permitiera iniciar una nueva y esperanzadora vida. Muchas de ellas desde países allende algún océano, algunos incluso descendientes del pueblo o de la provincia varias generaciones atrás.

Esta semana que ahora termina se han repartido las primeras tres ayudas. Discretamente. Tres ejemplos que son los primeros de una política “de ingenio, tenemos que innovar para conseguir” que Villadangos, en este caso, no se convierta en otro más de los muchísimos pueblos que caen en picado en población, que se alejan cada vez más de un futuro con niños en las calles y familias en las casas. Como curiosidad, una de las ayudas recayó en una madre soltera que ha tenido su bebé 'in vitro'.

No tardando mucho llegarán nuevos repartos económicos. Se harán conforme a unos criterios que entraron en vigor tan sólo hace dos meses, a principios de octubre, tras publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Allí se detallan los requisitos, que el alcalde admite que “no son como muchos pensaban, que con sólo venir a empadronarse en Villadangos con sus hijos ya valía”. No.

Las condiciones para recibir la ayuda

Resumiéndolos, las ayudas pueden recaer en padres o adoptantes, en igualdad de condiciones en ambos casos. Incluidos los extranjeros que estuvieran empadronados, basta con que puedan acreditar su estancia legal en España.

Además, ambos padres, o el miembro de una familia monoparental, tienen que haber estado apuntados en el censo municipal al menos un año antes del nacimiento o la adopción y su hijo también debe ser empadronado en Villadangos. Las ayudas se pueden solicitar dentro del plazo de seis meses a partir de haber inscrito al nuevo hijo.

'Investigando' a quienes viven de verdad

Y una modificación posterior acordó, con apoyo de todos los partidos, crear una comisión municipal cuya labor será investigar para certificar sin lugar a dudas que los miembros de la familia subvencionada tengan en alguno de los pueblos del municipio su “residencia efectiva”, para evitar picarescas.

Las cuantías, que han sido por elevadas las que causaron más revuelo, oscilarían entre los 1.000 euros por la ayuda al primer hijo, y los 4.500 euros en el caso de un nacimiento o adopción triple o superior, ya que la ayuda por un segundo hijo ascendería a 1.500 euros y por el tercero o sucesivos, 2.000.

A todo esto, es importante recordar que se une una rebaja del 50% del coste del servicio de la Escuela Infantil Municipal del pueblo durante todo el tiempo en que permanezca inscrito, de manera que los padres dispongan de tiempo para realizar sus trabajos y conciliar sin problema.

No es Villadangos el pueblo más preocupante para quedarse poco a poco sin niños. La inmensa mayoría de los leoneses sufren sin duda mucho más esta lacra. Ellos se encuentran relativamente cerca de León capital, bien comunicados, y cuentan con el más activo polígono industrial de la provincia. Basta pensar que sólo la plataforma logística de Mercadona para todo el noroeste de España y la recién iniciada expansión a Portugal suma más de 500 empleos.

20 niños y niñas más en la escuela

La cosa parece marchar. El regidor ha consultado también esta semana las cifras de la escuela rural. “Hace tres años teníamos 42 niños y niñas matriculados, ahora ya hay 62. Y lo mejor es que hay previsión de que sean 13 más muy pronto”, se muestra encantado el alcalde.

Así que con las ayudas en marcha y esta progresión infantil, la natalidad ya no parece ser el más agobiante problema de Villadangos. Y lo confirma Alejandro Barrera. “Pues la verdad es que ahora nos preocupa mucho otra cosa: que hay trabajo, hay familias, hay niños... pero no hay viviendas suficientes”. Bendito problema, dirían otros alcaldes de municipios de la provincia, porque no puede haber mucho más síntoma de buena evolución frente a la despoblación.

Urgente: más vivienda nueva

También para este otro escollo, el Ayuntamiento de Villadangos 'tirará' de ingenio... y de dinero público. El alcalde sólo avanza, sin entrar en detalles, que “en los próximos meses sacaremos también una ayuda a la primera vivienda que será también bastante valiente”, porque necesitan incrementar la construcción para disponer de más espacio para más familias.

No quiere desvelar más, porque “es un trabajo discreto pero necesario” que aún ha de aprobarse en el Consistorio y tampoco pretende que genere avalanchas ni malentendidos, como por momentos pasó con las ayudas por hijos. Pero sí tiene claro que “lo que tenemos que hacer es crear un gran marco, poner las condiciones adecuadas” para crecer como municipio y “de manera ordenada”.

Y banda ancha

También a la hora de mejorar en servicios básicos. Por ejemplo, con la llegada de la banda ancha para alta velocidad de internet, que el polígono de Villadangos sí tiene hace tiempo pero que se vetaba hasta ahora en los pueblos y que pronto será resuelto al incluirse el municipio en un nuevo plan aprobado por el Gobierno esta semana para el propio Villadangos y los pueblos de Celadilla y Fojedo del Páramo. “Ya nos habían excluido antes, pero ahora hemos tenido que dar mucha guerra para entrar, era algo que no entendíamos”, explica el alcalde.

Las bases están tendidas. El triángulo niños-vivienda-servicios está afianzándose en Villadangos del Páramo para convertirse en una referencia de por cómo y por dónde puede un municipio rural leonés no sólo sobrevivir sino crecer. Su peso industrial es vital en este caso, es verdad, pero casos como por ejemplo el de Almanza, otro municipio más aislado en el que en sólo cuatro cursos escolares se han pasado de 7 a 27 alumnos, demuestran que los 'milagros' contra el desierto demográfico no son imposibles si se ponen las condiciones adecuadas.

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