La Junta de Castilla y León vallará cuatro lagunas protegidas de Babia para 'defenderlas' del ganado
La Junta de Castilla y León, a través de la consejería de Medio Ambiente que dirige el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, vallará cuatro lagunas del Parque Natural de Babia y Luna para 'protegerlas' del uso del ganado, ya que considera que afecta de forma fuerte a la flora ubicada en las mismas, algunas con especial protección, en los municipios de Cabrillanes y San Emiliano.
A través de un contrato valorado en 144.042,45 euros, ya adjudicado a la empresa Ecosistema Bierzo SL, se realizarán los vallados totales de las lagunas de Las Verdes, del Lago o Chao y Recoleta y parcialmente la laguna Grande, además de sistemas de abrevaderos para el ganado con captaciones de agua en dos de ellas, Las Verdes y Chao. El proyecto se vende como 'Conservación de especies singulares de flora amenazada en lagunas de montaña del Parque Natural de Babia y Luna' dentro de un contrato que incluye también actuaciones en espacios protegidos de la Montaña Palentina, todos sufragados parcialmente con fondos europeos del Plan de Recuperación. Las obras leonesas suponen alrededor de 40.000 euros.
La propuesta de vallado, que suma 2,3 kilómetros entre las cuatro zonas acuáticas, se realiza para “que impida el acceso al ganado en la zona” y consiste en todos los casos de un cercamiento de postes de madera con cuatro líneas de cable de acero que puedan usarse con pastor eléctrico en cado de ser necesario. Además “En las zonas más expuestas de la estructura, próximos a zonas de paso de ganado o en ángulos del trazado, se protegerá el tramo aéreo del poste con un envolvimiento en espiral de alambre de espino, para evitar el rascado del ganado”.
En concreto en la laguna Grande (1440 m. de altitud) el vallado ocupará solo una zona de 330 metros, delimitando donde se ubica la especie protegida Apium repens. En la laguna de la Recoleta (1790 m. de altitud) se cerrará totalmente con 683 metros de valla, al igual que Las Verdes (1725 m de altitud) donde el vallado será de 665 metros y en la laguna del Lago o de Chao (1750 de altitud) será de 622 metros. En estas dos últimas además se construirán abrevaderos ganaderos en sus proximidades con sus correspondientes tomas de agua.
La Junta explica que “dada la elevada presencia de visitantes se proyecta la instalación de un cartel informativo de 350 x 500 mm” para indicar “la presencia de flora protegida en esta zona, informando de la necesidad de transitar solo por sendas marcadas y otras medidas preventivas para evitar daños a la flora”. Los carteles del anuncio de obras de la Junta tendrán una medidas de 3x5 metros mientras que estos finales solo de 35x50 centímetros. Además no descartan que en estos paneles, de pequeño tamaño se informe “sobre las medidas para evitar afecciones sobre la flora como consecuencia del tránsito de montañeros, se puede incidir en la divulgación y sensibilización del valor de conservación de la flora de alta montaña y, por extensión, sobre los efectos del calentamiento climático”.
En el pliego del contrato la Junta de Castilla y León señala que “ante la dificultad de acceso, para el transporte de los materiales al tajo y la posterior retirada de aquellos elementos sobrantes de las actuaciones se ha optado por el uso de helicóptero”, que pagará íntegramente la Junta de Castilla y León al margen del coste de los vallados “semipermeables”.
El Gobierno autonómico justifica que estas obras en pleno Parque Natural de Babia y Luna, declarado en 2015, están amparadas en los planes de gestión de estos espacios por lo que están exentos de tramitaciones ambientales adicionales dentro de actuaciones como “medidas para mejorar la protección preventiva de poblaciones de flora y hábitats de interés” o “Control del pastoreo extensivo”. A lo que no hace mención el informe aprobando estas obras es al impacto en el paisaje de las lagunas, que no volverán a verse con toda su actual singularidad.
Protección especial lagunas
El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Babia y Luna, obliga a que “La administración del espacio natural velará por mantener o recuperar las condiciones naturales características de las lagunas y otros humedales de media y alta montaña, evitando su degradación por contaminación, eutrofización, por aumento de la turbidez u otras causas”. Y específicamente se señala que “Se limitarán las actuaciones, infraestructuras e instalaciones que impliquen alteraciones significativas en la dinámica o circulación de las aguas por sus cauces o la variación artificial del nivel de las lagunas de media y alta montaña”, exceptuando las tomadas para sus agroganaderos, entro otras.
La laguna de Las Verdes en la que se actuará tiene una especial protección dentro del conjunto de Babia y Luna, situada como Zona de Reserva, al formar parte de las sierras de Morteira y Marserona, un conjunto de 2.790 hectéreas formado por crestas calizas “al pie de las cuales se sitúan numerosos canchales, cuyo valor ambiental se ve reforzado por la presencia de lagunas tanto temporales como permanentes, que confieren excepcionalidad al paisaje y una elevada diversidad de especies y taxones vegetales de especial relevancia”. “Suponen un valor reseñable, tanto por su estado de conservación como por su fragilidad, las turberas, la vegetación del entorno de la laguna de Las Verdes, los pedregales calizos, los enebrales rastreros (tanto acidófilos como basófilos) y los pastos de alta montaña”, explica la normativa de protección del espacio. Pero este hecho no la hace invulnerable a agresiones, como la ocurrida en el año 2020 mediante una excursión motorizada por la zona no autorizada.