Con las maletas de Friburgo de Brisgovia... a León

Senderismo por la provincia leonesa.

Marta Cuervo

Tras acabar el bachiller y con el deseo de conocer más acerca de sus raíces paternas, Philipp se marchó a Ecuador para trabajar un año, dentro de un programa de carácter social, a un poblado indígena para dar clases de inglés. “Mi padre es de Ecuador, y el pueblo que elegí estaba cerca de donde vive mi abuela. Era la oportunidad de ver a mi familia, y de poder pasar más tiempo con ellos. Me hacía mucha ilusión”, explica el joven alemán de 25 años.

De madre alemana y padre ecuatoriano, Philipp y su familia se marcharon a Alemania cuando el sólo tenía tres meses, por decisión de sus padres, que valoraron que la educación del pequeño y de sus hermanos sería más completa en el país germano.

Una vez realizado el voluntariado en Ecuador, y tras su experiencia humanitaria en Sudamérica, el futuro de Philipp siguió gestándose entorno a la idea de dedicarse al mundo de la enseñanza, decidiéndose finalmente por la rama que en su país combina Español y Química.

Ahora, Philipp está terminando la carrera, y durante este curso se ha tomado una pequeña pausa para decantarse entre enfocar su trabajo a la educación infantil o adulta, y también determinar si su materia principal será el español o la química. El joven alemán fue seleccionado por un programa -resultado de un convenio de colaboración entre el Ministerio de Educación de España y el de Alemania- para realizar prácticas como profesor auxiliar de Alemán en la Escuela de Idiomas de León, ciudad a la que llegó a finales de septiembre.

“Ya conocía el sur de España, viajé con una mochila durante cuatro semanas. Además, en otra ocasión, realicé un tour con un amigo en su caravana, por el norte de España, bajando por Francia hasta Galicia, y cruzando también a Portugal, y vuelta a Alemania. En total estuvimos dos meses recorriendo la Península Ibérica”, recuerda sonriente.

Cuando echó la solicitud para realizar las prácticas en España, Philipp confiesa que eligió como primer destino Andalucía, porque se había quedado prendado de ella, y como segunda opción Castilla y León, ya que le aconsejaron que en esta Comunidad es donde mejor castellano se habla. “Y así me tocó León, de lo que no me arrepiento por nada del mundo”.

Friburgo de Brisgovia versus León

Philipp se hizo las maletas desde Friburgo de Brisgovia, la cuarta ciudad más grande de Baden-Wurtemberg (Alemania) por número de habitantes, con alrededor de 220.000, y la más meridional de Alemania. “Cuando llegué a León, todo me resultó muy sencillo. En comparación con Alemania aquí hay muchas más ofertas de pisos. Busqué alojamiento mucho tiempo antes de llegar, pensando que encontrar casa podía ser tan complicado como en Alemania. Al llegar aquí la realidad del piso me desencantó un poco, y me di cuenta de que hay muchos para alquilar. Vivo con tres personas más, dos españolas y un mexicano. Creo que en comparación con Alemania, el alquiler es más económico en León”, apunta.

A nivel social, Philipp opina que somos “muy diferentes”. “Los españoles son mucho más abiertos, pero a veces un poco impuntuales; si dicen que vienen a ayudarte a las 12, puede ser que lleguen a la 1, cuando ya acabaste el trabajo -bromea Philipp-. No son tan cuadriculados como los alemanes, no tan estrictos. Pero eso también lo agradezco”. “Creo que los españoles son más tranquilos, en el buen sentido de la palabra, disfrutan más de la vida, y esa actitud me encanta de este país. En Alemania con tanta preocupación sobre el estudio y el trabajo, con horarios tan establecidos, no hay espacio para la vida, para los amigos o la familia”, añade.

Cuando Philipp estuvo buscando información de León antes de venir, las fotos que encontró no le convencieron demasiado. En cambio se llevó una gran sorpresa cuando puso los pies en la capital leonesa. “León es mucho más bonita de lo que me imaginaba, por la catedral siento debilidad, sobre todo por la noche, cuando está iluminada. También me encanta la cultura de las tapas: te puedes encontrar disfrutando de ellas a niños, abuelos, jóvenes... es una vida distinta”, valora el lector de alemán en la EOI que, por el momento, asegura no echar nada de menos en especial de su tierra.

Los españoles son más abiertos, a veces un poco impuntuales. Los alemanes más cuadriculados, más estrictos, y disfrutan menos de la vida

En cuanto al aspecto laboral, tras el boom de españoles que han emigrado los últimos años a Alemania, por un mejor futuro, con más ofertas laborales, y mejores condiciones, Philipp no reconoce una inmigración española exagerada. “Mi ciudad siempre se ha caracterizado por una gran interculturalidad, entre erasmus, turcos, latinos... hay mucha mezcla de culturas”, declara.

Philipp sí que ha reflexionado acerca de la idea de quedarse en España. “Mi plan sería España o Ecuador, y espero, algún día, trabajar en Alemania, formar una escuela de alemán, y poder trasladarme los últimos años de mi carrera profesional a un lugar de habla hispana, preferiblemente Ecuador”.

Etiquetas
stats