Menos de la tercera parte de los habitantes de la provincia de León tienen contrato de trabajo
Los trabajadores contratados en la provincia de León son menos de la tercera parte que toda su población total. Eso reflejan los datos disponibles del último informe anual del mercado de trabajo del Servicio Público Estatal (Sepe) de 2020 realizado con datos de 2019. De 460.001 habitantes antes de la pandemia, sólo 140.365 tenían un contrato de trabajo, el 30,5%.
Por municipios, los datos del Sepe, en la capital leonesa trabajaban a final de ese año 59.103 personas de las 124.303 empadronadas (el 51%), mientras que en Ponferrada estaban contratadas 22.181 de 64.774 (el 34,3%). En San Andrés del Rabanedo el porcentaje baja mucho más que en la capital del Bierzo: al 20% (6.157 de 30.615).
En otros municipios del Alfoz de León la cantidad de empleados trabajando allí es similar. En Villaquilambre hay un 20,7% (3.867 de 18.368), mientras en Valverde de la Virgen el porcentaje sube al 25,3% con 1.854. En Sariegos sólo hay 852 personas contratadas trabajando en un municipio de 5.050 personas entonces, un exiguo 16,3%.
En otras poblaciones importantes de la provincia como Astorga y La Bañeza, trabajan tantas personas dentro de su límite municipal como el 30,1% y el 30,2%. En Valencia de Don Juan el porcentaje es el 35,44%. En otras cabeceras de comarca como Cistierna es el 23,4%.
Los municipios que más y que menos
Ante la pregunta de cuál es el municipio de la provincia de León con más personas trabajando en su término municipal, la respuesta son Villadangos con el doble de contratos que habitantes: 2.304 sobre 1.132 (un 203%). Le sigue Hospital de Órbigo, con un 98,2% de contratos para una población de 998 personas. Es decir, que no se está contando cuántos vecinos tienen trabajo –ya que éstos pueden trabajar fuera de su municipio–, sino los empleos censados en ellos que en estos casos, obviamente, vienen de fuera de ellos.
¿Cómo es posible? Pues por la apuesta de su polígono industrial en su momento del primero, que ha cambiado por completo la consideración de su municipio. Y de la presencia e influencia de la factoría de Mondelez (la conocida antiguamente como Kraft) en el segundo. Otro que sorprende por la cantidad de trabajadores que indica que tienen trabajo dentro de su término municipal es Sahagún, con un 47,14% (1.176 de 2.493 habitantes).
Y ante la pregunta de cuál es el que menos, pues hay que considerar que hay municipios con poquísima población como Escobar de Campos en el que sólo trabajan cuatro personas, pero que como tiene 39 habitantes eso supone más del diez por ciento de la población.
Ejemplos similares serían Peranzanes que tiene 11 afiliados en la Seguridad Social de 300 habitantes; el 3,6% que sería uno de los índices más bajos respecto a su población de la provincia. O Barjas, con un 5,2% y diez empleados. Prado de la Guzpeña y Valdemora tienen 7 y Villabraz 8, pero también son municipios que rondan el centenar de habitantes.
Debacle en las cuencas mineras
Lo que sí se observa directamente es el debacle en la cuestión del empleo en los municipios que antaño fueron la bandera de la empleabilidad antes de la crisis minera del carbón. Donde más se nota, de forma dramática, es en Villablino, ya que allí sólo hay empleado el 15,1% de trabajadores con respecto a su población: sólo trabajaban en 2019 dentro de los límites municipales 1.301 personas de las 8.620 censadas ese año.
La capital de Laciana, en sus mejores momentos, llegó a tener casi el doble de población con 16.215 personas en 1993. Es decir, la crisis minera ha provocado en treinta años un desplome poblacional que sólo debe de estar parando la presencia de los jubilados.
Lo mismo pasa en otros municipios de cuencas mineras, que la presencia de los jubilados consigue que no se desplomen sus poblaciones, pero el mejor de todos ellos es La Pola de Gordón, con un 23,7% de trabajadores en empresas de su municipio. Los otros son La Robla con un 22,6% (y eso que aún conserva la cementera y se está desmantelando la térmica), Bembibre con un 21,7%. Los peores, Matallana de Torío con un 16,3%, Fabero con un 12,5% o Torre del Bierzo con un 11,3%.
El futuro de las cuencas mineras es difícil que supere el 22% de Sabero, que cerró sus minas el 31 de diciembre de 1992, hace justo treinta años cuando Villablino tuvo su pico de población y que cuenta, al menos, con una empresa exitosa: Tecoi, que tiene 150 empleados, el sesenta por ciento de los 251 empleados que trabajaban a finales de 2019 en ese municipio de 1.140 habitantes.
Y eso sin contar con la despoblación que sufre una provincia en la que más de cien mil personas estarán en edad de jubilarse en los próximos 15 años.